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UMSNH, en la peor crisis de su historia (Por: Alejandra Ortega)

La autora, Alejandra Ortega, es subdirectora de ATIEMPO.MX, con una amplia trayectoria de más de 15 años en los medios de comunicación
La autora, Alejandra Ortega, es subdirectora de ATIEMPO.MX.

La Universidad Michoacana atraviesa por la peor crisis económica en su historia. Desde hace algunos meses este tema ocupa a todos los medios de comunicación y está presente hasta en las charlas de café. ¿Pero qué es lo que tiene en número rojos a nuestra máxima casa de estudios?

Morelia, Michoacán, 13 de noviembre de 2017.- La Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) atraviesa por la peor crisis económica en su historia. Desde hace algunos meses este tema ocupa a todos los medios de comunicación y está presente hasta en las charlas de café.

¿Pero qué es lo que tiene en número rojos a nuestra máxima casa de estudios?

En primer lugar la poca transparencia con la que se manejan los recursos desde hace muchas décadas y que ha provocado una deuda que asciende a mil 100 millones de pesos.

En 2016, la Universidad tuvo un presupuesto de 3 mil 607.5 millones de pesos, de los que casi el 90% son recursos de la Federación y el Estado. Y solo un 10% viene de ingresos propios.

Estos dineros es difícil saber con exactitud a qué rubros se van, pues por décadas la Universidad se ha escudado en su «autonomía» para no rendir cuentas y conducirse con opacidad.

Lo que sí sabemos es que la mayor parte del recurso, se va a pagos de pensiones y jubilaciones. La Michoacana tiene 2 mil 193 pensionados, que reciben en promedio hasta 26 mil 656 pesos cada mes y en algunos casos bastante más.

La cuestión está en que los trabajadores y académicos ganan mucho más ya jubilados que en activo.

Estos indicadores demuestran que algo no anda nada bien.

Aunado a ello, una cada vez más voluminosa plantilla de trabajadores, que además no reconoce la Federación y que por lo tanto no contempla en el presupuesto que asigna a esta institución, lo que presiona aún más las finanzas de la Universidad y a las del gobierno del estado.

Y las cifras no mienten, la UMSNH tiene registro de 7 mil 287 trabajadores, con una edad promedio entre activos y pasivos de 44.57 años. Y de estos trabajadores, la mayoría no son docentes.

Otra parte importante del presupuesto se destina a las casas de estudiantes, en donde para sostener los 35 inmuebles que existen en Morelia, se erogan unos 140 millones de pesos anuales. Sin embargo, se desconocen los detalles de estos gastos, no sabemos cuánto vaya a cada casa mensualmente y en qué ocupen ese dinero los muchachos.

Todo esto ha llevado a la Universidad a esta lamentable situación, que irá empeorando si no se trabaja en buscar una pronta solución al problema, que visto desde afuera, queda muy claro en dónde está y cuál debería ser la solución.

Pero a muchos de los que están dentro, no les interesa o no les conviene resolver, pues son más los intereses que hay detrás, por ello a pesar de las presiones del gobierno del estado y del Congreso, los universitarios no encuentran la clave.

Aunque unos pocos profesores y alumnos están buscando la solución por la vía jurisdiccional y ampararse, este tema no ha tenido eco en los demás nicolaitas.

En lugar de eso, se han organizado foros para buscar las vías que permitan solucionar de fondo esta crisis, con resultados nulos y así lo hicieron saber de forma pública las autoridades universitarias.

Y se entrampa todo con las posiciones intransigentes de algunos profesores y líderes sindicales que argumentan que cualquier cosa que se haga afectaría el contrato colectivo de trabajo, lo cual es un error, pues el régimen de pensiones y jubilaciones no deriva de tal contrato, sino que es un derecho que tienen todos los trabajadores, como ha afirmado en varias ocasiones el catedrático Jorge Álvarez Banderas.

No es lógico que exista una Universidad en donde hay más administrativos que profesores y no es lógico que habiendo las formas legales para poder reformar el sistema de jubilaciones y pensiones, que tiene ahorcada a la Universidad, no se quiera hacer, ni por parte de trabajadores, como de las propias autoridades, limitando todo a la presión con bloqueos de calles, marchas y consignas, y además haya quienes argumenten que se busca privatizar a la Universidad.

Un régimen en donde los jubilados ganan más que los trabajadores activos y que sus pensiones vayan aumentando igual que lo hacen los salarios de estos activos, no es congruente y debe ajustarse, al igual que se deben ajustar todos los demás gastos que se hacen y subsanar los estragos que generaron los recortes presupuestales y la gratuidad de la educación.

Es claro entonces, que se deben buscar mecanismos para no depender tanto de la Federación y del Estado, aunque también no debería haber recortes, sino una paridad con los presupuestos de otras universidades del país.

Hay formas, pero se necesita sensatez y voluntad de todas las partes, para resolver el problema de la ahora Benemérita UMSNH.

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