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Cuba y su medicina (Por: Alejandro Vázquez Cárdenas)

Cuba como “potencia médica”, fue uno de los tantos productos de mercadeo inventados por Castro. Era algo que se vendía fácilmente, un cuento creíble para muchos. Se basaba en la vieja técnica de decir parte de la verdad y no toda la verdad. No hay mejor forma de mentir.

Morelia, Michoacán, 14 de abril de 2020.- Mucho revuelo ha causado la noticia de que en días pasados llegó a México un grupo de 10 médicos cubanos con la supuesta tarea hacer “recomendaciones en materia de política pública”. Se aclara que no vienen a tratar a la población infectada por Coronavirus. Cuando menos así lo informó la Secretaría de Relaciones Exteriores mediante un comunicado.

De inmediato , y a mi juicio con bastante razón , aparecen las protestas en diversos medios de comunicación pero sobre todo en redes sociales mencionando que en un país donde existe subempleo de médicos y falta de dinero para los gastos más básicos, se decida recurrir a profesionistas extranjeros para algo que aquí perfectamente se puede manejar.

La verdad es no existe ninguna razón para la contratación de médicos cubanos para atender la emergencia sanitaria en México causada por el COVID-19. Fuera de la propaganda de los medios oficiales cubanos y varios de sus amanuenses en algunos países, la medicina de Cuba no tiene un gran cartel. No que sea pésima, no, simplemente se encuentra en la medianía. No hace falta mucha memoria para recordar que para la atención de Fidel Castro en un problema abdominal  tuvieron que recurrir a médicos españoles para manejar las complicaciones causadas por los médicos cubanos.

Mediáticamente activa, Cuba se ha labrado una imagen como potencia médica; pero analizándola a fondo solo es eso, una imagen. Es cierto que Cuba tiene buenos indicadores en lo referente a salud, pero investigando un poco nos damos cuenta que Cuba, desde las época de Batista, tenía mejores cifras en salud infantil, esperanza de vida, vacunación etc que varios países europeos; incluso su mortalidad infantil era inferior que la de los EUA en los años 50. Cuba, definitivamente, en medicina estaba bien. No una maravilla, pero estaba bien.

Cuba como “potencia médica”, fue uno de los tantos productos de mercadeo inventados por Castro. Era algo que se vendía fácilmente, un cuento creíble para muchos. Se basaba en la vieja técnica de decir parte de la verdad y no toda la verdad. No hay mejor forma de mentir. Ciertamente desde los años 60, hasta 1991, en Cuba los servicios de salud pública se expandieron por todo el país, incluso a las áreas rurales en las que nunca habían existido.

Ahora la pregunta importante ¿Y por qué solo hasta 1991? Fácil, resulta que en diciembre de 1991 se desintegró la Unión Soviética y acto seguido se desinfló el globo sanitario fidelista. Al acabarse los subsidios a Cuba los servicios médicos se desplomaron

En los 31 años de la “hermandad cubano-soviética” Cuba recibió unos $115,000 millones de dólares. Pero Castro los usó básicamente para alimentar su ego. Y en Cuba dedicó el dinero de la URSS fundamentalmente a gastos sociales delirantes; el dinero que invirtió en la economía fue dedicado a planes disparatados que fracasaban uno detrás de otro por irrealizables. Desde la “Madre de todas las zafras”, hasta la vacas híbridas que no daban ni leche ni carne.

Es por eso que la exportación de servicios médicos se ha convertido en una de las principales fuente de ingresos para Cuba, por encima del turismo, con ingresos anuales que superan los 9 mil millones de dólares anuales. 

La Habana ha establecido lazos en América Latina con el envío de brigadas médicas a la región. A los médicos cubanos les da solamente una pequeña fracción de lo que los gobiernos de la región pagan a Cuba por el servicio.

Pero el programa está perdiendo terreno. El año pasado, Cuba retiró más de 8,000 personas del sector médico de Brasil después que el presidente Jair Bolsonaro exigió que los médicos cubanos recibieran más dinero. Poco después Ecuador informó que no renovará el contrato a unos 400 médicos cubanos que trabajan en ese país.

Los médicos cubanos trabajaban en Brasil a través de un convenio con Cuba en el que el Gobierno de la isla se quedaba con el 70% del salario.

Para colmo, en los últimos años, la preparación de los médicos cubanos ha sido puesta en tela de juicio en países como Brasil, Bolivia, Costa Rica o Chile que han calificado de deficiente la formación de los doctores cubanos que buscaban la revalidación en esos países.

A eso se suman las quejas de un grupo de estudiantes paquistaníes que cursaron medicina en Cuba y al regresar a su país lamentaron que las escuelas de medicina de la isla estaban mal equipadas y la calidad de la educación era inferior a la de Pakistán, por lo que no podrían aprobar la prueba del Consejo Médico y Dental del país para revalidar sus títulos.

Más de 33,000 médicos cubanos, un tercio de los 90,161 existentes según el Anuario Estadístico de Salud de 2016, trabajan en 62 países como “esclavos de bata blanca”. Son ellos la mayor fuente de ingreso de divisas del país, junto con las remesas, viajes y paquetes desde EE.UU.

Los datos de Cuba son ruinosos, desde 2010 han sido cerrados 64 hospitales. El país ya ha perdido un 32% de la capacidad de hospitalización. Hay una severa escasez de medicinas e insumos para cirugía. Los pacientes deben llevar las sábanas, almohadas y lo que consigan de material de curación En las farmacias no hay medicamentos; los precios en el mercado negro son astronómicos y muchos los tienen que pagar a costa de carecer de alimentos.

CONCLUSIONES

El sistema económico socialista no genera recursos suficientes. Solo con los subsidios soviéticos ello fue posible. Al comandante nunca le interesó el bienestar de nadie, sino “tener poder y gloria”. Fidel se percibía a sí mismo muy por encima de los demás cubanos y los subestimaba. No le importó jamás hacerlos sufrir. En este se parece mucho a nuestro Mesías tropical.

No obstante, hay quienes por el mundo siguen creyendo en el mito de la medicina cubana; a esos creyentes hay que recomendarles que vayan a Cuba, visiten hospitales y clínicas dentales, fuera del circuito reservado para los turistas, que hablen con pacientes, médicos y empleados. Y que luego opinen sobre el tema.

Finalmente una datos sobre su capacidad académica. El decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Asunción, Aníbal Filártiga, expresó que un estudio comparativo arrojó como resultado que los médicos que se capacitan en Cuba tienen la formación de un licenciado en Enfermería y no la de un doctor con todas las letras.«Médicos que estudian en Cuba vienen con una formación muy mediocre», afirmó.

Triste final de un país que fue vanguardia mundial en la medicina, y que hoy tiene uno los peores servicios médicos de Occidente.

Alejandro Vázquez Cárdenas

Periodismo militante y humorismo involuntario

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