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Fondo de reptiles (Por: Alejandro Vázquez Cárdenas)

Actualmente vemos un Gobierno que critica duramente al periodismo independiente porque no acepta el escrutinio público y la rendición de cuentas. Cuando los hechos los contradicen, no dudan en desestimarlos. “Yo tengo otros datos”, su muletilla.

Morelia, Michoacán, 20 de octubre de 2020.- Expresión poco usada en México, a pesar de lo difundido de su práctica. En el periodismo se  conoce como «Fondo de los reptiles» a los pagos y subvenciones secretas que el gobierno hace a la prensa para que esta muestre una posición favorable a sus políticas. Fue una práctica muy extendida en Europa desde el siglo XIX y exportada con gran éxito a nuestro país.

Un poco de historia. La expresión “Fondo de los reptiles” proviene de una afirmación de Otto Von Bismarck tras ganar la guerra prusiana-austriaca en 1866. El reino de Hannover, aliado austríaco, fue el más castigado por la derrota, su rey Jorge V, debió exiliarse dejando atrás toda su fortuna que a partir de ese momento sería manejada por Prusia. Los intereses generados de esa fortuna fueron utilizados por el canciller prusiano para la creación de un fondo secreto, mismo que se usará para fomentar las actividades propagandísticas y para la creación de un sistema informativo dentro y fuera de las fronteras alemanas. Bismarck, cansado de las intrigas de los partidarios de los Hannover, pronunció la conocida frase: “Utilizaré su dinero para perseguir a estos reptiles malignos hasta sus propias cuevas”. Así nace la expresión «fondo de los reptiles».

Entre las acciones del llamado Canciller de Hierro, se encuentra el desarrollo de un sistema de vigilancia para controlar a la prensa que consistía en la creación de gabinetes de prensa de los diferentes ministerios, encargados de resumir artículos y redactar rectificaciones y contestaciones y la creación de periódicos gubernamentales poniendo al frente hombres de paja, es decir, periodistas supuestamente independientes que en realidad estaban bajo las órdenes del gobierno. En México el caso más emblemático fue el extinto periódico El Nacional y actualmente Notimex.

Un buen ejemplo de la utilización del llamado Fondo de reptiles en México lo tenemos en los gastos de campaña de López Obrador para las elecciones presidenciales del 2006. Documentos en poder de periódico El Economista revelan que cuando López Obrador era Jefe de Gobierno se decidió obtener dinero con qué financiar su campaña presidencial inflando los presupuestos de las obras públicas y pidiendo dinero a los proveedores del Gobierno del D.F. a cambio de recibir obras públicas.

Lo anterior no es ninguna novedad, es más, apegándose a datos históricos se puede considerar que esa es la forma habitual de trabajar de los partidos en el poder, sean estos del color que sean.

La prensa mexicana la mayoría de veces ha estado, en mayor o menor grado subordinada y en algunos casos  financiada  por el gobierno; en el pasado siglo el asunto era más sencillo por el control a través del papel usado en los periódicos, todo era manejado por la empresa Productora e Importadora de Papel (PIPSA), monopolio fundado por el Presidente Lazaro Cárdenas que funcionaba como instrumento de censura; si un medio mostraba algo de independencia  se le cortaba el acceso al papel, y como era un monopolio estatal no había modo de importarlo o producirlo en el país utilizando empresas particulares. En otras palabras, te alineas o no hay papel.

Un hecho significativo para la libertad de prensa fue la desaparición del monopolio de PIPSA por Salinas de Gortari. Esta acción, debe reconocerse, propició la capacidad de los medios para criticar al gobierno.

Pero la tentación totalitaria, la censura más o menos disfrazada continúa, ahora por la vía de los contratos de publicidad gubernamental. Pocos medios pueden ufanarse de vivir perfectamente sin necesidad de publicidad del gobierno, un ejemplo es el diario Reforma y otro la revista Nexos.

Es evidente que los políticos no tienen gran aprecio por los periodistas críticos, lo podemos ver desde el caso Manuel Buendia, asesinado en el sexenio de Miguel de la Madrid, teniendo como secretario de Gobernación al tenebroso Manuel Bartlett, hasta los recientes despidos de decenas de periodistas críticos de la 4T; el hacha de la censura funciona, y funciona muy bien. El Gobierno amenaza, la empresa obedece. Es imposible negarlo, existen mecanismos para controlar y manejar la labor del periodista: Sobornos, y si no funciona, intimidaciones; uso faccioso de Hacienda y el SAT, falsas acusaciones, encarcelamientos injustos, y en casos extremos la eliminación física, el asesinato. 

Los medios tienen que practicar una «libertad negociada», esto es concertar con los representantes del gobierno para no verse condenados a desaparecer. Una moneda de cambio es aceptar en su plantillas a “analistas” que en realidad son voceros del gobierno.   

Actualmente vemos un Gobierno que critica duramente al periodismo independiente porque no acepta el escrutinio público y la rendición de cuentas. Cuando los hechos los contradicen, no dudan en desestimarlos. “Yo tengo otros datos”, muletilla que será el epitafio de un régimen intolerante.

Ya lo estamos viendo

Alejandro Vázquez Cárdenas

¿Para qué sirve un periódico? (Por: Alejandro Vázquez Cárdenas)

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