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Cambio de sexo en menores; ¿derecho humano o tortura?

Al ser la disforia de género una enfermedad mental, el mantenerla o profundizarla no puede estar en sintonía con el interés superior del menor, por lo que el Estado no puede permitir que los padres inicien procedimientos para el cambio legal o físico del sexo de su hijo

Ciudad de México, 08 de septiembre de 2020.- La CONAPRED (Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación) publica en su portal- “Diez Historias de niñas y niños transgénero”. Allí relatan la vida de menores que iniciaron su transición de cambio de sexo, por ejemplo, Jazz Jennings- quien inicio su cambio de hombre a mujer a los 5 años de edad, y “Ahora a los 13 años se enfrenta a nuevos retos. La pubertad le ha dado miedo, pero en la actualidad se somete a la terapia hormonal que impedirá el crecimiento del vello corporal y otras características sexuales masculinas”.

Organismos como la Asociación por las Infancias Transgénero, anuncia en sus testimoniales “Desde que estaba embarazada de mi primer hije sabia que tendría un arcoíris, y fue así como Pau llego… Mi esposo y yo trabajamos en teatro, personal, laboral, y este mismo nos fue preparando el camino para cuando llegara Pau”.  Esta asociación está avalada por la CNDH y Derechos Humanos de la Ciudad de México, CONAPRED y COPRED.

Legisladores de Morena en la Ciudad de México, comandados por Temístocles Villanueva y Paula Soto, aprobaron en Comisiones una Ley que permite a menores modificar su acta de nacimiento sin juicio y sin el consentimiento de sus padres. Lo cual es la antesala para iniciar procesos de hormonización

En medios de comunicación, personajes como Ana Francisca Vega, conductora de noticieros Televisa, festejó como un gran triunfo para la niñez y activistas la conversión de un niño de 6 años a niña, en el programa matutino Despierta con Loret hace un par de años.

Tenemos entonces a organismos anti-discriminación, Derechos Humanos, legisladores, medios de comunicación y hasta algunos padres de familia apoyando el tratamiento hormonal a menores. ¿Es esto correcto? Para determinarlo creemos esencial el responder a las siguientes preguntas:

  • ¿El cambio de género en menores es en realidad un Derecho Humano?
  • ¿Es normal que el menor quiera cambiar su género, cuenta con la suficiente madurez como para tomar esa decisión?
  • ¿Tienen los padres el derecho a cambiar a su hijo de género?
  • ¿Puede el estado obligar a los padres a cambiar a su hijo de género?
  • ¿Tienen las terapias hormonales efectos secundarios de largo plazo?

Intentemos responderlas:

¿El cambio de género en menores es en realidad un Derecho Humano?

Analistas progresistas como Eder Guevara y Martín Vivanco del programa Punto y Contrapunto afirman que es parte del “desarrollo integral” o “autodeterminación” y por lo tanto es un derecho de la niñez ya que el Derecho a la Identidad es un principio de la Convención de los Derechos del niño.

¿Es esto verdad?

La Convención de los Derechos del Niño el concepto de identidad se encuentra en el Articulo 8, el cual declara que: “Los Estados Parte se comprometen a respetar el derecho del niño a preservar su identidad, incluidos la nacionalidad, el nombre y las relaciones familiares de conformidad con la ley sin injerencias ilícitas».

Los niños conforme crecen desarrollan el concepto de identidad, antes de su tercer cumpleaños toman conciencia física en las diferencias entre varones y mujeres, sin embargo, cuando su identidad de género no es igual al sexo biológico estamos hablando de una enfermedad mental llamada disforia de género (de la cual hablaremos más adelante), por lo que es una extrapolación sin sustento el considerar un trastorno como parte inmutable de una identidad que está en etapa desarrollo temprano.

Aquí los analistas están claramente queriendo meter su ideología con calzador.

Respuesta- Es falso que el cambio de género de los niños sea un derecho humano de acuerdo con la Convención de los Derechos del niño, o ningún otro tratado en Derechos Humanos firmado por México.

¿Es normal que el menor quiera cambiar su género? ¿Cuenta con la suficiente madurez como para tomar esa decisión?

En medicina esta confusión de identidad de género se conoce como Disforia de Género, la cual es considerada como una enfermedad mental en el manual de trastornos mentales de la Asociación Estadounidense de Psicología. Las investigaciones muestran que entre el 75 y el 95 por ciento de los niños con disforia de género que pasan por la pubertad sin ningún tratamiento transgénero en realidad se sienten cómodos con sus cuerpos.

Lo que afirma Lisa Sanchez, directora de México Unido Contra la Delincuencia, en el mismo programa de Punto y Contrapunto, sobre que la mayoría de los niños con Disforia de Genero no se arrepienten es completamente falso.

Paulina Amozurrutia, especialista en pedagogía y procesos cognitivos en menores de edad, explica que desde el punto de vista pedagógico un menor de edad no está listo para tomar ninguna decisión trascendente de esta relevancia. Y precisamente el sistema educativo y las políticas públicas se generan para preparar al menor en un proceso paulatino y longitudinal para hacer frente a este y muchos otros tipos de decisiones.

Respuesta- La disforia de género es una enfermedad mental, que la gran mayoría de las veces se corrige naturalmente o por medio de acompañamiento profesional y por lo tanto no es normal ni recomendable que el niño quiera cambiar su género, además de no tener la suficiente madurez intelectual como para tomar este tipo de decisiones.

¿Tienen los padres el derecho a cambiar a su hijo de género?

La Convención de los Derechos del Niño en su artículo 3ro dice lo siguiente: “En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño”.

Al ser la disforia de género considerada una enfermedad mental, el mantenerla o profundizarla no puede estar en sintonía con el interés superior del menor, por lo que el Estado no puede permitir que los padres inicien procedimientos para el cambio legal o físico del sexo de su hijo; lo cual incluye:

  • Cambio de género en documentos de identidad
  • Bloqueadores de pubertad
  • Hormonas de sexo cruzado
  • Cirugía de reasignación de sexo.

El Dr. Stephen B. Levine, profesor de psiquiatría en la Facultad de Medicina de la Universidad Case Western Reserve, hace la pregunta pertinente: ¿Son los niños realmente capaces de comprender la forma en que los tratamientos hormonales alterarán sus vidas y los harán incapaces de tener sus propios hijos? Existe una razón por la que contamos con leyes de consentimiento informado: para proteger a las personas, como a los niños, de que se aprovechen de ellas; y como demostramos anteriormente que el menor no tiene la suficiente madurez para consentir este tipo de decisiones, estas no deben ser permitidas, aunque así lo deseen los padres o tutores.

Respuesta- Los padres de familia o tutores no tienen derecho a cambiar el género de un menor de edad.

¿Puede el estado obligar a los padres a cambiar a su hijo de género?

En Ohio, unos padres de familia perdieron la custodia de su hija biológica por negar a que tomara suplementos de testosterona. La clínica de género infantil de Cincinnati recomendó estos tratamientos para la disforia de género. Cuando sus padres quisieron tratarla con consejería, el fiscal del condado los acusó de abuso y negligencia, mientras que los activistas transgénero y los médicos pro-trans compararon su decisión con negar el tratamiento para el asma o incluso para los pacientes con cáncer.

Por lo anterior es ingenua (por decirlo en forma suave) la opinión de Lisa Sánchez y Genaro Lozano cuando afirman que la Ley de Infancia Trans, dictaminada en el Congreso de la CDMX, donde la infancia podrá modificar su acta de nacimiento de acuerdo a la identidad de género sin necesidad de pasar por un juicio, no obligara a los Padres a hormonar a sus hijos.

Es cierto, esa ley tal cual no los obliga, pero esto abre la puerta a que grupos de presión LGBT coaccionen a jueces para que los Padres pierdan la patria potestad si no cumplen los deseos del menor.

En Estados Unidos, la demócrata Nancy Pelosi, presentó la Iniciativa de Ley “Equality Act”, la cual permitirá a los activistas transgénero el demandar a médicos y hospitales por “discriminación” por no hacer cirugías de cambio de sexo, como ya sucede e Nueva Jersey y California.

En México, diputados de Morena en la Ciudad de México (con la complicidad de Mauricio Tabe y Jorge Triana del PAN y el beneplácito de Claudia Sheinbaum) aprobaron en Julio de este año la ley que prohíbe las Terapias de Conversión, con sanciones que van de 2 a 5 años de prisión para terapeutas o padres de familia que atenten contra el “libre desarrollo de la personalidad o identidad sexual”. Esta ley y la iniciativa de Infancia Trans son los primeros pasos de un estado totalitario que pretende imponer la Ideología de Género por encima de la voluntad de los padres.

Respuesta- En teoría el Estado no te puede obligar a hormonar a tu hijo, pero en países como Estados Unidos el lobby gay ya logró la pérdida de la patria potestad para quienes se oponen, y en México se están dando los primeros pasos en ese sentido al aprobar leyes que vulneran el DH de los padres a educar a sus hijos.

¿Las terapias hormonales tienen efectos secundarios de largo plazo?

En Occidente ya se están dando cuenta de que los experimentos de bloqueo hormonal y hormonización cruzada en niños si tienen efectos secundarios a largo plazo.

Estos efectos secundarios pueden incluir pérdida de densidad ósea, disminución de la capacidad cognitiva e infertilidad, además de complicaciones cardiovasculares, muertes prematuras y altas tasas de suicidio postoperatorio» según múltiples estudios.

El endocrinólogo Dr. Michael Laidlaw también advierte que los daños a largo plazo para los niños pueden no aparecer hasta años después, cuando, como adultos jóvenes, comienzan a preguntarse: «¿Cómo es que no puedo tener hijos en este momento?» Bueno, es porque su fertilidad fue destruida por una combinación de bloqueadores de la pubertad, hormonas sexuales incorrectas y cirugía«.

La Dra. Michelle Cretella, directora ejecutiva del Colegio Americano de Pediatras, lo describe como «abuso infantil institucionalizado».

Respuesta- La terapia hormonal SÍ tiene efectos secundarios a corto, mediano y largo plazo que dañan al paciente, y ni hablemos de una cirugía de «reasignación», la cual tiene efectos irreversibles.

En resumen, las terapias hormonales para cambio de sexo no son un Derecho y Humano y sí entran en la definición de tortura.

Respondidas las preguntas. Ahora, ¿qué hacer?

Ante estos hechos, más de un centenar de médicos de diferentes especialidades provenientes de diferentes países han puesto en marcha la Sociedad por una Medicina de Género basada en Pruebas (en inglés, Society for Evidence based Gender Medicine, SEGM). Se trata de un grupo multidisciplinar cuyo objetivo es «promover la atención médica segura, compasiva, ética y basada en pruebas para niños, adolescentes y adultos jóvenes con disforia de género».

Sin embargo, tienen como adversario al movimiento transgénero, financiado por organismos internacionales como la Open Society de George Soros, entre otros. Este movimiento ignora los hechos mostrados a través de estadísticas, presionando agresivamente para que los niños con disforia de género sean tratados con medicamentos no aprobados por organismos reguladores; demostrando que no quieren su bienestar, sino imponer su enferma ideología.

El enemigo es poderoso, los médicos no van a poder solos, requieren de nuestro apoyo organizado.

Se propone lo siguiente:

Combatamos iniciativas de ley que menoscaban la tutela de los padres y sirven como Caballo de Troya para la imposición de la Ideología de Género como son la del cambio de género en documentos de identidad y la recién aprobada prohibición de terapias de conversión; en esta última se utilizaron como justificantes una supuesta tortura física al paciente, lo cual tiene lustros sin presentarse.

Apoyemos a los legisladores que buscan leyes más coherentes, basadas en la ciencia y en los verdaderos derechos humanos.

Secundemos a los profesionales de la salud que cumplen el juramento hipocrático “trataré de prevenirles contra todo lo que pueda serles dañino o perjudicial”.

Socorramos a los padres de familia en su derecho humano de transmitir valores a sus hijos.

Informemos a la sociedad sobre los peligros de la Ideología de Género, y luchemos contra las iniciativas del gobierno actual, el cual, a través de Olga Sanchez Cordero, busca imponerlo en la educación primaria y secundaria.

Finalmente, organicémonos a través de asociaciones que defienden los verdaderos Derechos de los Niños. En México hay varias como Frente Nacional por la Familia, Red Familia, ConParticipación, Red de Comunicadores, etc.; así seremos mucho más eficaces.

Defendamos a nuestros niños, protejamos su integridad e inocencia, asistamos en su sano desarrollo y no permitamos que caigan en las garras de quienes se quieren aprovechar de su falta de madurez para realizar en ellos experimentos que dañan su salud y dignidad, causándoles daños permanentes. (CON INFORMACIÓN DE: HAZTESENTIR.MX).

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