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Muy alto nivel de contaminación en cuerpos de agua de Michoacán: AUAM

Investigadores del Instituto de Investigaciones Metalúrgicas de la UMSNH han detectado la presencia de metales pesados, que incluso superan hasta en un 300 por ciento las recomendaciones que hace la Norma Oficial
Investigadores del Instituto de Investigaciones Metalúrgicas de la UMSNH han detectado la presencia de metales pesados, que incluso superan hasta en un 300 por ciento las recomendaciones que hace la Norma Oficial

Las presas de Cointzio y Malpaís, así como los ríos Chiquito y Grande de Morelia y de Queréndaro, se han convertido en drenajes urbanos y de las industrias, comercios, hospitales e inclusive rastros municipales y clandestinos, que allí vierten sus descargas y desechos, señaló el presidente de la Asociaicón, José Luis Montañez

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Morelia, Michoacán, 22 de enero de 2015.- La construcción de las presas de Cointzio y Malpaís, y la rectificación de los ríos Chiquito y Grande de Morelia y de Queréndaro, han dejado de cumplir con el propósito original, para los cuales estas obras fueron creadas: el control de inundaciones, la desecación de Ciénegas y la irrigación de tierras de cultivo, además de la generación de energía eléctrica para el fomento industrial, pues según la información proporcionada por José Luis Montañez Espinosa, presidente de la Asociación de Usuarios del Agua de Morelia (AUAM), estos afluentes naturales de agua, se han convertido hoy en cuerpos de agua altamente contaminados y en drenajes urbanos y de las industrias, comercios, hospitales e inclusive rastros municipales y clandestinos, que allí vierten sus descargas y desechos.

La presencia de contaminantes biológicos, orgánicos y químicos, ha sido tan grave en los últimos años, según lo manifestado por el propio Montañez Espinosa, que la realidad de nuestros acuíferos en Morelia, es realmente preocupante, sin vida acuática, con alto porcentaje de contaminantes entre los que destacan el boro, materia orgánica y sales, principalmente el caudal de agua que corre por el río Grande de Morelia, amenaza paulatinamente al ecosistema de 15 mil hectáreas agrícolas de riego, la manutención de más de 10 mil familias y la pérdida de millones de pesos de producción agropecuaria anual, además del desequilibrio ecológico de flora y fauna del valle Morelia-Queréndaro y la afectación del Lago de Cuitzeo, que finalmente recibe las descargas de aguas negras, no tratadas de los municipios de Morelia, Cuitzeo, Álvaro Obregón y Tarímbaro, principalmente.

Esto debe conducir, de acuerdo con lo señalado por José Luis Montañez, Presidente de la Auam, a la implementación de una Política Integral de Saneamiento y Rescate de los Ríos, Cuencas y Subcuencas, que se ubican en estos municipios, particularmente en la ciudad de Morelia, ésta política debe plantear la necesidad de construir muchas más plantas de tratamiento de aguas residuales en distintas tenencias, comunidades y colonias de la capital michoacana, la instalación de colectores pluviales y drenajes o colectores sanitarios paralelos a los ríos Chiquito y Grande, fosas de absorción, mayores regulaciones ambientales como el control y medición de las descargas contaminantes y condiciones generales y particulares de descarga para la zona urbana, la industria y los residuos infecciosos.

Montañez, alertó a la población moreliana al señalar que el problema de contaminación del agua es tal, incluyendo el manantial de la Mintzita, que en la región de Morelia-Capula, en donde se concentran grandes conjuntos habitacionales como Villa Magna, La Hacienda, Del Bosque, La Maestranza, Villas de la Loma, Villas del Pedregal y Las Garzas, entre otros, (en donde se calcula una población cercana a las 200 mil personas), se ha detectado la presencia de metales altamente tóxicos, como Manganeso, Hierro, Arsénico, Cobre, Cadmio y Plomo.

El problema es de tal magnitud que investigadores del Instituto de Investigaciones Metalúrgicas de la Universidad Michoacana han detectado la presencia de metales pesados, que incluso superan hasta en un 300 por ciento las recomendaciones que hace la Norma Oficial.

Por ejemplo, dijo: “En Cerrito Itzícuaro se ha detectado alta presencia de Manganeso, en Tarehuicho alta presencia de Hierro, en el Balneario Cointzio presencia de cobre en alto grado, en la Mintzita desechos orgánicos, platicos, llantas y basura en general, en Asiento de Piedra altos niveles de Zinc, en Cointzio presencia de Arsénico y en San Bernabé niveles altos de Cadmio.

En el caso de Morelia se detectaron vertidos industriales y hospitalarios, particularmente en los ríos chiquito de Morelia con un 80% de contaminantes provenientes de materia orgánica y un 20% de metales pesados. Otro ejemplo, de la contaminación de mantos freáticos y del medio ambiente, que hoy padecemos los morelianos, señaló Montañez, es el relleno sanitario de la capital y los tiraderos clandestinos, en donde se tiene detectada la emisión de gases tóxicos, como metano y lixina generados en las 34 hectáreas del tiradero de Morelia.

Las consecuencias para la población, además de la contaminación ambiental, dijo, se manifiestan también en los daños a la salud de cientos de morelianos que padecen a consecuencia de ello, enfermedades respiratorias, infecciones estomacales, de ojos y de piel, además de las picaduras de moscos, concentración de plagas, entre otros.

Por ello, Montañez Espinosa, exhortó a la población a no seguir convirtiendo los ríos en tiraderos de basura y exigir de las autoridades ambientales, estatales y municipales, así como de los procuradurías ambientales e instancias de control y vigilancia como PROFEPA Y PROAM, mayores mecanismos de inspección y sanción que eviten la acumulación e incineración de residuos, que además de la contaminación de los cuerpos de agua, producen malos olores y dispersión de partículas a través de la acción del viento.

José Luis Montañez concluyó señalando que ojalá los próximos candidatos a las presidencias municipales y las diputaciones locales y federales por Morelia, incluyan dentro de sus agendas políticas y legislativas, acciones específicas para lograr la gestión integral de nuestras cuencas, incluyendo por supuesto el saneamiento de ríos y lagos, la construcción de nuevas plantas tratadoras de aguas residuales y el mejoramiento ambiental y sanitario, en favor de la población, hacia la construcción de una ciudad más sustentable, con el apoyo además de una nueva cultura del agua en la capital michoacana.

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