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Día de Asueto… La agonía de una marca: minuto de silencio

El presidente tiene 12 días para intentar recomponer su escenario. el 18 de marzo saldrá con su segunda contramarcha y en el camino, sabrá aprovechar y sacar raja política, adelantando el proceso electoral desde la descalificación y la manipulación

Morelia, Michoacán, 06 de marzo de 2023.- ¿Quién no recuerda aquél memorable single: “si tu sientes que te pica la colita, en una de esas, tienes lombrices”? (dígalo como mi Lupe, cantando con la tonadita esa que se quedó almacenada en la neurona desde hace más de 20 años). Y si no tienes gusanitos en el cololonche, quizá sólo sea ardor político.

Ese ardor político que te provoca las entrañas y te lleva a salir a decir, “ni fueron tantos”. 

Y los “otros datos” aparecen en las redes sociales tratando de borrar lo intangible y lo indeleble: “en Morelia fueron 500… Ah, no, 1200”.

Desde la casona de Palacio Nacional, los descalificativos salieron volando, entre gritos, con el amargo sabor de la preocupación. Forbes le dio voz en su nota principal: ‘Mapaches’, fraudulentos y oligarcas electorales, entre convocantes a marcha del INE: AMLO.

Es la democracia que vive México, en la que Morelia se ha convertido en un protagonista incómodo y no es para menos, empezando por su alcalde que hoy día, a diferencia de hace seis años cuando gobernó por primera vez la ciudad de la cantera rosa, de a poco muestra la altura de miras alcanzada.

El nieto de Don Alfonso no sólo se ha ganado la simpatía del respetable, sino también el derecho que da la calidad moral de reclamar y defender. Seguro que eso hubiera enorgullecido a Martínez Serrano, figura recurrente en conversaciones del edil del mismo nombre.

Por segunda vez, Alfonso Martínez salió a las calles a quemar suelas por el INE y por segunda vez  -aunque él se lanzó a la capital del país a ser uno más en lucha-, en Morelia quedó claro que la marca que ha pintado de guinda gran parte del territorio nacional, se desdibuja cada vez más.

La marcha de hace unos días en Morelia fue casi tan espectacular que la primera. El momento cumbre del arribo del contingente, las consignas del respetable, el sonido de las campanas desde las torres de Catedral y la bandera de México ondeando a lo alto. Eso es democracia.

Conservadoramente, la policía municipal afirmó que fueron como 30 mil los marchantes. Otros, ilusos y con ganas de manipular, han dicho que menos de mil. Nenitos.

El sol no dolió. El cansancio menos. El ejemplo de los niños y leales a AMANC que desde temprano Corrían con el Alma, no permitió dudas. Hubo mucha gente, una gran diversidad de edades; esta vez, había muchos adultos mayores, el público favorito y más enganchado de Palacio Nacional.

La madurez política también se encuentra en las calles. En las marchas. El ambiente pacífico que se vivió no tuvo par. Los gritos eran expresiones de apoyo puro al INE, a México, a la democracia y a la libertad de expresión. Ni el más pelado de los morenistas pudo opacar eso.

El presidente tiene 12 días para intentar recomponer su escenario. el 18 de marzo saldrá con su segunda contramarcha y en el camino, sabrá aprovechar y sacar raja política, adelantando el proceso electoral desde la descalificación y la manipulación, generando odios, como lo ha hecho hasta ahora, con actos que, mediática y políticamente, son oxígeno puro para el oficialismo.

Lo que olvida el oficialismo es que ese es un juego que pueden jugar ambas partes y en ese escenario, Morelia se traduce en un tesoro invaluable.

Porque sí, en el juego del ajedrez, el rey es la pieza más importante en el tablero, pero la reina es, sin duda, la más poderosa y nadie puede olvidar ni soslayar que hoy la capital de Michoacán, cuna de la democracia, de las izquierdas y de las más grandes luchas históricas de México, representa la ciudad que le dijo “no” a Morena. Aquí, al menos, la marca agoniza. Lo dice la gente… y las encuestas.

El desdibujo:

Mi Lupe le va a invitar una caguama al primero que le diga el nombre del legislador que intentó meter mano en las elecciones de jefes de tenencia, en los mercados, en la seguridad y hasta en el Ejido Santiaguito (donde por cierto no cae nada bien) y en todas le salió el tiro por la culata. Una vermox pal ardor político.

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