Editoriales

Michoacán, caos e impunidad / Alejandro Vázquez Cárdenas

El autor de este artículo es el reconocido Doctor Alejandro Vázquez Cárdenas
El autor de este artículo es el reconocido Doctor Alejandro Vázquez Cárdenas

Tendríamos que remontarnos más de medio siglo para encontrar un periodo tan caótico en Michoacán como el que estamos viviendo. Vamos, ni siquiera con el incompetente de Dámaso Cárdenas o el atrabiliario Mendoza Pardo estuvimos tan mal; aunque para muchos los peores gobernadores han sido Leonel Godoy, Fausto Vallejo y Salvador Jara.

Morelia, Michoacán, 14 de octubre de 2016.- Una verdad incontrovertible, Michoacán padece, desde hace tiempo, graves problemas que afectan a prácticamente la totalidad de la población. Y lo peor, no hay visos de que esto se resuelva, al contrario, vamos de mal en peor. Destacan por su importancia, los relativos a la inseguridad, aumento de criminalidad, carencia de empleos, pésima urbanización con pobre mantenimiento, estancamiento económico y la salida de varias empresas que huyen por la creciente inseguridad y falta de garantías para desarrollar sus actividades.

Tendríamos que remontarnos más de medio siglo para encontrar un periodo tan caótico en Michoacán como el que estamos viviendo. Vamos, ni siquiera con el incompetente de Dámaso Cárdenas o el atrabiliario Mendoza Pardo estuvimos tan mal; aunque para muchos los peores gobernadores han sido Leonel Godoy, Fausto Vallejo y Salvador Jara.

Hace ya un año que, por la voluntad de los michoacanos, expresada en las urnas, tomó posesión como Gobernador el Ing. Silvano Aureoles; los votos se cuentan, no se juzgan; y rindió protesta como tal el 1 de octubre del 2015, prometiendo, como acostumbran los funcionarios, «cumplir y hacer cumplir la constitución». En su discurso, articulado y razonablemente bien elaborado, prometió una serie de cosas que se han quedado en eso, en promesas. Resultó finalmente un discurso más falso que los de López Portillo, obviamente sin la calidad y elegancia de este último.

Me referiré solo a dos problemas que laceran al Estado; primero, la problemática de la violenta y criminal Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, estructura que tiene hundido al Estado en los últimos lugares nacionales en cuanto a calidad de su educación, y a los «normalistas» , singularmente los de Tiripetío y Cherán.

Imposible hacer siquiera un listado de los delitos cometidos por estas estructuras en los últimos años, mismos que se han recrudecido recientemente con el pretexto de la llamada «Reforma educativa», misma que la CNTE rechaza pues pondría un límite a sus absurdos privilegios, amén de exhibir la ignorancia supina de muchos de sus agremiados. La violencia de la CNTE es ya conocida por los michoacanos, basta recordar la brutal agresión de una horda de «maestros» de la CNTE en su asalto a una estación de televisión en Morelia para golpear, arrancarle la ropa y pasear en ropa interior por toda la Av. Madero a una maestra y un maestro de la SNTE, tan solo por no estar de acuerdo con lo que decían.

Prácticamente todos hemos padecido la violencia de los «Maestros» y los «normalistas», en bloqueos, plantones, cierres de carreteras, pasajeros bajados de los autobuses en medio de la nada,. Todos hemos visto como detienen y roban a camiones repartidores de bebidas y alimentos, como asaltan tiendas de conveniencia, como dañan propiedad ajena y en varios casos como golpean a quienes se atreven a cuestionarlos. Y ahora peor, les ha dado por secuestrar e incendiar autobuses de pasajeros como «medida de presión» para que les cumplan un capricho.

¿Y las autoridades? Nada, solo observando, y solo cuando el lio es muy grande detienen a unos cuantos, para liberarlos horas después con fianzas ridículas. ¿Por órdenes de quién? No lo sé.

Estas semanas el problema ha empeorado. La violencia y agresividad de la CNTE y «anormalistas» es mayor; ya calibraron al gobierno del «nuevo comienzo» y constataron su miedo y debilidad. Pueden desafiarlo con toda confianza.
¿Por qué tenemos un Gobernador para fines prácticos ausente? Un Gobernador que se ha concretado a emitir declaraciones y promesas de que ahora si se cumplirá la ley, pero que se queda en eso, en las palabras.

La idea general es que Silvano no quiere actuar por miedo y por no desea tener una imagen de «represor» pues busca la candidatura a la Presidencia en el 2018. Gran ingenuidad. Su candidatura ya se fue al drenaje. Si el Gobernador tiene ayudantes le podrán decir que la inmensa mayoría de los michoacanos tiene una pésima opinión de él, por omiso y hablador. Si se dan una vuelta por las llamadas «redes sociales» verán que 9 de cada 10 comentarios son muy negativos para su actuación.

¿Qué espera Silvano? ¿Qué un grupo de ciudadanos justificadamente exasperados haga justicia por propia mano? No se necesita una bola de cristal para adivinar que eso pasará.

Y lo peor es que aún faltan 5 años de desgobierno; ¿tiempo suficiente para destruir al Estado? o para que salga otra Durango roja.

Alejandro Vázquez Cárdenas
drvazquez4810@yahoo.com

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