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El apocalipsis que nos pinta Greta Thunberg (Por: Alejandra Ortega)

¿Por qué la ONU abre un espacio especial a la joven Greta Thunberg, y no lo hace con los muchos científicos que se oponen a esas teorías y ofrecen una versión distinta de lo que sucede?

Morelia, Michoacán, 04 de octubre de 2019.- El tema del cambio climático está desatando un enfrentamiento entre quienes defienden estas teorías y aquellos que son escépticos. La guerra de datos duros, cifras y explicaciones, a veces muy rebuscadas de ambos lados, es cada vez más común.

¿Calentamiento global, cambio climático, emergencia climática? 

En un principio los “expertos” ambientalistas hablaban de un calentamiento global, que suponía el aumento de las temperaturas en el planeta, con consecuencias catastróficas y aterradoras para todos los seres vivos.

Según los defensores de esta teoría, llegará un momento en el que las temperaturas serán tan altas que derretirán las zonas polares y glaciares, provocando una subida impactante en los niveles de los océanos; cubriendo de agua muchas ciudades costeras, que incluso podría llegar a zonas más alejadas, desapareciendo islas y parte importante del suelo firme.

Esta hipótesis pronto tuvo muchos opositores, sobre todo cuando salieron a la luz versiones de científicos que afirmaban que el planeta no se estaba calentando realmente y las pruebas saltaron solas. Imágenes y videos sobre fenómenos meteorológicos que ocurrían con frecuencia en diversas partes del mundo, en donde regiones completas sufrían por fuertes nevadas y heladas.

Incluso circulaban videos de ríos y playas congeladas. Esto empezó a debilitar las versiones de un calentamiento global.

De esta suerte, pronto se cambia el nombre a “cambio climático”.

Esta categoría es mucho más flexible y en ella cabe todo, cualquier cosa, desde lluvias torrenciales, hasta nevadas en zonas en donde no es común, incluso ciclones, temporadas de sequía, calores intensos, terremotos, inundaciones, todo.

Así, los principales espacios en televisión, radio e internet, se han llenado de propaganda sobre este asunto, que por supuesto entraña una parte de realidad que no se puede negar y que es común a todos y preocupa a todos, pero no deja de haber alarmismo

Incluso los niños están tan inmersos en el tema que se les escucha opinar sobre el deterioro ambiental, pero también se les ve angustiados y algunos atemorizados por el negro futuro que se nos ha pintado.

Parece entonces que no hay una salida sencilla, que el apocalipsis está llegando muy rápido y el culpable de todo es el ser humano.

Entonces se empieza a promover la idea de que el hombre es el principal depredador, la especie más dañina en el planeta y que el mundo estaría mejor sin nosotros, pues somos una verdadera plaga.

¿Pero es en realidad el hombre el culpable de esta gran catástrofe? Es más, ¿es realmente esto una catástrofe?

Considero que no en ambos casos.

La actividad humana es cierto que ha contribuido para que hoy tengamos un planeta con polución. Las personas generamos cantidades importantes de contaminantes todos los días; sin embargo, a pesar de que sí tienen un efecto negativo en los ecosistemas, es exagerado pensar que estos cambios que hoy sufre la tierra, son causados únicamente por nosotros. 

Esta explicación es muy simplista y evita que consideremos muchas otras situaciones que también influyen en esto que se empeñan en mostrarnos como una inevitable hecatombe.

Pero parece que hay un objetivo con ensalzar estas teorías: Restarle valor a la humanidad, reducir al hombre a ser sólo una plaga, a la que hay que controlar y hasta erradicar.

Todo esto parece estar funcionando a través de infundir miedo a la población, dibujándonos el más triste y desolador escenario para nosotros y nuestros hijos, a quienes quizás no les quede planeta en donde vivir.

Estos miedos provocan que las personas no quieran formar familias, pues nadie quiere traer hijos para que sufran los desastres provocados por nosotros, nuestros padres y nuestros abuelos.

Entonces, empiezan a debilitarse así las estructuras sociales fundamentales que dan vida a una sociedad, a un pueblo, a una nación.

También por estas teorías se busca imponer impuestos medioambientales y regulaciones a algunos países industrializados, pero sobre todo se hace, y con un corte más enérgico y hasta intervencionista, a los países en vías de desarrollo que, so pretexto de una emergencia ambiental, se les sanciona y prohíben sus intentos de hacer crecer su industria.

Tal es el caso del Acuerdo de París, que obliga a los países del tercer mundo a someterse, a no evolucionar, a no desarrollarse por el capricho de los poderosos.

Pero nadie dice nada a China, que es el principal país contaminante del planeta. 

¿Y por qué la ONU abre un espacio especial a la joven Greta Thunberg, y no lo hace con los muchos científicos que se oponen a esas teorías y ofrecen una versión distinta de lo que sucede?

En este tema hay voces que cuestionan la legitimidad de la lucha por el cambio climático que enarbola la joven sueca, quien se hizo mundialmente famosa de la noche a la mañana.

Un ejemplo es el presidente Vladimir Putin, que ha dicho recientemente que es una joven mal informada, que el mundo es muy variado, en donde hay africanos que quisieran vivir como en Suecia.

Sin embargo, alrededor de todo el show mediático, científicos aseguran que Europa ha disminuido considerablemente sus emisiones de CO2, lo mismo que México, específicamente en 2017, incluso Estados Unidos y Brasil, que ha sido llamado el líder en la reducción de emisiones contaminantes. 

A pesar de todos los esfuerzos por disminuir este gas, no se ha demostrado plenamente que tenga una influencia directa en el calentamiento del planeta.

Existen numerosos artículos científicos e investigaciones serias que plantean una respuesta muy distinta a lo que nos presentan como una emergencia climática causada por la actividad humana, y que es imperante conocer, pues no se puede llegar a la verdad sin tomar en cuenta las otras posturas respecto a este problema

El alarmismo evita que se analicen bien las cosas, que se piense correctamente. 

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