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“Sinvivir”, ópera prima de Anaïs Pareto, se presentó en el FICM

Sinvivir es una cinta sólida, el gran trabajo detrás de cámaras se transmite a la pantalla en cierto ánimo de camaradería, el cual calza perfecto con el contenido del largometraje debut de Anaïs Pareto. Sin duda, de lo mejor que ha presentado la competencia del FICM en esta edición.
Sinvivir es una cinta sólida, el gran trabajo detrás de cámaras se transmite a la pantalla en cierto ánimo de camaradería, el cual calza perfecto con el contenido del largometraje debut de Anaïs Pareto. Sin duda, de lo mejor que ha presentado la competencia del FICM en esta edición. (FOTO: ARMANDO CASIMIRO GUZMÁN)

El guión nos presenta a Jairo y Hugo, dos amigos que viven juntos de manera temporal. Todo transcurre con relativa tranquilidad hasta que un día Hugo trae consigo a Moisés, un primo que ha intentado suicidarse y no tiene a nadie más a quien recurrir. La reticencia inicial de Jairo cederá cuando la cercanía con sus nuevos compañeros le permita definir su postura frente a la vida… y la muerte.

Morelia, Michoacán, 25 de octubre de 2017.- En la cuarta jornada de actividades de la sección de Largometrajes Mexicanos en Competencia del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), se presentó Sinvivir (2017), ópera prima de Anaïs Pareto Onghena. Ante una sala abarrotada en la función de prensa matutina, la directora catalana afincada en México, platicó con los medios sobre los pormenores de su largometraje debut, antes de la exhibición vespertina para el público en general.

El guión coescrito por Francisco Santos Burgoa y la propia Anaïs Pareto nos presenta a Jairo y Hugo, dos amigos que viven juntos de manera temporal. Todo transcurre con relativa tranquilidad hasta que un día Hugo trae consigo a Moisés, un primo que ha intentado suicidarse y no tiene a nadie más a quien recurrir. La reticencia inicial de Jairo cederá cuando la cercanía con sus nuevos compañeros le permita definir su postura frente a la vida… y la muerte.

A pesar de sus diferencias, los personajes masculinos comparten algunas características: todos ellos se sitúan dentro de un mismo rango de edad, además de que los tres sufren algún tipo de carencia emocional: Hugo es un médico forense a quien su esposa ha abandonado debido a sus constantes infidelidades, Moisés es un músico alejado de su familia que intentó acabar con su vida por razones que no se especifican, mientras que Jairo ha sido abandonado por su pareja y se encuentra sumido en una profunda depresión.

La película transcurre prácticamente en una sola locación: la casa que habita la propia directora en Santa Úrsula en la Ciudad de México, la cual se transformaba los fines de semana en locación cinematográfica. Debido a lo mínimo del reparto la obra se presta para profundizar en la exploración de los personajes, de igual manera, el espacio reducido en el que se desenvuelven los actores también la permea de cierto barniz teatral.

El origen de la historia puede rastrearse hasta dos fuentes: una obra de microteatro que dirigió Anaïs Pareto en donde se tocaba el tema del suicidio y un cortometraje previo, llamado La banqueta (el cual por cierto se presentó en el FICM en 2013), en donde trabajaba con los actores Pedro Hernández y Horacio García Rojas, quienes respectivamente interpretan a Jairo y Moisés en esta nueva producción.

Es interesante notar como va cambiando el tono del filme conforme transcurre el metraje, el acento ligero y humorístico de los primeros momentos, se va diluyendo paulatinamente. Al respecto, Pareto comentó: “Inicialmente quería hacer una oda a la vida, dar a entender que cuando todo parece jodido siempre hay algo de lo que te puedes agarrar… pero al final la película resultó más oscura de lo que habíamos planeado, no solo en cuanto a luz y colores, sino en la atmósfera”.

Aunque aparentemente se inclina demasiado hacia el lado masculino, la directora consiguió equilibrar ese embate con la inclusión de un personaje femenino: la hermana de Jairo, interpretada por Mercedes Hernández, quien brinda cierto calor maternal.

Sinvivir es una cinta sólida, el gran trabajo detrás de cámaras se transmite a la pantalla en cierto ánimo de camaradería, el cual calza perfecto con el contenido del largometraje debut de Anaïs Pareto. Sin duda, de lo mejor que ha presentado la competencia del FICM en esta edición.

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