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Los suspirantes… Basave, Beltrones y “Las Golondrinas”

Esta historia no ha terminado y seguramente muy pronto tendremos muchas más cosas de las cuales platicar
Esta historia no ha terminado y seguramente muy pronto tendremos muchas más cosas de las cuales platicar

Tras los resultados de los comicios del pasado 5 de junio, y antes de que sus respectivos partidos políticos, hagan los análisis de fondo de los mismos, dos dirigentes nacionales, Agustín Basave y Manlio Fabio Beltrones, decidieron anunciar su renuncia de manera apresurada

Morelia, Michoacán, 21 de junio de 2016.- Tras los resultados de los comicios del pasado 5 de junio, y antes de que sus respectivos partidos políticos hagan los análisis de fondo de los mismos, dos dirigentes nacionales decidieron anunciar su renuncia de manera apresurada.

Se trata de Agustín Basave Benítez, quien durante los últimos meses presidió al PRD, así como de Manlio Fabio Beltrones Rivera, que había venido presidiendo al PRI.

Los motivos de cada uno son distintos, pues mientras uno renuncia como consecuencia de sus indefiniciones y constantes bandazos, el otro lo hace por estrategia política, para quitarse de encima los fracasos con los cuales quieren vetarlo para 2018.

EL LLORÓN

Empecemos por Agustín Basave, quien llegó a la dirigencia nacional del PRD de manera circunstancial, por ser en su momento el menos peor de todos aquellos aspirantes que venían proponiendo las corrientes internas, como siempre divididas y fraccionadas, pero en ese entonces –además- confundidas por el surgimiento del Morena y los miles de votos que este nuevo partido les arrancó en un primer momento.

Él mismo lo ha reconocido, es más escritor, ideólogo y teórico que un político práctico.

Llegó desde las penumbras –siendo desconocido para la gran mayoría de la militancia a nivel nacional-, donde cómodamente se movía diciendo lo que el partido y la izquierda tenían qué hacer, pero cuando le tocó asumir la Presidencia del PRD continuamente mostró su falta de oficio y de tacto político.

Además, Basave Benítez pasó la mayor parte del tiempo quejándose de los resultados que le arrojaban su escasa capacidad, su inexistente liderazgo y su falta de interlocución con las corrientes de su partido.

Por eso, aun cuando en otras circunstancias los resultados obtenidos por el PRD le habrían garantizado al menos la posibilidad de buscar la continuidad –a pesar de las polémicas alianzas con el PAN-, su destino estaba sellado desde antes de la jornada electoral.

Y los principales factores para ello no son los que mediáticamente ha presumido Agustín Basave, sino su permanente actitud de responder a cualquier obstáculo o contrariedad interna con sus berrinches y sus constantes amagos de renunciar a medio proceso electoral, cuando sabía que ello traería consecuencias nefastas para el sol azteca.

Así, antes de que se realice el Congreso Nacional en el cual se haría una revisión a fondo de su desempeño y seguramente se confirmaría su destitución, el diputado y escritor decidió anticiparse y anunciar su renuncia, con efectos a partir del 2 de julio, no sin antes despotricar en los medios contra aquellos que ve como enemigos, como el ex dirigente nacional, Jesús Ortega Martínez, y el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo.

EL COLMILLUDO

Por su parte, el caso de Manlio Fabio Beltrones en el PRI es totalmente distinto. En varios espacios antes he citado que si alguien perdió más que el tricolor en la jornada electoral del 5 de junio, ese fue el muy experimentado político sonorense.

Cuando anunció que estaba por ganar entre 9 y 11 de las 12 gubernaturas en disputa y terminó por ganar sólo 5 de ellas, Manlio Fabio Beltrones quedó muy mal parado ante la militancia y quedó descalificado en la carrera por la candidatura del tricolor por la Presidencia de la República en 2018.

No somos pocos quienes pensamos que en buena medida la debacle del PRI en los pasados comicios fue en parte propiciada y en parte capitalizada por Los Pinos, para quitarse de encima a un rival interno que no forma parte del grupo en el poder.

Al quedar Beltrones Rivera fuera de la carrera, automáticamente subieron los bonos del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, que ganó en Hidalgo –su estado natal-, pero sobre todo los del titular de la SEP, Aurelio Nuño Mayer.

Por eso, antes de que a nivel nacional creciera el clamor de priístas pidiendo su cabeza, el aún presidente nacional del PRI anunció su renuncia.

Sin embargo, días antes dejó correr en algunos medios nacionales de comunicación versiones sobre una reunión que sostuvo con Los Pinos, misma en la que presuntamente puso como condición para continuar en la dirigencia las garantías de que se procedería legalmente contra los gobernantes salientes del tricolor que incurrieron en actos de corrupción, quienes a su juicio habrían sido los principales responsables de la derrota electoral.

De esta forma, la renuncia de Manlio Fabio da a entender entre líneas que el sonorense quiso actuar correctamente y que son Los Pinos quienes cobijan a los gobernantes que cometieron irregularidades y que propiciaron el descalabro priísta, pasando la bolita de manera magistral y separándose por un tiempo de las tareas de dirección en el partido, lo que seguramente le permitirá oxigenarse y rediseñar su estrategia para volver a estar vigente en 2018.

Desde mi perspectiva, en términos generales así están las cosas con los salientes dirigentes nacionales del PRD y del PRI. Pero esta historia no ha terminado y seguramente muy pronto tendremos muchas más cosas de las cuales platicar.

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