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Homilía de hoy: Démosle a Dios su lugar en nuestra vida

¿Por qué nos gana la tendencia a deshacernos de Dios en nuestra conciencia y en nuestro ambiente? ¿Qué podemos esperar si matamos la presencia de Dios? Que no nos importe odiar y destruir al otro, que es nuestro hermano.

Guadalajara, Jalisco, 04 de octubre de 2020.- La primera lectura de este domingo, del profeta Isaías, nos presenta un cántico lleno de amargura y reproche de parte de Dios, porque Él, habiéndonos cuidado tanto como su viña predilecta, su obra más amada, hemos dado frutos amargos. Y nos pregunta por qué hemos sido así, ¿qué falta que haga por nosotros?

Preguntémonos desde lo más profundo de nuestra conciencia, cómo y por qué hemos decepcionado al Señor.

En el Evangelio se habla del amor incansable de Dios. Y no obstante que sus enviados fueron maltratados y asesinados, envió a su único Hijo, al que también matamos y crucificamos.

Esto también es motivo de revisión en nuestras vidas. ¿Por qué nos gana la tendencia a deshacernos de Dios en nuestra conciencia y en nuestro ambiente? ¿Qué podemos esperar si matamos la presencia de Dios? Que no nos importe odiar y destruir al otro, que es nuestro hermano.

Por eso es oportuna la carta encíclica que acaba de presentarnos el Papa, “Fratelli tutti” (Todos hermanos), porque ahí nos recuerda el Santo Padre que sólo la fraternidad y el respeto por la ‘casa común’ (la creación) pueden asegurar el desarrollo sustentable y efectivo de la humanidad. Si no asumimos estas dos responsabilidades, no tenemos futuro como humanidad.

Démosle a Dios, a los demás y a la creación, su lugar en nuestra vida.

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