Editoriales

La Orden Ejecutiva sobre Inmigración de Trump / Guillermo Zárate

Alguien tiene que empezar a poner orden y limpiar el cochinero que dejaron Obama y su entonces flamante Secretaria de Estado, Hillary Clinton
Alguien tiene que empezar a poner orden y limpiar el cochinero que dejaron Obama y su entonces flamante Secretaria de Estado, Hillary Clinton

La guerra está por terminar y los días de ISIS están contados, ha dicho el Presidente Trump. Los borrará de la faz de la tierra, en sus propias palabras. Y seguramente buscarán regresar al país que les dio alas y luego se las ha cortado abruptamente para cobrar venganza. Es lo que quiere evitar este veto.

La Piedad, Michoacán, 02 de febrero de 2017.- El 80% de los musulmanes refugiados en Europa viven de la asistencia social y se niegan a trabajar. Algunos agregan que incluso su religión les impide ejercer un oficio donde tengan que recibir órdenes de un infiel occidental (en referencia al no musulmán).

En Francia manifestantes destrozan autos y locales comerciales. Son residentes musulmanes que portan banderas de Irán y Jordania. Surgen luego protestas en contra de estos desmanes que también se tornan violentas y el presidente termina por prohibir toda expresión alusiva al tema en las calles. Nadie le hace caso.

En Alemania, protestas antiinmigrantes surgen tras los casos de Colonna donde mujeres europeas son hostigadas y algunas abusadas por refugiados musulmanes africanos.

Arabia Saudita y Qatar mantiene sus fronteras cerradas a refugiados de cualquier país de Asia, musulmanes o no. Jordania permite asentamientos a la orilla de su frontera solo en un margen de 5 kilómetros. Ni un metro más.

Estos son solo algunos acontecimientos que no sucedían antes de la llamada Primavera Árabe, ola de protestas contra gobiernos estables orquestadas desde occidente contra mandatarios que no se sometían a la voluntad de EEUU o la Unión Europea.

El penúltimo país incendiado por Obama (el último fue Yemen con la ayuda de Arabia Saudita) fue Siria, país tranquilo, donde cristianos y musulmanes convivían pacíficamente bajo el mando del Dr. Bashar Al Assad, su presidente, que al igual que su padre y predecesor, ha mantenido una política religiosa secular. De hecho es el único país del Medio Oriente no confesional que además protege a las comunidades minoritarias cristianas maronitas y ortodoxas.

El error de Assad fue no comprometer su producción de petróleo y sobre todo sus ductos que gozan de una codiciada salida al mar Mediterráneo con la OTAN y los EEUU.

Por eso no son de sorprender las recientes declaraciones del Padre Daniel Maes de 78 años y originario de Bélgica, que han causado revuelo en Europa al afirmar que a él le consta cómo la administración de Obama proveyó de armas y recursos al Estado Islámico y Al Qaeda.

De hecho la hermana Agnès-Mariam que dirige una cocina en Aleppo donde sirve sopa diariamente a 25,000 personas que de alguna manera han sobrevivido a la guerra, también coincide con el Padre en el sentido que los medios de comunicación de occidente (CNN, BBC, Washington Post, New York Times) y Al Jazeera en Asia, se aliaron a la clase política dominante en Estados Unidos y la Unión Europea para derrocar al Presidente Al Assad, difundiendo el montaje de un supuesto hartazgo del pueblo sirio con su gobierno, escenario propicio para un golpe de estado que a final de cuentas y tras cinco años de guerra civil, no pudo concretarse ni siquiera financiando a grupos opositores terroristas.

Ambos insisten que entre los sirios cristianos y musulmanes ordinarios hay aprecio y existe armonía; son los radicales financiados por occidente los que quieren masacrarlos y en este punto, agradecen al Ejército Sirio y a Rusia de haber liberado las comunidades cristianas y sunitas del asedio de ISIS, Al Qaeda y Al Nusra.

Por mucho, el legado hoy es un estado de miseria que ha dejado la guerra, con familias separadas y dispersas con muchos de sus integrantes asesinados por los terroristas, conformando un escenario que parte el alma.

En este tenor, es difícil por no decir imposible, que el sirio e iraquí común y corriente que radica en zonas de conflicto cuente con suficientes recursos para escapar de su país. No alcanza siquiera a cubrir sus necesidades básicas por lo que no tiene muchas alternativas: salir por el Mar Mediterráneo imposible, se encuentra coptada por Al Nusra y Al Qaeda; cruzar a pie la frontera con Israel o Turquía es impensable; Jordania los recibe de mala gana y en la zona más desértica. Y bueno, Irak… está igual que Siria.

De modo que es poco probable que la gente de buena voluntad huya a Europa a buscar refugio, ya no digamos cruzar el Atlántico para llegar a Estados Unidos. Y lo mismo aplica para los oriundos de Irak, de Yemen, Libia, Sudán y Somalia. Los iraníes sinceramente no entiendo a que querrían ir a la tierra del odiado tío Sam.

Los únicos con los recursos y la capacidad para hacer un viaje de este tipo tienen un perfil que exige un mayor escrutinio.

Me explico.

Si salen por territorios controlados por ISIS o Al Qaeda algún nexo tienen con ellos. Si no lo tuvieran los hubieran decapitado al intentar pasar, punto. Y como ya dijimos, el común de la población está arruinada, no tiene recursos. Solo los que han robado y se han apoderado de riquezas de otros pueden gastar una suma tan alta para un viaje de esa envergadura; los terroristas han saqueado hasta el cansancio.

¿Ya nos vamos entendiendo? La gente que vive bien en zonas controladas por el Ejército Sirio leal al Presidente Al Assad no tienen motivos para salir. La gente que vivía bien en zonas ahora controladas por terroristas viven en condiciones deplorables. Luego entonces, solo los que tienen algún vínculo con el Estado Islámico o Al Qaeda o Al Nusra podrían salir y buscar refugio en EEUU. Y más, si recordamos que son precisamente estos grupos lo que tienen muy buena relación con personal del gobierno norteamericano. Bueno, hasta antes del 20 de enero.

De ahí que la Orden Ejecutiva Protecting The Nation From Foreign Terrorist Entry Into The United States firmada el 27 de enero que suspende la admisión de refugiados de estos siete países a EEUU por 120 días y ordena una pausa durante 90 días al ingreso de ciudadanos con visa de estos países mientras se revisa minuciosamente cada caso, tenga mucha lógica.

La guerra está por terminar y los días de ISIS están contados, ha dicho el Presidente Trump. Los borrará de la faz de la tierra, en sus propias palabras.

Y seguramente buscarán regresar al país que les dio alas y luego se las ha cortado abruptamente para cobrar venganza. Y es lo que quiere evitar este veto.

Digo, alguien tiene que empezar a poner orden y limpiar el cochinero que dejaron Obama y su entonces flamante Secretaria de Estado, Hillary Clinton.

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