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La disrupción a la educación y el futuro de los profesores (Por: Javier Ríos)

Muy pronto seremos capaces de crear un aprendizaje desde las tecnologías convergentes o desde la singularidad tecnológica, basado en los juegos, profundo, envolvente y totalmente adictivo

Morelia, Michoacán, 15 de septiembre de 2021.- La actividad cognitiva que sucede en la naturaleza es sorprendente. Se dice que los pequeños mamíferos comunican terremotos y fuertes tormentas que se avecinan. Los árboles liberan algunas sustancias que dan señal a sus más cercanos, de que están siendo atacados por larvas en sus hojas. Los lobos y los dinosaurios, se dice que disfrutaban de su propia comunicación social propioceptiva. La tierra, en general, disponía ya de comunicación propioceptiva global mucho antes de que evolucionaran los humanos. Si analizamos incluso a las bacterias, ellas también actúan según su conocimiento del entorno. Sensorialmente detectan ciertas diferencias químicas, se desplazan hacia el azúcar y se alejan del ácido. Así pues, los sistemas inmunológicos de los organismos más complejos hacen uso del aprendizaje y de la memoria.

Los sistemas vivos, son sistemas cognitivos en sí, y la vida en general como proceso, es un sistema de cognición que se aplica para todos los organismos vivos, cuenten o no con un sistema nervioso. 

Existen seres en los que la consciencia está desarrollada de una forma muy especial, y aún con ese desarrollo, tanto la percepción como el pensamiento funcionan inconscientemente. El mayor ejemplo de esto, lo tenemos los seres humanos, ya que la percepción consciente supone solo una fracción de lo que conocemos a través de los sentidos. La actividad cognitiva en los humanos sucede desde que estamos en el vientre y hasta el momento en que partimos, y debido a la mente inquisitiva y curiosa que poseen los humanos, hemos tenido varias revoluciones cognitivas desde nuestros antepasados, una de ellas es la bipedestación, y a partir de ese momento lo posible adyacente sigue latente sin tener un fin. 

Para hacer una mejor actividad cognitiva formalizamos dicho proceso mediante la enseñanza aprendizaje al institucionalizarlo por medio de las escuelas convertido en un sistema educativo. Pero, el sistema educativo fue creado en otra época para cubrir las necesidades de un mundo diferente. Forjamos ese sistema educativo industrializado para crear un producto estandarizado. Innumerables críticas en torno a ello se han dado en las últimas décadas, por ejemplo, el hecho de que al sonar el timbre pasamos a uno y otro espacio y a uno y otro momento. Supuestamente nos miden si somos mejores o peores con los exámenes, somos premiados si destacamos, nos enseñan a competir y, un sin fin de observaciones más. Incluso los principales ejecutores de dicha labor que son los profesores a menudo arremeten contra el sistema a pesar de ser los principales colaboradores para que se haya conservado mucho tiempo. Lo más importante a estas fechas, es el tema de que no se ha reformado pedagógicamente hablando desde hace doscientos años. De repente surgen iniciativas como el sistema Finlandés o en especial en la zona de Escandinavia que nos muestran que se puede innovar pedagógicamente. En los años recientes también tenemos la Universidad de la singularidad, que, de igual manera, nos muestra que se puede innovar y reformar esos doscientos años, para tener una interacción con la realidad mediante otro sistema de enseñanza aprendizaje. 

Propuestas como la Universidad de la singularidad nos dan la pauta para analizar la disrupción que se viene al sistema educativo y a la figura del profesor.

El término disrupción, se entiende como la interrupción súbita o brusca de algo, cambiando por completo la forma de hacer las cosas. La tecnología, por medio de lo que llamamos innovación disruptiva, hace obsoleta a una tecnología mediante procesos bien específicos a través de las denominadas tecnologías exponenciales. Científicos y tecnólogos han clasificado a las etapas de la tecnología en algo denominado como las 6 Ds por las que pasan las innovaciones disruptivas:

  1. Digitalización
  2. Decepción
  3. Disrupción
  4. Desmonetización
  5. Desmaterialización
  6. Democratización

Las tecnologías exponenciales han hecho grandes disrupciones que en su mayoría cumplen con estas etapas, por ejemplo, hoy en día están sufriendo disrupciones los periódicos, se han digitalizado las noticias, que en su mayoría eran en papel. Vivían una etapa de decepción por la renuencia a eliminar el papel y cambiar por completo a lo digital. Se llegó el momento de la disrupción y, se está cambiando la forma de consultar las noticias por completo, se está rompiendo la forma tradicional. Se está desmaterializando el producto donde se impregnaban las noticias. En cuanto a la etapa de la desmonetización, han bajado de precio considerablemente, al grado de ser gratis en su mayoría. Y se han democratizado porque todo aquel con un dispositivo móvil puede verificar las últimas noticias. Existen cientos de ejemplos más. Les ha sucedido a grandes compañías, donde las innovaciones disruptivas hicieron obsoletos sus productos, uno de los casos muy sonados ha sido el de la compañía Kodak porque es el más fácil de entender.

Así como han sucedido las etapas que disrumpen ciertos sectores empresariales, el sistema educativo no está exento. De momento ya se encuentra en dicha transición iniciando con los primeros pasos: La digitalización y la decepción, pero poco a poco se está generando la disrupción. Incluso se podría decir que se está experimentando la democratización porque la tecnología exponencial cada vez más se usa en el contexto del aprendizaje, además de que las tecnologías tienen un fenómeno que conocemos como convergencia y se genera una aceleración interesante al vincularse con otras tecnologías. Esta etapa de disrupción a la educación y a la figura del profesor puede darse más rápido de lo que pensamos. 

Analicemos algunos experimentos que se han dado para que observemos que no pasará mucho tiempo para que el sistema educativo tenga innovaciones disruptivas sumamente interesantes.

Uno de los problemas educativos es que existen muchos lugares sin escuelas, y otros en los que los buenos profesores no quieren dar clases. Es por esto que, en 1999, el Hindú Sugata Mitra se planteó hacer algo por los niños que vivían esta situación. Se le ocurrió un proyecto basado en el autoaprendizaje como una posible solución, aplicándolo en niños de barrios marginales. Mitra era el jefe de investigación y desarrollo de una empresa de vanguardia de software de Nueva Delhi. Como sus oficinas eran contiguas a un barrio marginal, pero estaban separadas de él por un alto muro, diseñó un sencillo experimento. Hizo un agujero en el muro e instaló una computadora y un ratón, con la pantalla y el ratón apuntando hacia el barrio marginal; después lo conectó a Internet, añadió un navegador y dejó un tiempo para ver que sucedía. Los chicos del barrio no hablaban inglés y no sabían utilizar la computadora, ni tenían conocimientos de Internet, pero se dice que en cinco minutos averiguaron como señalar y hacer clic. Al paso de un día ya estaban navegando por Internet y apoyándose en grupo en el manejo de la máquina. ¿Realmente habían aprendido a utilizar el la computadora ellos solos?, ¿O alguien, quizá sin que lo captara la cámara de Mitra, les había explicado cómo funcionaba? Debido a esa inquietud, continuó en Shivpuri, ahí le aseguraron que nadie había enseñado nunca nada a nadie. Logró resultados similares. Después en otro pueblo descubrió lo mismo. Desde entonces su experimento se ha replicado en muchas partes de la India, y en varias partes del mundo, y con el mismo resultado: niños colaborando en pequeños grupos sin supervisión alguna y sin ninguna formación aprenden a utilizar la tecnología muy rápido y a niveles avanzados. Mitra fue haciendo cada vez más experimentos sobre qué otras cosas podían aprender por su cuenta los niños. Así se traslada a Kalikkuppam, en el sur de la India, donde decidió comprobar si un puñado de niños de doce años, en pobreza y que hablaban tamil, podían aprender a usar Internet, pero ahora enseñarse a sí mismos biotecnología, una materia de la que tampoco habían oído hablar nunca y sumado a que era en inglés, un idioma que ninguno de ellos hablaba. Mitra les dijo que después regresaría para evaluarlos. Dos meses más tarde regresó y las palabras de una chica han sido un tesoro para Mitra y para los apasionados del aprendizaje basado en las TICS, cuando dijo: Aparte del hecho de que la duplicación impropia de la molécula del ADN provoca enfermedades genéticas, no hemos entendido nada. Mitra contrató a una niña del pueblo, algo mayor para que hiciese de tutora motivacional. Dos meses después Mitra regresó y esta vez cuando los examinó, las notas medias se dice que habían subido hasta el 50 por ciento, lo mismo que conseguían los estudiantes que daban biotecnología en los mejores institutos de Nueva Delhi. Así, Mitra empezó a instalar terminales de computadoras en las escuelas y obtuvo resultados de aprendizaje en profundidad sorprendentes. Mitra, continuó con esa pasión por lo que estaba experimentando y desarrolló un nuevo modelo de enseñanza primaria llamado: educación mínimamente invasiva. Creando ambientes de aprendizaje autoorganizados en distintos países por el mundo, usando computadoras y con un asiento en el que caben cuatro niños. Estas computadoras están interconectadas con tutoras motivacionales, lo cual está cambiando radicalmente una serie de prácticas educativas. En lugar de las instrucciones de arriba abajo. En lugar de hacer que los estudiantes aprendan cada uno por su cuenta, este trabajo también era colaborativo con la ayuda de la tecnología. En lugar de requerir un entorno escolar para la enseñanza, el método de Mitra del agujero en la pared depende de un entorno de patio de recreo, y lo que es más importante, esta educación mínimamente invasiva no tiene profesores como tal. No solo estos experimentos dieron a conocer que las soluciones existen. Otro problema que se tiene aparte del acceso, es por supuesto la escasez de profesores. 

Hasta el 2019 se preveía una falta global de alrededor 18 millones de profesores. La India necesitaba otros 1,2 millones; en Estados Unidos y otros países de latinoamérica 2,3 millones. En África se requerían cantidades mucho mayores de profesores.

El área de Educación de la ONU lleva años argumentando que, o se inventan nuevas soluciones educativas, o se tendrá que dar por perdida a esta generación, porque la necesidad hasta el año 2020 de profesores que se necesitarían sería mayor, en el 2020 se analizaba que para el año 2030 se necesitarían en el mundo alrededor de 69 millones de profesores. Hasta ese 2020 no tenían acceso a la educación 263 millones de niños, pero se sigue demostrando que con la tecnología se puede solucionar. 

No solo  Mitra se ha apasionado con solucionar este problema. Una de las primeras personas en reconocer el potencial educativo de la tecnología fue Seymour Papert, que argumentaba que los niños para aprender no era la instrucción, sino la construcción, es decir, aprender haciendo, especialmente cuando hacer implica una computadora. Y quien le dio seguimiento a su teoría fue también el investigador  Nicholas Negroponte, fundador del Grupo de Arquitectura de Máquinas del MIT, y cofundador del Media Lab, quien pensaba que la tecnología podía ser un medio de llevar una educación de calidad al 23 por ciento de los niños del mundo que actualmente no estaban escolarizados, y muy al estilo de Mitra, con objetivos similares, en 1982, Papert y Negroponte compraron computadoras Apple II para chicos en edad escolar de Dakar en Senegal, donde confirmó lo que Mitra ya había comprobado antes: que los niños de zonas rurales pobres se aficionan a la computadora tan rápido como otros niños. Después crearon la denominada Escuela del futuro, llevando las computadoras a las aulas, que sirvió de banco de pruebas para dichas ideas. En 1999, también Negroponte llevó esas ideas al extranjero y comenzó a crear escuelas en Camboya. A cada estudiante le dieron un portátil y una conexión a Internet y así los chicos aprendieron su primera palabra en inglés: Google. La experiencia fue muy poderosa porque después en 2005, Negroponte creó el proyecto: Una portátil para cada niño. Con el objetivo de proporcionar a todos los niños del planeta un portátil sólido, de bajo costo, de bajo consumo y con buena conexión. Para el año 2012, Negroponte, decidió enviar un cargamento de tabletas Motorola Zoom, con cargadores solares a un par de aldeas perdidas en Etiopía. Las tabletas contenían juegos educativos sencillos, películas, libros y otros materiales, y estaban envueltas dentro de unas cajas cerradas. En lugar de dárselas a los adultos, se las dieron a los niños. Esos niños, no sabían leer ni escribir y nunca habían visto una tecnología parecida. Se pensaba que los niños jugarían con las cajas, o harían otra cosa, pero la sorpresa fue que a los 4 minutos, un niño abrió la caja y encontró el botón de encendido y encendió la tableta. Se dice que en cinco días cada niño usaba cuarenta y siete aplicaciones al día. En dos semanas ya cantaban en la aldea el abecedario y en cinco meses habían hackeado el sistema operativo Android. Además las tabletas abrieron la puerta a la creatividad y al aprendizaje autónomos y los niños se convirtieron en usuarios avanzados. El desafío continuó y en 2017, la empresa Exprize tuvo un reto más grande con un concurso llamado: Global Learning Xprize. Con un premio de 15 millones de dólares, financiado en gran parte por Elon Musk y Google, para que se desarrollara un software basado en Android para aplicarse a 263 millones de niños que carecen de educación en el mundo, que les permitiera aprender por sí mismo a los niños, con la única ayuda de una tableta. Los software finalistas, los llevaron a Tanzania a 24 mil niños analfabetos en 167 aldeas. En esas aldeas no había ni escuelas ni adultos alfabetizados, y para premiarlos en el año 2019, dos equipos se repartían el premio final de diez millones de dólares, los proyectos ganadores fueron: Kit-kit School, de Corea del Sur y Onebillion de Kenia. Ambos proyectos tenían el software de que con solo una hora por día los niños desarrollaban sus competencias equivalentes al asistir al colegio en Tanzania de tiempo completo. Al final al proyecto le decían: Dona un profesor. Los ejemplos de estos experimentos de Mitra, Negronponte y Papert, han sido sorprendentes, pero también en el mundo con las tecnologías exponenciales de manera implícita se han dado muchos casos de personas que han aprendido bastante mediante juegos, plataformas como Youtube, entre otras sin un profesor tradicional o en la escuela tradicional. Recordemos cómo inicia la Academia Kahn, que empezó a colgar sus enseñanzas en youtube y muy pronto tuvieron gran impacto tuvieron un gran impacto. Muy pronto la Academia Khan, como se conoce hoy en día, se convirtió en un éxito rotundo, ya que para el verano de 2011 la Academia Kahn tenía más de dos millones de visitas al mes. La academia ahora tiene más de 2.200 vídeos sobre asuntos que van desde la biología molecular hasta la historia de Estados Unidos, pasando por las ecuaciones cuadráticas. De ahí muchos han enfocado una escuela virtual gratuita con suficiente contenido desde lo fundamental hasta llegar a temas como la mecánica cuántica.

Con estos ejemplos, si observamos la tecnología exponencial en general, pronto en el paquete de útiles escolares deben de estar cascos y lentes de realidad virtual, con los cuales podrán los niños vivir la experiencia de viajar virtualmente al lugar de un personaje animado de Einstein para aprender, podrán seleccionar un ícono de de un filósofo y visitarlo con esa realidad aumentada e interactuar y estar interconectados con otras tecnologías convergentes donde la inteligencia artificial instalada en robots y en más dispositivos que realizarán grandes disrupciones a la educación porque serán una compañía de aprendizaje profundo sin precedentes. Así como lo ha hecho google, youtube, wikipedia y más plataformas, los cascos de realidad virtual o aumentada, que en estos momentos van ganando terreno con las 6 Ds de la tecnología, y que aplicados a la educación, estaremos pronto presenciando una de las más grandes e importantes disrupciones del siglo XXI: la disrupción al sistema educativo y a la figura del profesor. Tal como le pasó a Kodak, a Blockbuster, a los periódicos, a las televisoras muchos otros sectores, esto será inevitable. La educación podrá ser la mejor aplicación de la realidad virtual combinada con inteligencia artificial, con lo que tendremos un entorno educativo transformado por la tecnología convergente, personalizado, distribuible y acelerado y de gran calidad en contenidos y experiencias inigualables. Pronto veremos un tutor de inteligencia artificial siempre disponible, siempre a punto y con la información pertinente. El aprendizaje tendrá lugar también en tiempo real, y formará parte de la estructura de la vida cotidiana y estará disponible en cualquier momento que se necesite con la convergencia. Claro que los niños seguirán reuniéndose entre sí y con profesores de carne y hueso para colaborar en equipos y aprender habilidades sociales, pero, fundamentalmente, el paradigma de la educación cambiará drásticamente o mejor dicho: sufrirá una gran disrupción. Tal vez se dará la manifestación de igual forma como lo hicieron los obreros en la revolución industrial al destruir las máquinas, o más recientemente como los taxistas golpeando a los conductores y destruyendo a los Uber, porque así somos de renuentes a los cambios y más a los que parecen inevitables.Tendremos que adaptarnos a esas disrupciones externas, debemos aceptar que la tecnología es un factor ya dado con el que el humano se encontró. La tecnología no es un artefacto humano, es tan antigua como la vida sobre la tierra y en cuanto una tecnología se introduce en la vida humana, como lo ha sido el fuego, la rueda, el automóvil, la radio, la televisión y ahora el internet y las llamadas tecnologías exponenciales cambian la vida humana a extremos que son difíciles de entender, pero el cambio que realiza la tecnología es inevitable. Los humanos somos parte de la  red procedente de la conquista bacteriana original de la tierra, pero con los proyectos transhumanistas y posthumanistas, no solo las máquinas acabarán sustituyendo gran parte de la vida tradicional que llevamos y supondrá un cambio evolutivo en nada diferente al que se produjo cuando las bacterias se combinaron para crear nuestros primeros antecesores. Todo lo que hemos ganado en cuanto a poderes e inteligencia le pertenece a la vida en su conjunto. 

Preparemos a nuestros niños y jóvenes en el conocimiento de las tecnologías exponenciales y las habilidades que para ello implican. Es de suma importancia estimularlos a temprana edad.

Muy pronto seremos capaces de crear un aprendizaje desde las tecnologías convergentes o desde la singularidad tecnológica, basado en los juegos y que sea tan profundo, envolvente y totalmente adictivo que llegará el momento en que analizaremos esos doscientos años del modelo industrial que creó al actual sistema educativo y nos preguntaremos: ¿Por qué se mantuvo vigente por tantos años a pesar de tantos cambios que sucedían en el mundo?

El autor es coordinador de la ExpoCiencias, de la Red nacional de Actividades Juveniles en Ciencia y Tecnología y coordinador del Encuentro de Pandillas Científicas de Michoacán, premio estatal de ciencia 2018, además de ser consultor de varias empresas en innovación disruptiva y transformación exponencial

www.riosgomezjavier.com, riosgomezjavier@gmail.com, www.roboia.org   

Referencias bibliográficas

Gray, J. (2008). Perros de paja: Reflexiones sobre los humanos y otros animales. Barcelona: PAIDÓS.

Kurzweil, R. (2005). La singularidad está cerca, cuando los humanos trascendamos la biología. Madrid: Loola Books.

Peter H. Diamandis, S. K. (2013). Abundancia El futuro es mejor de lo que piensas. Barcelona: Antoni Bosch Editor.

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Peter H. Diamandis, S. K. (2021). El futuro va más rápido de lo que crees. Barcelona: Planeta, S.A., 2021.

Vilarroya, Ó. (2006). Palabra de robot. Valencia: Sin fronteras.

Wilson, E. O. (2012). La conquista social de la tierra. Barcelona: Debate.

La nueva piel de la Tierra (Por: Javier Ríos)

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