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Dictadores y democracia (Por: Alejandro Vázquez Cárdenas)

Algunos aspirantes a dictadores usaron los mecanismos democráticos para llegar al poder, pero invariablemente después se han dedicado a dinamitar todos los mecanismos que usaron para ganar

Morelia, Michoacán, 17 de mayo de 2023.- La Aristocracia es un sistema de gobierno en el que el poder está en manos de una élite selecta y privilegiada, y sus integrantes, por buenas o malas razones, se consideran superiores al resto de la sociedad. Históricamente los aristócratas suelen tener acceso al poder económico, la mejor educación y unos abundantes recursos, lo que les otorga una posición dominante en la toma de decisiones políticas.

Sus características principales incluyen la concentración del poder en manos de unos pocos, la falta de igualdad de oportunidades para el resto de la sociedad y la perpetuación de las desigualdades sociales y económicas. Aunque en teoría los aristócratas deberían gobernar en beneficio de toda la sociedad, en la práctica esto no siempre sucede, ya que tienden a favorecer sus propios intereses y los de su clase. En teoría este sistema ya no existe, ha sido reemplazado por la democracia pero para desgracia del electorado ha surgido una deformación de la democracia, la llamada “Kakistocracia”.

Pero, ¿qué es la Kakistocracia? El término «Kakistocracia», popularizado por el politólogo italiano Michelangelo Bovero tiene su origen en el griego antiguo. Proviene de la combinación de dos palabras: «kakistos» que significa «peor» o «más malvado», y «kratos» que se traduce como «poder» o «gobierno». Por lo tanto, literalmente se puede entender como «gobierno de los peores».

Este término se utiliza para describir un sistema de gobierno en el cual las personas menos capacitadas, incompetentes o corruptas ejercen el poder. Concretamente, un escenario en el cual aquellos que tienen el poder político son precisamente aquellos que no tienen las cualidades necesarias para desempeñar sus funciones de manera efectiva o ética. Aquí la corrupción es rampante y el bienestar de la sociedad sencillamente es ignorado.

Evidentemente no existe un solo país que se autodenomine como “Kakistocracia”, el cinismo tiene su límites, pero podemos identificar algunos países en los cuales existen altos niveles de corrupción, nepotismo, falta de transparencia y ausencia de un liderazgo ético y competente (¿México?). En este tipo de sistema, la toma de decisiones se basa exclusivamente en intereses personales.

La democracia es un sistema de gobierno en el que el poder reside (en teoría) en el pueblo. Las características fundamentales de la democracia (nuevamente en teoría) incluyen la participación ciudadana, la igualdad de derechos y oportunidades, la protección de las libertades individuales y la rendición de cuentas de los líderes políticos ante el pueblo.

Pero la democracia no está exenta de desafíos y críticas. Uno de los principales problemas es la corrupción y la influencia del dinero en la política. Los intereses económicos y los grupos de presión pueden tener un poder desproporcionado en la toma de decisiones, mandando a volar los principios democráticos de igualdad y justicia. Por si faltara algo, la polarización política y la manipulación de la información también plantean amenazas a la democracia.

Un fenómeno preocupante es la llegada al poder de líderes autocráticos a través de procesos electorales. El ejemplo más socorrido es Adolf Hitler, pero si bien es el más famoso no es el único, también llegaron por la vía de los votos personajes como Juan Domingo Perón, Hugo Chávez, Hugo Banzer (en su sexto intento) Alfredo Stroessner, etcétera. También han llegado por la vida de los votos personajes tan impresentables como Donald Trump y a la luz de los resultados podemos agregar a López Obrador.

Es evidente, lo estamos viendo en México, que algunos aspirantes a dictadores usaron los mecanismos democráticos para llegar al poder, pero invariablemente después se han dedicado a dinamitar todos los mecanismos que usaron para ganar, con la idea de evitar la llegada de otros que no sean de su camarilla .

¿Cómo evitar este problema? Es imperativo defender y fortalecer las instituciones democráticas y promover una participación ciudadana más activa e informada. Garantizar una mayor transparencia y una efectiva rendición de cuentas, así como fortalecer los mecanismos de control y equilibrio de poderes

Ahora lo más difícil, es obligatorio terminar con el flujo de dinero de procedencia desconocida para las campañas electorales (cash) vigilando el financiamiento de los partidos, limitando donaciones y “apoyos” corporativos de nebuloso origen.

En teoría en México tenemos estructuras encargadas de vigilar todo el manejo y flujo de dinero destinado a los partidos y sus campañas. ¿Han funcionado? Pues a medias. Y por lo que se ve su trabajo será progresivamente más difícil al estar obstaculizando el Gobierno federal cuánta estructura de control y vigilancia puede estorbarle.

La transparencia no es el fuerte de la 4T; pero es nuestra obligación cuidarla.

Alejandro Vázquez Cárdenas

Fondo de reptiles y periodismo (Por: Alejandro Vázquez Cárdenas)

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