Editoriales

No fue penal / Teodoro Barajas Rodríguez

El autor es maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas
El autor es maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas

La Copa Oro es torneo que resultó fallido en el terreno de juego, medianamente ganador en las tribunas, pero la selección mexicana hizo el ridículo, aunque gane la copa ya ha perdido de antemano

Morelia, Michoacán, 26 de julio de 2015.- El fútbol es un fenómeno social, también un gran negocio y a veces el pasaporte de regreso a la niñez; Mario Benedetti alguna vez dijo que fue un ferviente seguidor del juego en tiempos en los que el romanticismo le caracterizaba y la selección uruguaya acumulaba títulos en la mitad del siglo XX. Eduardo Galeano definía al gol como el orgasmo del fútbol.

Muchas cosas derivadas del juego más difundido en el orbe, recién los comentarios febriles acerca del juego estropeado de la selección mexicana contra su similar de Panamá en la llamada Copa de Oro que es el torneo más paupérrimo en cuanto a calidad fueron cuantiosos, extremistas, ese cotejo tiró por la borda cualquier resquicio de limpieza.

México es un país que ha exportado mala fama por motivos de corrupción, agandalle y otras malas artes, muchas portadas en diarios internacionales dieron cuenta de las pifias arbitrales que obsequiaron a la selección mexicana su pase a la final del desprestigiado torneo en los tiempos de la peor crisis de la FIFA sacudida por la corrupción.

En ese juego el equipo dirigido por Miguel Herrera a quien apodan El Piojo, cuya megalomanía suele ser rabiosamente recalcada a cada momento, deambuló por la cancha como si se tratase de sombras extraídas de un cuento de Juan Rulfo. En el anterior mundial de fútbol se habló a manera de lamento un penal que aparentemente no fue pero favoreció a Holanda y a la postre echó del certamen a la oncena verde, ahora sucedió al revés, la doble moral en muchos opinadores, la carencia de juego limpio fue una característica.

Si tantos millones de mexicanos hablaran con tal frenesí de política, economía y cultura estaríamos del otro lado, si miles de fanáticos ese esfuerzo lo emplearan en otras actividades seguro se gestarían cambios favorables. Reflejamos la cultura que se tiene como país, en términos generales, la Copa de Oro tal vez la gane la selección a la que le llaman de todos, ello no disminuye las incidencias turbulentas que le ayudaron a pasar al dejar fuera a Costa Rica y Panamá gracias al apoyo de los árbitros.

Tal vez la selección tricolor pierda ante Jamaica y ello nos recordaría lo que escribió alguna vez Juan Villoro, “los dioses compensan a los perdedores para que sigan jugando”, lo cierto es que Andrés Guardado pudo errar el primer penal pero no lo hizo, todo ello me hace recordar a un señor que casi acuñó aquella frase para justificar su “triunfo”, haiga sido como haiga sido.

Casi termina el torneo barato en calidad, caro por patrocinios, de la Copa de Oro en la que se han registrado conductas ajenas al deporte, yerros arbitrales, embustes, vulgaridades, comentaristas que hacen añicos nuestro lenguaje pero no buen fútbol porque éste ha permanecido ausente.

El citado torneo resultó fallido en el terreno de juego, medianamente ganador en las tribunas, pero la selección mexicana hizo el ridículo, aunque gane la copa ya ha perdido de antemano.

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