Ha caído el sátrapa / Teodoro Barajas Rodríguez

Ángel Aguirre quien despachara como gobernador de Guerrero ya se fue tras la presión ciudadana replicada por el mundo, sólo que la justicia en el caso concreto de los nomalistas de Ayotzinapa no llega, autoridades ausentes, en algunos casos negligentes, o infestadas por el crimen organizado dibujan una realidad con sabor a desaliento

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Morelia, Michoacán, 25 de octubre de 2014.- Ángel Aguirre quien despachara como gobernador de Guerrero ya se fue tras la presión ciudadana replicada por el mundo, sólo que la justicia en el caso concreto de los nomalistas de Ayotzinapa no llega, autoridades ausentes, en algunos casos negligentes, o infestadas por el crimen organizado dibujan una realidad con sabor a desaliento.

Desde hace algunos años el estado mexicano ha reflejado las carencias que le sitúan en muchos casos al borde de lo que los politólogos nominan como “estado fallido”, ello implica que la impunidad cabalga, la inseguridad provoca daños multilaterales en diversos rubros, la no asunción de la responsabilidad marca un desafinado concierto social que reporta más pendientes acumulados sin respuesta.

La narrrativa del crimen está por todas partes en nuestro país, en el medio urbano y rural, la crisis institucional es abiertamente expresiva como lo ejemplifica el multicitado caso de los normalistas de Ayotzinapa, las vejaciones que sufren los migrantes o la abierta intromisión del narcotráfico en diferentes niveles de gobierno.

México es una tumba clandestina aseguró el sacerdote Alejandro Solalinde recientemente en alusión a las fosas que se han descubierto una tras otra en Guerrero, hace mucho el espíritu de la ley quedó atrapado en una especie de purgatorio, son muchos los expedientes criminales que señalan negligencia de autoridades, los gobernantes se aferran al hueso sin autoridad moral que los avale.

Michoacán continúa en una marejada de crímenes, con todo y la organización legal de los grupos de ex autodefensas ahora bajo lineamientos oficiales de policía, Morelia dejó la tranquilidad para registrar casi a diario ejecuciones, algunas en centros de reunión. El cáncer de la inseguridad hizo metástasis por doquier porque no existe una sola burbuja blindada en nuestro país, la criminalidad se dispara, los muertos de la guerra declarada por Felipe Calderón y continuada por el presidente Enrique Peña Nieto se distingue por el alto grado de mortandad.

Después de una fuerte presión ciudadana y aún contra la actuación cobarde de la dirigencia nacional del PRD se logró que Ángel Aguirre dimitiera al cargo de gobernador. La izquierda o una parte de ella en el Partido de la Revolución Democrática olvida sus referentes, evidentemente la amnesia ha sido corrosiva con México. Fue Guerrero la entidad que se caracterizó por la irrupción de la guerrilla de dos profesores normalistas a inicios de los años setenta como lo fueron Genaro Vázquez y Lucio Cabañas, la izquierda actual los deja de lado, los citados guerrerenses insurrectos se manifestaron contra el antiguo régimen porque no había condiciones para disentir de otra manera, a ellos los persiguió la guerra sucia hasta aniquilarlos.

Guerrero es una tierra con profunda historia si evocamos el origen de México, particularmente Iguala, también ha sido el feudo de caciques y de movimientos sociales. La demanda de justicia no disminuye ni puede agotarse, vivimos días de luto desde hace años, el estado mexicano ha exhibido serias fisuras que reflejan debilidad, ausencia, opacidad.

La clase política se empobrece más, tal vez por ello se multiplican las iniciativas de ciudadanos no militantes de alguna de las franquicias actuales quienes desean refrescar al sistema político con nuevas caras, otras ideas que sirvan para aglutinar a quienes el desencanto en torno a los partidos les ha llegado y les tiene hartos.