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Ágora: Elección 2021, entre el riesgo y la estabilidad

Es casi un hecho que la disputa por la gubernatura de Michoacán se dará sólo entre dos candidatos, el abanderado del Equipo por Michoacán, Carlos Herrera y el de Morena, Raúl Morón

Morelia, Michoacán, 10 de marzo de 2021.- Es casi un hecho que la disputa por la gubernatura de Michoacán se dará sólo entre dos candidatos, el abanderado del Equipo por Michoacán, Carlos Herrera y el de Morena, Raúl Morón. Se trata de dos políticos con una carrera política propia, pero sobre quienes pesan herencias que, llegado el momento, pueden ser positivas o negativas.

Digamos que, en cierta medida, la disyuntiva se divide entre la estabilidad, que encarna Herrera y el riesgo que representa Morón.

El primero viene de la alcaldía de Zitácuaro y del gabinete de Silvano Aureoles Conejo, lo que sin duda va a ser tomado en cuenta por los votantes. A Herrera lo beneficiará el hecho de que en el último tramo de su gobierno el mandatario perredista, gracias a su manejo del COVID-19, logró remontar en las encuestas y posicionarse como una figura de peso no sólo en el ámbito estatal sino nacional.

Por estos días se ha divulgado una encuesta en la que Aureoles Conejo aparece seis puntos por encima del presidente Andrés Manuel López Obrador, lo que es indicativo de que la gente sabe apreciar cuando se actúa con atingencia ante una emergencia inédita. En este caso, Herrera puede ser el candidato de la estabilidad, el gobernante que logre consolidar lo que se ha conquistado con tanta labor y esfuerzo en este sexenio, después de que en años anteriores Michoacán viviera prácticamente al filo de la ingobernabilidad.

Morón viene de la alcaldía de Morelia, pero su paso fue efímero y no dejó algo que pudiera ser recordado como sello de su gobierno. El también ex diputado tiene un factor que, dependiendo del tiempo, puede jugar en su favor o en su contra: que fue designado expresamente por el presidente Andrés Manuel López Obrador, por encima incluso del aspirante que estaba arriba en las encuestas. Si bien el ejecutivo federal sigue teniendo un gran arrastre en Michoacán, ha empezado a perder simpatías por su manera errática de responder ante algunas situaciones delicadas, como la coyuntura del feminismo o la pandemia.

AMLO no es hoy garantía de triunfo, si bien minimizar su peso sería un error, pues tiene en las mañaneras una gran tribuna proselitista, donde si bien hace tiempo que dejó de imponer agenda, le sirve para mantener cautivos a sus adeptos. En este contexto, Morón representa la candidatura del riesgo: Es una incógnita cómo sería un eventual gobierno, si le daría continuidad a las políticas sectarias de AMLO o se limitaría a administrar los problemas, como hizo en Morelia. 

Así que la disyuntiva parece ser muy clara: la estabilidad o el riesgo. ¿Hacia dónde se inclinaría la balanza? Esto dependerá de la manera en que los candidatos sepan interpretar la realidad del estado, pero también de la reflexión que haga el votante. Hoy, más que nunca, el ciudadano ha aprendido a premiar o castigar con su voto y esta vez no será la excepción.

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