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General secretario: rescate al Ejército; su verdadero jefe es el pueblo de México

El presente artículo, en realidad, es obra de otro autor, de un mexicano patriota y nacionalista que ve con preocupación cómo, por orden presidencial, se deja inermes a los militares mexicanos, a merced de las organizaciones criminales

Ciudad de México, 21 de julio de 2021.- El presente artículo, en realidad, es obra de otro autor, de un mexicano patriota y nacionalista que ve con preocupación cómo, por orden presidencial, se deja inermes a los militares mexicanos, a merced de las organizaciones criminales.

El periodista lo firma para preservar la seguridad de la persona que lo escribió, con la cual está totalmente de acuerdo.

El texto que nos llegó a Sin Compromisos se cita de manera íntegra, en letra cursiva:

El Ejército Mexicano ha sido blanco de actos denigrantes de parte de rufianes que actúan al margen de la ley.

La política presidencial de «abrazos, no balazos», y la falta de sensibilidad del Alto Mando del Ejército han dado pie a dichos actos aberrantes y casi habituales contra la tropa.

La corrección a esta circunstancia vergonzosa debe ser inmediata y firme.

Como el presidente no la hará jamás, el general secretario tendrá que hacerla a toda costa, antes de que sea demasiado tarde y que la misma tropa tome cartas para corregirla, lo que agravaría la situación.

No se trata de insubordinación. Se trata de salvar el prestigio y la dignidad del único garante de la seguridad y soberanía de la nación.

El Ejército es un ente vivo y no una imagen virtual; y su accionar debe sentirse, respetarse y agradecerse.

Señor general Luis Cresencio Sandoval: sáquele brillo a su águila y a sus cuatro estrellas.

No tiene que acatar todo lo que le indique el presidente. Usted está al frente de la tropa y usted le debe lealtad al México eterno y real, y no al mandatario efímero y distorsionado. No se confunda.

Es hora de hacer la corrección, de que el Ejército deje de estar a la deriva y de demostrar su capacidad de mando. Es el momento de aclarar que no está en su cargo solamente por caerle bien al presidente.

La vida nacional está en sus manos; no la entregue a las garras de la delincuencia o de cualquier otra clase, incluida la política.

La nave va al garete y usted lo sabe.

Su verdadera misión recién empieza y está frente a usted.

No le falle a su verdadero jefe: el pueblo.

Dele la paz que le exige y necesita con urgencia.

Hágalo y la gloria será suya. O mejor aún: la satisfacción del deber cumplido.

(CON INFORMACIÓN DE: SIN COMPROMISOS)

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