El cambio ideológico de Acción Nacional (Por: Guillermo López Contreras)
¿Cómo fue que Acción Nacional (o una parte, por lo menos) ha terminado ideológicamente a la izquierda de Gabriel Quadri? Esta es una cuestión interesante y digna de, por lo menos, aproximarnos.
Morelia, Michoacán, 23 de febrero de 2022.- Gabriel Quadri es un político mexicano que, en términos actuales, es liberal o incluso liber-progre. Ahora, de manera un poco contradictoria, es diputado por Acción Nacional (PAN) e, increíblemente, no hace mucho parte de la estructura directiva del PAN lo descalificó indirectamente por no aceptar todo el discurso elegetebistas.
¿Cómo fue que Acción Nacional (o una parte, por lo menos) ha terminado ideológicamente a la izquierda de Gabriel Quadri? Esta es una cuestión interesante y digna de, por lo menos, aproximarnos.
La derrota presidencial del PAN en el 2012 permitió que una segunda generación de neopanistas dominaran al partido. Los neos se han caracterizado por ser sumamente pragmáticos en detrimento, a veces, de los principios del partido. Y cuentan ahora con la gran ventaja de no necesitar una alianza nacional con el conservadurismo blanquiazul, como sí lo necesitaron sus antecesores hace casi 20 años.
El peligro de un priismo fortalecido durante el sexenio de Peña Nieto llevó a los nuevos liderazgos a concretar una alianza con el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD). La asociación se presentó como un evento coyuntural, electoral y con el único objetivo de derrotar al Partido Revolucionario Institucional (PRI) en aquellos estados donde aún no se había producido una alternancia de gobierno.
El problema es que esta alianza “coyuntural y electoral” se ha mantenido desde el 2015 y con resultados más bien malos. Especialmente en 2018, cuando Ricardo Anaya decidió miopemente apropiarse de la candidatura del PRD impidiendo que existiera una izquierda alternativa a López Obrador. Anaya tuvo que hacer piruetas para prometer el debate sobre el aborto a los perredistas y, al mismo tiempo, comprometerse en su contra con los panistas.
Sin ninguna necesidad electoral y siendo el partido más importante en esta alianza, el PAN ha mantenido esta unión que por ahora se asemeja más a una fusión que a una coyuntural asociación y ha adoptado muchos elementos de la izquierda. Los dirigentes actuales no se han atrevido a modificar los principios políticos del partido (significaría la muerte de Acción Nacional), pero una parte importante de la estructura ejecutiva del PAN y de sus servidores públicos han mostrado un apoyo total a políticas tan contrarias al panismo tradicional como el aborto y la agenda de género.
Cabe preguntarse, también, qué tanto ha influido al partido la cercanía política que han mostrado varios prominentes panistas con Hillary Clinton y su equipo. No sabemos si el abierto apoyo a la candidata demócrata en el 2016 ha ido más allá de una cuestión meramente electoral o se ha profundizado en el campo ideológico.
En fin, este viraje en la visión política panista ha debilitado al partido en casi todas las elecciones a las que se ha presentado y si la tendencia prevalece el resultado será que se vuelva casi irrelevante en las próximas presidenciales.
Si Acción Nacional quiere sobrevivir y cumplir con su vocación de ayudar al país debe abrazar sin escrúpulos sus principios y permitir que la socialdemocracia tenga su propia expresión en el PRD.
El resultado inmediato será el reavivamiento de la militancia y la construcción de una real opción política en México.
