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Cartelera Retrospectiva: Fantasmas del pasado

La historia centra su atención en la discreta Maureen, compradora profesional de ropa y accesorios; el director Olivier Assayas añade un componente sobrenatural al relato con la peculiar sensibilidad de su joven protagonista para establecer contacto con el mundo de los muertos

Morelia, Michoacán, 23 de marzo de 2017.- Fantasmas del pasado (Personal shopper, 2016), largometraje número dieciséis que escribe y dirige Olivier Assayas, recibió opiniones encontradas después de su presentación en la pasada edición del Festival de Cannes, aunque eso no fue obstáculo para que al final se alzara con el reconocimiento a mejor director para el cineasta francés. En México, la cinta pudo verse previamente en el Festival de Cine de Oaxaca y ahora llega a la cartelera por cortesía de la distribuidora Cine Caníbal.

Ésta es la segunda película (después de Clouds of Sils Maria, estrenada en 2014), en la que colaboran el director parisino y la actriz Kristen Stewart. En ambos filmes, Stewart interpreta a personajes que trabajan como asistentes personales de figuras de alto perfil: una reconocida actriz que se refugia en un remoto lugar de los Alpes en la primera de ellas, así como la ayudante de compras de una modelo de fama internacional en la cinta que nos ocupa.

En Fantasmas del pasado la historia no gira en torno a la irascible diva de las pasarelas, sino que centra su atención en la discreta Maureen, compradora profesional de ropa y accesorios. Assayas añade un componente sobrenatural al relato con la peculiar sensibilidad de su joven protagonista para establecer contacto con el mundo de los muertos. Presenciamos como la hipersensible Maureen, espera impaciente en París la señal convenida de su hermano gemelo, recientemente fallecido.

Pero a pesar de la aventurarse en el mundo de los espíritus, no es propiamente un filme de género. Es verdad que muestra entidades que habitan casas abandonadas, pero los momentos de verdadera tensión se sienten cuando aparecen una serie de crípticos mensajes telefónicos abriendo la posibilidad de una especie de comunicación proveniente del más allá. Pero sin renunciar al análisis introspectivo de un personaje que está atrapado en un empleo insatisfactorio, atado a su pasado y que vive con un pie en el abismo.

Assayas no tenía intención hacer dos filmes consecutivos con Kristen Stewart (recientemente causó revuelo al definirla como “la mejor actriz de su generación”), pero tras la cancelación de un proyecto que tendría lugar en Estados Unidos, el francés comenzó a trabajar en un guion claramente pensado para la actriz estadounidense, quien dicho sea de paso, ha intentado sacudirse su fama de heroína de melodramas adolescentes buscando trabajar en proyectos de mayor calado.

Tal vez el principal problema del filme es su brumosa vocación, encontramos una especie de drama laboral que se convierte en thriller, pero que no empata adecuadamente con el conflicto personal de la protagonista que promete, al menos en apariencia, una historia de terror, que al igual que los fantasmas de Carlos Trejo, nunca se materializa.

Pero a pesar de su inconsistencia no debemos desestimar el nuevo trabajo de Assayas. Es una mirada evasiva y arriesgada a la forma en como las personas lidian con el duelo para poder cerrar un capítulo doloroso de su vida. Además, retoma desde otro ángulo uno de los aspectos recurrentes en la filmografía del cineasta francés: la manera en la que las culturas se conectan entre sí gracias a los avances tecnológicos. Es muy probable que, al igual que en Cannes, genere opiniones encontradas entre los espectadores, pero no podemos negar que es una obra atractiva y diferente.

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