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Filosofía del Pueblo: Propina no incluida

Urge que haya un control, no debería ser posible que alguien que dedica 12 horas o más de su vida trabajando al final del día sólo se lleve lo que el cliente pueda o quiera darle

Morelia, Michoacán, 30 de junio de 2022.- Por las redes anda circulando una nota del comunicado que hizo la Profeco ya hace algunos meses, sobre si las propinas son obligatorias y la respuesta ha sido que no.

Explican que es voluntaria ya que sólo se tiene como obligación cubrir la cuenta del consumo ya sea en restaurantes, bares, cafeterías, etc…

Pero, ¿por qué se hace tan necesario ese ingreso para los empleados de dichos establecimientos?

La explicación es muy sencilla, los dueños de tales lugares únicamente pagan el mínimo a sus empleados y en algunos casos hasta menos, dejando así la responsabilidad al trabajador de hacerse de ese ingreso extra por medio del servicio, servicio que se debe dar de la mejor manera haya o no haya tal dinero extra.

Nos enfocaremos en el área de bares y restaurantes, ahí los trabajadores en muchas ocasiones deben de pagar un transporte en las noches, mismo que cubren con el sueldo, raquítico además.

El salario mínimo está alrededor de 172 pesos aquí en Morelia, es el que la ley obliga, siendo el gremio mencionado el que normalmente no paga un centavo más, por ende los empleados van tras la propina, misma que abarca del 10 hasta el 15 por ciento de la cuenta total, para doblar o triplicar el mísero sueldo.

No conforme con eso, en la mayoría de los establecimientos se les pide voluntariamente a fuerzas  repartir a los demás compañeros de trabajo ese extra de dinero, ya sea a los garroteros, cantinero y cocinero.

Si bien el cliente no debe cargar con esa responsabilidad, algunos por agradecimiento lo incluyen como gesto de que el  servicio ha sido de su satisfacción.

Basta con preguntar a un vecino o amigo que se dedique a ese ramo para saber cuánto es el pago, tal vez te dirán que la propina es lo que andan buscando, pues con la raya diaria sería imposible sobrevivir.

Sobre todo en los centros nocturnos o bares les hacen trabajar 12 horas o más, dependiendo la hora de partida del último cliente, ese tiempo extra jamás es remunerado en nómina, dejando al empleado agotado, sólo con la esperanza de que en la mesa les dejen una buena propina.

También entran en esta categoría las gasolineras y hoteles, donde si se fijan normalmente existe una rotación constante de empleados, pues el que los contrata les promete que aunque el sueldo sea bajo se repondrán con la propina, dejando a la suerte ese último ingreso lo cual me parece infame.

Las autoridades que deberían regular las relaciones patrón -obrero, no llevan algún control real o verificación constante para que no haya violaciones a los derechos de los empleados que usualmente se les trata mal y hasta les quedan a deber en su cheque semanal o quincenal.

Lo peor de todo esto es que los dueños de muchos lugares de tales características son políticos, mismos que en su labor hablan de igualdad y justicia pero en sus negocios no es lo mismo, haciendo notar la doble moral que los caracteriza.

Entonces, si la Profeco emite esas órdenes, también debería estar en sintonía con el árbitro laboral para que se haga cumplir la ley que por derecho los ciudadanos deben gozar ¡ ya no estamos en la época colonial o porfirista!

Esa práctica ya añeja que se tiene en el servicio, sería muy difícil que cambie aunque la federación por medio de ese organismo regulador lo proyecte en su revista, del dicho al hecho hay mucho trecho, las autoridades muchas veces son hasta cómplices de tan deleznables prácticas.

Urge que haya un control ante tales atropellos, no debería ser posible que alguien que dedica 12 horas o más de su vida trabajando al final del día sólo se lleve lo que el cliente pueda o quiera darle.

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