Editoriales

De Primera Mano / Desinterés en el informe presidencial

Nuestro director, Nicolás Casimiro; periodista con 16 años de trayectoria y con experiencia en radio y diversos medios impresos, electrónicos y agencias informativas
Nuestro director, Nicolás Casimiro; periodista con 16 años de trayectoria y con experiencia en radio y diversos medios impresos, electrónicos y agencias informativas

Ya se ha dicho hasta el cansancio, pero mientras los informes de gobierno, de los tres niveles, se sigan realizando al libre albedrío del gobernante en turno, poco o nada podremos creerles; se requiere fijar criterios, parámetros técnicos, metas y objetivos que permitan medir la eficacia y eficiencia de los gobiernos

Morelia, Michoacán, 02 de septiembre de 2014.- Si hay algo que me llamó la atención del Segundo Informe de Gobierno del presidente de México, Enrique Peña Nieto, fue la apatía y el marcado desinterés de la sociedad mexicana hacia el mismo.

No me refiero obviamente a la clase política, cuyas posturas son ampliamente predecibles, pues mientras que los del PRI y el Partido Verde aplauden, los del PAN, PRI, PRD, PT, Movimiento Ciudadano y Morena critican.

Me refiero a la gente en la calle, entre los grupos de amigos, las amas de casa, los obreros y la inmensa mayoría de la gente ajena a los partidos políticos y a los medios de comunicación con los cuales he convivido en los últimos días.

Eran de esperarse las cifras triunfalistas de Peña Nieto, constante no sólo de su gobierno, sino de cualquier gobierno mexicano, federal, estatal o municipal, igualmente eran predecibles los señalamientos en contra. Ambas posturas no fueron otra cosa que más de lo mismo que hemos visto, leído y escuchado a lo largo del último año.

Al respecto, me preocupa por un lado el aparente desinterés de la población por los temas de la agenda pública, pero también, por otro lado, entiendo el hartazgo de la gente en torno al hecho de que anualmente le presenten cifras que en su vida cotidiana no les representan nada, que les digan que estamos mejor, cuando en realidad las cosas no han caminado como se nos presume en los spots de radio y televisión.

Por ejemplo, desde que empezó el actual gobierno federal se nos ha dicho que están poniendo al país en movimiento y que vamos para arriba. Ayer lo recalcó el propio Peña Nieto, pero unas horas después, el Banco de México da a conocer que la expectativa de crecimiento económico del país bajó nuevamente, ahora de 2.56 a 2.47 por ciento, además de que al mismo tiempo el pronóstico de inflación anual se elevó de 3.78 a 3.82 por ciento. Entonces, ¿no que vamos muy bien?

Ya se ha dicho hasta el cansancio, pero mientras los informes de gobierno, de los tres niveles, se sigan realizando al libre albedrío del gobernante en turno, poco o nada podremos creerles.

Se requiere fijar criterios, parámetros técnicos, metas y objetivos que permitan medir la eficacia y eficiencia de los gobiernos, lo que debería ser primero tarea de los poderes legislativos y después de los órganos de transparencia y rendición de cuentas.

En el Congreso del Estado de Michoacán existe congelada una iniciativa sobre ese tema. Espero que los diputados locales la aprueben antes del siguiente informe de gobierno estatal, que se concentren en los temas que sí son de interés para el estado y que no sigan más de la mitad de ellos pensando y trabajando en asuntos que sólo a ellos les preocupan.

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