La tragedia de Pinolito: Quebranto en el FICM

Quebranto cuenta la historia de dos personajes, Fernando García, quien en su infancia en los años setenta fue actor infantil, y se le conoció como Pinolito, y su madre, la señora Lilia Ortega, que también fue actriz de cine

Morelia, Mich., 26 de octubre de 2013.- En la sección de largometraje documental mexicano en competencia en el FICM se presentó Quebranto (2013), segundo trabajo de no ficción del productor, guionista y cineasta mexicano Roberto Fiesco. El filme ya estuvo presente en la gira de documentales Ambulante y se pudo ver en el Festival de Cine de Guadalajara en donde ganó el premio Maguey a mejor película y el Premio Especial del Jurado a mejor documental.

Quebranto cuenta la historia de dos personajes, Fernando García, quien en su infancia en los años setenta fue actor infantil y se le conoció como Pinolito (se le recuerda sobre todo por Fe, esperanza y caridad, cinta coral de 1974, en donde Jorge Fons dirige el segmento Caridad), y su madre, la señora Lilia Ortega, que también fue actriz de cine. El tiempo pasó y ante la falta de oportunidades en el cine, Pinolito decide incursionar en el mundo del cabaret, inicialmente como bailarín, hasta que un día siente que no puede más y decide expresar abiertamente su homosexualidad, pierde su empleo y después de una serie de vicisitudes se prostituye para sobrevivir, aunque no pierde la esperanza de volver a la actuación.

Además del gran trabajo de dirección de Roberto Fiesco, quien colaboró con Julián Hernández para darle una estructura al filme, Quebranto merece verse tan solo por la presencia, el carácter desenfadado y el trágico destino de su protagonista, quien de prometedora estrella infantil ha pasado al mundo marginal, expuesto a la burla y la discriminación.

Sería interesante saber que ha pasado con Fernando García, quien ahora se hace llamar Coral Bonelli, después del recibimiento que ha tenido el documental basado en su persona. Tal vez, tristemente como suele suceder en estos casos, el éxito de la obra no repercute en lo más mínimo en la situación económica ni en la mejor atención a la enfermedad crónica que padece su protagonista. Definitivamente, un cine para hacer reflexiones.