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El Papa no accede a la ordenación de hombres casados: Carlos Garfias

En rueda de prensa, el arzobispo de Morelia habló sobre el documento papal Querida Amazonia y rechazó algunas versiones sobre supuestas reformas que han circulado

Morelia, Michoacán, 16 de febrero de 2020.- En el documento papal “Querida Amazonía” el Santo Padre no accede a la ordenación de hombres casados para la región amazónica, indica que hay que encontrar el modo de asegurar el ministerio sacerdotal y explica que los laicos pueden desarrollar muchas tareas, pide a los obispos promover la vocación misionera.

Así lo informó en rueda de prensa el arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos, quien destacó que el Papa Francisco elogia a las mujeres de la Amazonía que durante siglos mantuvieron a la Iglesia en pie con admirable entrega y ardiente fe en lugares donde no pasaba un solo sacerdote en años. Afirmó que  su papel que no se puede reducir o clericalizar.

El Papa no apuesta por el acceso al Orden sagrado femenino ni por un diaconado ministerial y asegura: En una Iglesia sinodal las mujeres, que de hecho desempeñan un papel central en las comunidades amazónicas, están llamadas a acceder a funciones e incluso a servicios eclesiales que no requieren el Orden sagrado y permitan expresar mejor su lugar propio”, expresó..

Carlos Garfias detalló que el Vaticano ha publicado uno de los documentos más esperados del Papa Francisco: la exhortación apostólica postsinodal tras la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para la región Panamazónica desarrollado del 6 al 27 de octubre de 2019, en Roma.

“En Querida Amazonía el Papa Francisco quiere buscar un alivio para el dolor de una región y de sus gentes a través de un texto estructurado en 4 capítulos o «sueños» para el Amazonas: social, cultural, ecológica y eclesial”. 

Sueño Social: “Querida Amazonía” se presenta como una fuerte crítica a los poderes que están desplazando a sus gentes y minando la naturaleza.

El Papa denuncia a los emprendimientos, nacionales o internacionales, que dañan la Amazonía y no respetan el derecho de los pueblos originarios al territorio y a su demarcación, a la autodeterminación y al consentimiento previo, pone nombres correspondientes: injusticia y crimen.

El Papa reconoce que es necesario indignarse para no habituarnos al mal, porque la colonización no se detiene, sino que en muchos lugares se transforma, se disfraza y se disimula, pero no pierde la prepotencia contra la vida de los pobres y la fragilidad del ambiente.

Sueño Cultural: no colonizar la zona culturalmente, sino ayudar a que ella misma saque lo mejor de sí: “Hacer crecer sin debilitar la identidad y promover sin invadir”.

Por eso, insiste en que quienes observamos desde afuera deberíamos evitar generalizaciones injustas, discursos simplistas o conclusiones hechas solo a partir de nuestras propias estructuras mentales y experiencias. Para que esto no suceda, el Papa propone un encuentro intercultural entre la Amazonía y las culturas urbanas de occidente recordando que la identidad y el diálogo no son enemigos, son instrumentos fundamentales de colaboración.

Sueño Ecológico: parte de una consideración: liberar a los demás de sus esclavitudes implica cuidar su ambiente y defenderlo, pero todavía más ayudar al corazón del hombre a abrirse confiadamente a aquel Dios que, no sólo ha creado todo lo que existe, sino que también se nos ha dado a sí mismo en Jesucristo.

El Papa indica que los pueblos indígenas están íntimamente ligados con su medio natural por eso, cuidar de estas personas no se puede desligar del cuidado de su ecosistema pues el equilibrio planetario depende de la salud de la Amazonía.

Sueño Eclesial: La Iglesia está llamada a caminar con los pueblos de la Amazonía y a encarnarse en ella, pero para que sea posible esta encarnación de la Iglesia y del Evangelio es importante que resuene, una y otra vez, el gran anuncio misionero.

El Papa insiste en algo esencial: Frente a tantas necesidades y angustias que claman desde el corazón de la Amazonía, habrá que responder a partir de organizaciones sociales, recursos técnicos, espacios de debate, programas políticos, y todo eso será parte de la solución. Pero los cristianos no renunciamos al compromiso de fe que recibimos del Evangelio. El evangelio nos pide luchar con todos, codo a codo, y no avergonzamos de Jesucristo.

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