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Amor índigo, lo nuevo de Michel Gondry en el FICM

Da la impresión de que Gondry da más importancia a la forma que al fondo, aunque esto puede resultar más que atractivo para los seguidores incondicionales del cineasta francés
Da la impresión de que Gondry da más importancia a la forma que al fondo, aunque esto puede resultar más que atractivo para los seguidores incondicionales del cineasta francés

La nueva película de Gondry está basada en la novela La espuma de los días del escritor francés Boris Vian, publicada originalmente en 1947; su principal problema, es justamente el sello característico de su director, su abigarrado estilo visual, que convierte al filme en una experiencia esquizofrénica y agotadora

Morelia, Mich., 23 de octubre de 2013.- En la edición del 2011 del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), hizo acto de presencia en tierras michoacanas el cineasta y artista visual Michel Gondry. En esta ocasión se presentó en la sección de estrenos internacionales el séptimo largometraje del cineasta francés Amor índigo (L’écume des jours, 2013), obra que ha recibido críticas encontradas desde su estreno en la cartelera francesa a mediados de este año.

La nueva película de Gondry está basada en la novela La espuma de los días del escritor francés Boris Vian, publicada originalmente en 1947 (en español está editada por Alianza); la obra ya había sido adaptada para el cine en 1968 bajo la dirección del casi desconocido Charles Belmont. En Amor índigo nos encontramos en una peculiar versión de París, ciudad sumergida en un universo absurdo y extraño. En ese lugar habita Colin, un hombre que cuenta con los recursos suficientes para no tener que trabajar, junto a su sirviente Nicolas y un pequeño ratón de bigotes negros. Su amistad con Chick, un ingeniero pobre y fanático de las obras de Jean-Sol Partré lo lleva a conocer a Chloé, una encantadora joven que padece una terrible enfermedad.

La película está ambientada con el estilo típico de Gondry, colores chillantes, artilugios extraños, desproporciones anatómicas así como innumerables animaciones cuadro por cuadro. Es imposible no relacionarla con La ciencia del sueño (La science des rêves, 2006) o Rebobine por favor (Be kind rewind, 2008), aunque desafortunadamente se aleja de la estructura narrativa y de formato visual más convencional de la que hasta ahora es la mejor de sus obras: Eterno resplandor de una mente sin recuerdos (Eternal sunshine of the spotless mind, 2004).

En el reparto encontramos a un desaprovechado Romain Duris (a quien también podemos ver en esta edición del FICM en la comedia Populaire), junto a una cada vez menos despampanante Audrey Tautou. En cambio, la película parece favorecer el lucimiento del moreno Omar Sy, famoso por su interpretación en Amigos (Intouchables, 2011).

El principal problema de Amor índigo, es justamente el sello característico de su director, su abigarrado estilo visual, que convierte al filme en una experiencia igualmente esquizofrénica y agotadora por su poco más de dos horas de duración. Da la impresión de que Gondry da más importancia a la forma que al fondo, aunque esto puede resultar más que atractivo para los seguidores incondicionales del cineasta francés.

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