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Democracia, manipulación y corrupción (Por: Alejandro Vázquez Cárdenas)

En el pasado reciente, por virtud de la muy particular historia e idiosincrasia del votante mexicano, irrumpe una secta, que no partido político, llamada MORENA, integrada por cartuchos quemados procedentes de diversos partidos

Morelia, Michoacán, 08 de mayo de 2024.- Actualmente se puede entender a la democracia como un sistema político y económico en el cual el poder no radica en una sola persona, sino que se distribuye entre los mismos ciudadanos y las decisiones son tomadas según opine y determine la mayoría (Teóricamente). Un ciudadano, un voto (También teóricamente).

Las formas más comunes para ejercer la democracia actualmente son los sistemas representativos, que pueden ser presidencialistas, el presidente tiene un gran poder (México) o parlamentarios donde un grupo de personas forman el parlamento en torno al cual giran las acciones de gobierno y hay un presidente pero tiene poderes restringidos.

Hasta aquí todo está bien, se entiende y no hay problema; el problema se inicia cuando, por así convenir a sus intereses, un grupo de políticos aceptan, teóricamente, competir dentro de estas reglas, pero que, ya instalados en su puesto ganado por medio de una votación democrática, pretenden violentar las mismas reglas que los llevaron ahí para imponer su particular visión considerando, erróneamente, que su manera de pensar es la única correcta y para rematar, afirman que todos los que no estén de acuerdo con ellos son unos traidores, retrógrados, fifís, maximilianos, integrantes de “mafia del poder” , vendepatrias etc. etc.

Que una democracia puede derivar en una dictadura es perfectamente posible, y ejemplos tenemos, muchos, recuerden la fallida República de Weimar y en lo que terminó en pocos años. Van otros ejemplos: Argentina 1976, un golpe militar derrocó al gobierno democrático de Isabel Perón estableciendo una dictadura militar conocida como la «Junta Militar». Turquía: Aunque Turquía ha tenido períodos de democracia, en años recientes ha habido un aumento en la concentración del poder en manos del presidente Recep Tayyip Erdoğan, erosionando gradualmente los controles y balances democráticos. Y ni hablar de la Venezuela de Hugo Chávez, personaje que llegó por la vía de los votos… y ahí se quedó, hasta que la muerte se lo llevó. Igualmente el triste caso de Nicaragua, una dictadura por donde le vea.

En el pasado reciente, por virtud de la muy particular historia e idiosincrasia del votante mexicano, irrumpe una secta, que no partido político, llamada MORENA, integrada por cartuchos quemados procedentes de diversos partidos, básicamente PRD y PRI pero también un buen número del PAN, mismos que más que una ideología tienen un espíritu de revancha que me hace recordar la sincera exclamación de un alto jefe del NSDAP alemán en los años 30 del siglo pasado cuando al triunfar en las elecciones soltó un sincero: “Ahora verán”.

La democracia no es estática, ni algo perfecto ni inamovible, es una hechura humana y como tal es perfectible. En el contexto de México, la democracia ha enfrentado desafíos únicos. Durante gran parte del siglo XX, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) dominó el escenario político mexicano, manteniendo un control casi total sobre el gobierno. Aunque oficialmente se consideraba un sistema democrático, en la práctica, el PRI ejercía un poder autoritario, utilizando el fraude electoral y la represión para mantenerse en el poder.

La famosa cita de Mario Vargas Llosa, quien calificó al PRI como «la dictadura perfecta», refleja la percepción de muchos mexicanos sobre el sistema político prevaleciente en ese momento. Aunque se celebraban elecciones regularmente, el PRI controlaba todos los aspectos del gobierno y limitaba la participación de la oposición y la sociedad civil.

Con el tiempo México ha experimentado avances significativos hacia una democracia más pluralista y transparente, pero no todo ha sido bueno, pues sobre todo después de la llegada de la 4T se acentúan, a niveles nunca vistos, problemas como la corrupción, nepotismo, violencia política, censura y lo más peligroso; alianzas con estructuras criminales.

En México la democracia enfrenta graves problemas, especialmente cuando el electorado no está adecuadamente informado. Y no lo está, eso es innegable.

Para fortalecer y preservar la democracia, es fundamental promover la educación cívica, la transparencia, la información correcta y verificable y una participación ciudadana activa. ¿Posibilidad que esto ocurra? Soy sincero, primero se congela en el Infierno.

Alejandro Vázquez Cárdenas

Los desafíos del periodismo escrito (Por: Alejandro Vázquez Cárdenas)

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