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Hoy se cumplen 6 años de los granadazos en Morelia

Los atentados del 15 de septiembre de 2008 en Morelia fueron una serie de ataques terroristas cometidos en contra de la población civil en la capital del estado de Michoacán
Los atentados del 15 de septiembre de 2008 en Morelia fueron una serie de ataques terroristas cometidos en contra de la población civil en la capital del estado de Michoacán

El saldo oficial fue de 8 personas muertas y 132 heridas, varias de las cuales perdieron extremidades, el oído han tenido secuelas físicas o emocionales con las que habrán de cargar toda su vida. A 6 años de distancia, siguen muchas dudas, preguntas sin responder y heridas que no se han logrado sanar

Morelia, Michoacán, 15 de septiembre de 2014.- Los atentados del 15 de septiembre de 2008 en Morelia fueron una serie de ataques terroristas cometidos en contra de la población civil en la capital del estado de Michoacán, durante la ceremonia del 198 aniversario del «Grito de Independencia» (conmemoración del inicio de la lucha por la Independencia de México en 1810) en pleno centro histórico de la ciudad.

El saldo oficial fue de 8 personas muertas y 132 heridas, varias de las cuales perdieron extremidades, el oído han tenido secuelas físicas o emocionales con las que habrán de cargar toda su vida. A 6 años de distancia, siguen muchas dudas, preguntas sin responder y heridas que no se han logrado sanar.

Ningún grupo u organización se adjudicó como autor de los atentados, que fueron los primeros de su tipo en la historia de México. De acuerdo con las investigaciones, todo parecía apuntar a que fueron ejecutados por algún cártel del narcotráfico contra los cuales el gobierno mexicano libra una guerra desde diciembre de 2006.

Los ataques consistieron en las detonaciones de dos granadas de fragmentación en dos puntos del centro de la ciudad: en la Plaza Melchor Ocampo (a un costado de la catedral de Morelia y casi enfrente del Palacio de Gobierno de Michoacán), y en el cruce de la Avenida Madero Poniente (la principal arteria vial de la ciudad) y el cruce de la misma Avenida Madero con la calle Andrés Quintana Roo.

Estas explosiones se produjeron cuando en el área centro de la ciudad (cerrada al tráfico vehicular para la realización del acto), cuando se encontraban reunidas alrededor de 30 mil personas para la ceremonia.

Poco después de las 23:00 horas, tras la última arenga del entonces gobernador de Michoacán, Leonel Godoy Rangel, se escucharon dos explosiones casi simultáneas entre la multitud, aunque al principio se creyó que se trataba de la explosión accidental de cohetones o petardos, pero minutos después las autoridades empezaron a percatarse de la magnitud del ataque.

Tras el atentado 3 personas fallecieron, pero en la madrugada del 16 de septiembre 4 de los heridos graves también se convirtieron en víctimas mortales del acto y después falleció una más. El número oficial de heridos ascendió a los 132, entre ellos diversas personas que perdieron las extremidades.

Inicialmente sólo se contaba con un retrato hablado de la persona que arrojó la primera granada en la Plaza Melchor Ocampo, aunque las investigaciones siguen en pie, buscando esclarecer este que es el primer atentado terrorista contra la población civil en la historia de México.

Adicionalmente se reportó una tercera explosión en la salida a la carretera a Salamanca, Guanajuato.

El gobernador de Michoacán, Leonel Godoy Rangel atribuyó el atentado al crimen organizado y decretó día de luto en Michoacán, donde la bandera nacional ondeó a media asta. Los gobernadores Héctor Ortiz Ortiz de Tlaxcala, Miguel Ángel Osorio Chong de Hidalgo, Fidel Herrera Beltrán de Veracruz e Ivonne Ortega Pacheco de Yucatán, condenaron el atentado terrorista perpetrado por el crimen organizado.

En las primeras horas del 16 de septiembre, en el transcurso de la mañana, turistas que visitaban Morelia, comenzaron a abandonar la ciudad ante un ambiente de miedo e incertidumbre.

El tradicional desfile de conmemoración de la Independencia de México fue cancelado en Morelia, y se confirmó la detención de seis jóvenes, aunque no se demostró su participación en los atentados. La noche del 17 de septiembre fueron detenidas dos personas denunciadas anónimamente y quienes sufrieron un accidente de carretera en el Estado de Zacatecas, pero tras realizar las diligencias necesarias fue descartado cualquier vínculo con los hechos.

Aunque la línea principal de investigación apuntaba hacia el narcotráfico, concretamente a la probable responsabilidad de la organización criminal «La Familia» que operaba principalmente en el estado de Michoacán, ésta se deslindó de los hechos colocando mantas en diversos puntos de Morelia.

Asimismo, Los Zetas, otra organización criminal y brazo armado del cártel del Golfo, se deslindó del atentado y culpó a La Familia de ser la autora de las detonaciones. Por su parte, la organización guerrillera mexicana denominada Ejército Popular Revolucionario (EPR) emitió un comunicado deslindándose también del atentado.

El 25 de septiembre de 2008, con ayuda de una denuncia anónima, fueron detenidos en Apatzingán, Michoacán tres presuntos responsables de ser los autores materiales de los atentados. Los detenidos confesaron formar parte de la organización delictiva de narcotraficantes Los Zetas. Sin embargo unos días después de su captura y confesión, los detenidos se retractaron y argumentaron que la Policía Federal los torturó para que se declararan culpables y miembros de la organización criminal mencionada.

A principios del mes de octubre del mismo año, el gobernador Leonel Godoy envió al Congreso del Estado una iniciativa de decreto para otorgar pensiones temporales o vitalicias (según la gravedad de cada caso) a las víctimas de los atentados, sin embargo, la propuesta del titular del Ejecutivo era inconstitucional, por lo cual la 71 Legislatura elaboró durante casi un año una reforma constitucional y una Ley Reglamentaria que permitiera otorgar los mencionados apoyos.

Las reformas se aprobaron casi un año después de los atentados y de inmediato llegaron las solicitudes que comenzaron a ser aprobadas, sin embargo, el pago de las pensiones debe ser aprobado anualmente por el Congreso del Estado con el Presupuesto de Egresos del Estado de Michoacán y los beneficiarios han dependido en repetidas ocasiones de la voluntad y disponibilidad del Gobierno de Michoacán para cobrar sus apoyos, en varios de los casos de manera extemporánea, y según se ha manifestado a lo largo de los años, también de manera insuficiente.

Otro impacto grave que derivó de los granadazos en Morelia fue a la entonces boyante actividad turística en Michoacán, ya que a partir de dicho acto terrorista bajó drásticamente y no se ha logrado recuperar, ni en la capital ni en el resto del estado, pese a los múltiples esfuerzos del sector hotelero y de las autoridades de los tres niveles de gobierno. (CON INFORMACIÓN DE: WIKIPEDIA Y NICOLÁS CASIMIRO).

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