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En Público / Pensión para adultos mayores: una buena y una mala

El apoyo tendrá un aumento de 750 pesos con respecto a los 3 mil 100 pesos otorgados durante 2021. Pero lo que son buenas noticias para nuestras y nuestros viejos, son malas noticias para la oposición prianista-perredista y otros.

Morelia, Michoacán, 11 de enero de 2022.- La semana pasada, Roberto Pantoja Arzola, delegado de la secretaría del Bienestar federal en Michoacán, anunció que este año la pensión para los adultos mayores será de 3 mil 850 pesos, lo que son muy buenas noticias para este sector poblacional. 

El apoyo tendrá un aumento de 750 pesos con respecto a los 3 mil 100 pesos otorgados durante 2021. Pero lo que son buenas noticias para nuestras y nuestros viejos, son malas noticias para la oposición prianista-perredista y otros. 

Son malas nuevas porque dicha política pública contempla que al final del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien concluye su mandato en 2024, el monto económico de esta ayuda esté sobre los 6 mil pesos al bimestre. Con Peña Nieto, en su último año -2018-, la pensión era de 1 mil 160 pesos cada dos meses. Una miseria. 

Pero no solamente aumentará la ayuda monetaria, sino que también aumentará el padrón de beneficiarios. La pensión para el bienestar de las y los adultos mayores, hay que recordar, es el programa social insignia del gobierno lópezobradorista y a este se suman los apoyos correspondientes al programa de Jóvenes Construyendo el Futuro, al de Personas con Discapacidad y al de becas estudiantiles. 

La oposición básicamente se queda sin argumentos y con tales medidas, todo apunta a que Morena continuará en la presidencia de la República aún después de López Obrador, quien además no se irá sin antes dejar el precedente del ejercicio de revocación de mandato para el futuro. Tal vez le sirve para reafirmar su popularidad en este momento, pero su utilidad vendrá luego. Por lo pronto, lo importante es institucionalizar dicha práctica. Esa es la verdadera importancia. 

Solamente un desastre mayúsculo al interior de Morena impediría a esa fuerza permitir la continuidad del proyecto de la 4 Transformación. Ya durante el sexenio nadie puede dar por sentado nada. López Obrador, en teoría, ya no estaría haciendo presencia política. En teoría. 

Falta ver lo que ocurrirá durante la carrera presidencial morenista y qué tan terso o agitado pueda ser el proceso interno, con encuestas poco creíbles y con el golpeteo ya en marcha. La única garantía de resolver la incógnita es la figura de López Obrador en la cima del poder político. 

Ello tampoco es garantía que impida un sisma o una escisión que fracture al partido. Sin embargo, ya lo dijimos, la base social que sostiene al lópezobradorismo guarda fidelidad a quien gobierna para la gente y, por ende, simplemente es capaz de pasar por alto algunas situaciones que para el imaginario popular pasan a ser irrelevantes. Ejemplos, aquella crisis provocada por la escasez de gasolina y el problema del huachicoleo, durante 2019. 

El desabasto no hizo mella. Al contrario. Así, la inflación de más de 7 puntos porcentuales de este año e incluso el reemplacamiento vehicular en Michoacán, un abuso, tampoco causarán mucho daño. 

La verdad es que la gente no pedía mucho, pero priístas y panistas por igual ignoraron, desde Los Pinos, a un pueblo cansado y cargado de agravios. Al mismo tiempo, la llegada de López Obrador desenmascaró a los verdaderos patrones del prianismo-perredista: los dueños del poder económico en México, quienes sin recato alguno han mostrado quiénes mandan. 

Por esa razón, si los opositores a Morena apoyaron el reemplacamiento propuesto por Alfredo Ramírez Bedolla con una doble finalidad: por un lado, a cambio de favores, y, por otro, apostar al desgaste del partido guinda, la verdad es que solo se salieron con la suya en lo primero. 

Asimismo, el presente gobierno morenista en Michoacán tendría que ser de verdad muy malo, en su equivalente a ineficiente, o muy corrupto, para cambiar la percepción de los votantes. Y, aun así, una cosa sería Bedolla y otra cosa sería el ideólogo de la 4T. 

Que la delincuencia organizada intervino para inclinar la balanza en la elección a favor del morenismo, es un fenómeno que tampoco se puede descartar, pero ¿fue realmente un factor determinante o su influencia se está magnificando? En cualquier caso, lamentable que poderes fácticos interfieran en procesos electorales, sea quien sea el beneficiario, que a veces puede ser de un color, a veces de otro. 

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