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Filosofía del Pueblo: La oposición

De nada sirven las rivalidades cuando los que mueven los hilos de la política son casi los mismos, esas luchas campales no son más que un show mediático, muy parecido a un partido de fútbol

Morelia, Michoacán, 10 de marzo de 2022.- Políticamente hablando es un concepto que hace alusión al bando contrario al que se encuentra en el poder, dando certeza a una democracia, pues se supone que es el contrapeso ideológico y con ello tener la seguridad de tener varias corrientes según le convenga al votante.

Cada institución política promete llevar a la nación al desarrollo, la competitividad, la seguridad y todas esas cosas que en campaña suelen ser la demagogia necesaria para obtener el voto y los hay de diferentes colores e incluso con tintes religiosos, de clase social (aunque lo nieguen o lo escondan) o corrientes extranjeras.

Pero, ¿serán los partidos políticos verdaderos contrincantes o ese contrapeso que nos muestran? La duda se abre por el hecho de que a los personajes que normalmente están en la política se les ve ya con más descaro brincar de un color a otro, no importando la ideología que habían mostrado o al que pertenecerán ahora.

Tales organismos no nacen específicamente por petición de algún ciudadano de a pie o comités de vecinos, ya que el obtener registro ante el INE implica una serie de trámites engorrosos tales como firmas, mismas que deben ser buscadas e invertir tiempo y dinero para tal causa, lo anterior es cosa que no le sobra a ciudadanos que como usted o como yo sale diariamente a “corretear el bolillo”, como dicen en mi barrio.

Para nadie es secreto que existen partidos políticos de los que han nacido en las últimas décadas que tienen un dueño, aunque en el INE no aparezca así, por lo tanto, se dedican a  trabajar para particulares cuando llegan al objetivo que es tener participación en las cámaras, estados , municipios y hasta en la silla grande.

Entonces, ¿la ideología dónde quedó? Y si a esto le sumamos que los medios de comunicación masivos se inclinan e inclusive son partícipes de dichas entidades, se hace difícil saber si hay alguien detrás de ellos, si son genuinos, son impuestos o para quién trabajan en realidad, porque claro nos ha quedado al pasar de los años que no lo han hecho para el grueso de la población.

Posiblemente haya algunos personajes que  tengan las mejores intenciones para gobernar, pero la cúpula ya está llena de todos estos actores que sirven a esos particulares, pues tales negocios los hacen percibir mucho más de lo que la nómina de gobierno les ofrece, que ya es bastante de por sí.

No queda duda que la oposición en México no son esos logos de colores con letras en mayúsculas acompañados de música pegajosa y letras que dibujan la esperanza en sus versos y rimas pero que una vez ejerciendo su cargo cambia de ritmo, por ende los verdaderos gobernantes son los grandes empresarios tanto locales como extranjeros o por lo menos así lo han dejado notar.

De nada sirven las rivalidades cuando los que mueven los hilos de la política son casi los mismos, esas luchas campales no son más que un show mediático, muy parecido a un partido de fútbol y que los que salen perdiendo en algún momento son los aficionados, pues son defraudados en cualquier momento del partido o bien terminas pateado y desnudo en una esquina del escenario, siendo únicamente contemplado por la autoridad que se dice ser la que te protege.

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