Editoriales

La Política del Miedo / Teresa Da Cunha Lopes

Teresa Da Cunha es doctora en Derecho; con diversos posgrados en universidades de México, España y Francia; profesora investigadora de la UMSNH; miembro del Sistema Nacional de Investigadores; y coordinadora del Área de Ciencias Sociales en el CIJUS
Teresa Da Cunha es doctora en Derecho; con diversos posgrados en universidades de México, España y Francia; profesora investigadora de la UMSNH; miembro del Sistema Nacional de Investigadores; y coordinadora del Área de Ciencias Sociales en el CIJUS

Vivimos bajo la dictadura de la política del miedo. Pero, el pasado nunca fue un mundo maravilloso ni el presente es la pesadilla que nos quieren vender los políticos ineptos como Trump. Dejemos de votar a los que nos encadenan con el miedo. Tomemos nuestro presente y, por ende, nuestro futuro, en nuestras manos.

Morelia, Michoacán, 03 de agosto de 2016.- El pasado nunca fue un mundo maravilloso. De hecho, fue un mundo bastante asqueroso del tipo descrito en la Ley de Herodes. Pero, el presente, también no es la pesadilla que nos quieren vender los políticos ineptos del tipo Trump & Co. para justificar su versión de la «ley y el orden» al más puro estilo fascistoide.

Yo soy suficientemente realista ( y optimista) para saber que esta “pesadilla ” terminará un día, más que no sea porque la ciencia y el conocimiento nos permiten, hoy, una velocidad  de diagnóstico y de solución de problemas que es mucho más rápida que por el pasado.

De cierta manera, hemos creado un mundo que se reinventa cada día y, lo hace porque aplica a cada momento una mirada que nace de un enfoque informado, que controla  procesos complejos y proporciona las soluciones necesarias  a los cambios modernos.

Sin embargo, y esta es la grande paradoja de nuestro presente, estamos inmersos en un momento histórico de grande sufrimiento. Sufrimiento artificialmente provocado. Hemos caído, desde el 2008, en una depresión económica y desde el 2001 en una guerra asimétrica  generalizada contra la 5a ola del terrorismo global. Ambos fruto de la ineptitud de los agentes políticos y de la cobardía de la aceptación, como dogma, de miedos a alternativas que podrían haber sido implementadas hace décadas.

Regionalmente, las cosas se han agravado, en algunas latitudes por la erosión del estado frente a los grupos delictivos; en otras por la ausencia de estado y, en otras por la emergencia de movimientos fundamentalistas religiosos. En lo global, no tendrían que ser tendencias paralizantes, ni imposibles de solución. Pero, para usar una metáfora actual, hemos sufrido un “fallo de software” .Cuestiones relativamente triviales y que se pudieron, en su momento, solucionar de forma rápida y eficiente, fueron magnificadas porque en los puestos de poder son escasos los individuos que comprenden la realidad, porque los medios masivos de comunicación son manejados por analfabetas con amnesia histórica y, porque los tres pilares de nuestra  civilización -familia, escuela y cultura viva- dejaron de funcionar de forma dinámica para entramparse en “guerras” ideológicas que más parecen debates bizantinos sobre el sexo de los ángeles .

donald-trump 160803Así las cosas, no es de sorprender que las palabras de Keynes, escritas hace más de 8 décadas para explicar la grande recesión de los años 30 y el ascenso del fascismo y del nazismo, suenan hoy como actuales y descriptivas de lo que estamos observando: “Pero ahora que la gente de la calle ha tomado consciencia de lo que sucede, esas personas, sin saber ni cómo ni por qué, están hoy tan desbordadas por lo que podrían resultar temores exagerados como antes, cuando empezaba a aflorar el problema, carecían de lo que habría sido una angustia razonable “.

Con efecto vivimos, hoy, bajo una percepción de un Apocalipsis inminente, de catástrofes que nos esperan en cada esquina, de miedos colectivos de todo y de todos. En la realidad vivimos en el medio ambiente creado por un discurso político que nos manipula a través del mensaje mediático y de la viralidad de las redes sociales. Vivimos la gran mentira de la política del miedo.

Los relatos alternativos son ineficientes y debidamente marginales, o sea incapaces  de contrarrestar esta narrativa de la política del miedo. Existe la versión que afirma que todo es culpa del gobierno y que tiene la fuerza de un dogma de la fe, de verdad innegable, entre diversos sectores que van de la extrema derecha a la extrema izquierda. Existe la versión conservadora (centro derecha) que convierte la “falta de gobierno, de ley y de orden” en el origen del mal. Existe  la tradicional tentación de los grupos y partidos del centro izquierda para omitir hechos, esconder la cabeza en la arena de la realidad como los avestruces, que les impide (desde hace varias décadas ) admitir que han tomado el camino equivocado de intentar gobernar con el corazón “a la izquierda ” aplicando políticas económicas de “derecha”.

Europa-inmigrantes-sirios 160803En consecuencia, la desigualdad en las primeras décadas del nuevo siglo regresó a los indicadores de las primeras décadas del siglo pasado, como lo demostró Piketty con sus series estadísticas históricas y, la 5a ola de terrorismo (principalmente con su transformación del “comando” a las acciones llevadas a cabo por los “lobos solitarios”) inflaron la narrativa vigente de la existencia de un estado general de decadencia.

Así pues, los gestores políticos de todos los bordes, se han dedicado, no a la búsqueda de respuestas políticas ni de ideas sobre lo que necesita la economía, la dinámica social y el proceso civilizacional de la Paz, para crear una estrategia explicativa  de la anatomía de sus inadecuadas respuestas y deficientes ( cuando existen) soluciones . En consecuencia, se atrincheraron en el discurso de la política del miedo acompañada de planes de seguridad  -que no tienen ni objetivos ni metas concretas y, que por lo tanto no aportan nada a la seguridad – que funcionan como un perfecto magneto para desviar millones de recursos públicos a tareas masivas de ciber vigilancia, de producción de nuevos armamentos, de contratos súper millonarios a empresas privadas.

Brexit.-elsalamoncontracorriente.es_ 160803Nosotros, bajo el terror económico del paro y el terror físico del secuestro, aceptamos, entonces la “gran mentira” y los recortes en la salud, en la educación, en las jubilaciones, el déficit de las cuentas públicas y los límites jurídicos al ejercicio de las libertades individuales. Nos acantonamos en nuestros rincones, regresamos a los nacionalismos, reclamamos las fronteras  consideramos que los refugiados son más peligrosos que el virus del ébola, entregamos en las urnas el poder a los  broncos, a los partidarios del Brexit, y / o, a los Trump. Hemos caído en las trampas de la política del miedo. En la gran mentira.

Es altura de recuperar el sentido común, dejar el alboroto de los partidarios del Apocalipsis y retomar un cierto grado de optimismo. Abandonemos a los políticos que nos bombardean con el discurso del miedo. Si, existen dificultades, si existen retos. Pero, la verdad es que tenemos tanto  el saber cómo las herramientas para salir adelante. En este sentido, de nuevo lo reafirmo, es tarea de la Academia ayudar en la recuperación de la lucidez intelectual y transmitir esta lucidez a la voluntad política.

Pero, no es solo una tarea para la Academia. Es un movimiento que tiene que ser de todos. Dejemos de lado la indolencia de dejar en las manos  de otros el manejo de la realidad. Podemos estar entrando a la “era de oro” en que finalmente el desarrollo tecnológico nos permitirá atacar enfermedades, hambre e instalar el bienestar. No dejemos que esa posibilidad sea secuestrada  por el miedo y la ignorancia. El mundo de la inteligencia artificial, de las nanotecnologías, de las energías limpias, acoplado con las nuevas propuestas de rendimiento social universal y de disminución de las horas de trabajo es real. Está ahí, empieza a ser implementado en algunos puntos  y el debate de su impacto en los países desarrollados está instalado.

Así que, debemos mirar a eses nuevos modelos y, dejar atrás aquellos que no quieren anclar en los tiempos de la esclavitud del trabajo de peón, bajo la excusa de que nos defienden de la inseguridad. Dejemos de votar a los que nos encadenan con el miedo. Tomemos nuestro presente, y por ende nuestro futuro, en manos.

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