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Rinden emotivo homenaje al Chapecoense en estadio donde jugaría hoy

Los aficionados del conjunto brasileño rindieron un homenaje simultáneo a las víctimas en su localidad, Chapecó
Los aficionados del conjunto brasileño rindieron un homenaje simultáneo a las víctimas en su localidad, Chapecó

Con velas blancas y lágrimas, miles de aficionados acudieron este miércoles al estadio de Atlético Nacional para rendir homenaje a quienes serían sus adversarios, el equipo brasileño que prácticamente fue aniquilado el lunes en un accidente de avión cerca de Medellín, donde disputarían la final de la Copa Sudamericana

Medellín, Colombia, 30 de noviembre de 2016.- Con velas blancas y lágrimas, miles de aficionados acudieron este miércoles al estadio de Atlético Nacional para rendir homenaje a quienes serían sus adversarios, el equipo brasileño que prácticamente fue aniquilado el lunes en un accidente de avión cerca de Medellín, donde disputarían la final de la Copa Sudamericana.

Poco antes de las siete de la noche (23H45 GMT), hora a la que iniciaría el partido, empezó un acto de luto para recordar al que llamaron «el hoy eterno Chapé»: los jugadores del Atlético Nacional salieron al terreno con flores y caminaron conmocionados a través de una cancha que cambió la rivalidad y el jolgorio por los mensajes solemnes de hermandad con la localidad del sur de Brasil, de donde procedía el humilde equipo, que viajaba ilusionado a jugar el partido más importante de su historia. Algunos de ellos lloraron.

Los aficionados del conjunto brasileño rindieron un homenaje simultáneo a las víctimas en su localidad, Chapecó.

Después de escuchar marchas fúnebres, el estadio estalló al grito de «¡Vamos, vamos, vamos Chapé!». Hubo aplausos y saltos. Se levantaron globos, ramos de flores y banderas blancas. En pancartas gigantes se leía «El fútbol no tiene fronteras», «Todos somos Chapecoense» y «Chapecoense inmortal».

«Los brasileños no olvidaremos jamás la forma en que los colombianos sintieron como suyo el terrible desastre que interrumpió el sueño de Chapecoense», dijo en español el canciller de Brasil, Jose Serra, interrumpido por sus propias lágrimas y la ovación de los asistentes del Atanasio Girardot, un estadio con capacidad para 40.000 personas. La solidaridad de los colombianos, agregó, ofrece un enorme consuelo, «una luz en la oscuridad cuando todos estamos intentando lo incomprensible».

«Quizás no sea una casualidad que los colores de Chapecoense y Atlético Nacional sean verde y blanco, esperanza y paz más allá de la tragedia», afirmó mientras entre un público visiblemente afectado.

Autoridades colombianas, voces del mundo del fútbol y del Atlético Nacional pronunciaron emotivos discursos que cerraron con la lectura de un comunicado enviado por el Vaticano.

Desde primera hora de la tarde, cuando los asistentes vestidos de blanco empezaron a llenar el estadio, la afición dedicó cantos al equipo accidentado.

La banda de guerra del Ejército puso música al evento, donde sonó el himno de Colombia y el de Brasil, que declaró el martes tres días de luto oficial por el accidente.

Desde el momento del siniestro, el club de Medellín pidió a la Confederación Sudamericana de Fútbol que diera el título de campeón al equipo que volaba en un avión británico y se estrelló a cinco minutos de llegar a su destino dejando 71 muertos y seis heridos.

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