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La Nostalgia y el Purgatorio (Por: Salvador Hurtado)

Cuando un gobierno no combate efectivamente la corrupción y la criminalidad, no es porque no tenga la capacidad de hacerlo, sino porque así le conviene tener a sus gobernados

Morelia, Michoacán, 08 de mayo de 2023.- Recuerdo con nostalgia a la fascinante Morelia de la década de los 70’s, pues la recorrí desde mi niñez, adolescencia y primera juventud, conocí su silencio, conocí su bullicio, conocí sus sonidos, conocí sus noches hermosas y tranquilas, eso es lo que me quedara  grabado y al parecer me acompañara hasta el final supongo.

Morelia fue una ciudad pequeña con un toque mágico por su colonial arquitectura, en contraste, existían algunas vecindades ubicadas en el primer cuadro, con cuartos de adobe, baño y lavaderos rústicos que se compartían los numerosos arrendatarios, habían de dos, tres y hasta cuatro patios pues viví en una, como olvidar sus  fascinantes mercados sobre ruedas, los gritos en el barrio “¡leche de burra y de chiva!, ¡tierra de encino!, ¡el afilador!”, ¡el pitido del trenecito anunciando el camote dulcificado! y otros pregoneros más.

Solo existían cuatro secundarias: dos ETI y dos ESF (”lecheros y chochos”).

Si mal no recuerdo, la ciudad contabilizaba por entonces alrededor de 130 mil habitantes.

Era una ciudad de gente silenciosa, de muy poca mención en otros estados y sin mayor relevancia para el resto del país, por esos tiempos no existía  en la localidad, alguna de las llamadas tiendas de auto servicio, cuando se anunció la apertura de una comercial mexicana, creo que muchos de mi generación saltamos de gusto, jamás imaginamos que una tienda que solo se veía en las teles de blanco y negro tendría nuestra ciudad. Había personas en Morelia  para mi cronistas y pensadores, de pronto al parecer se agotaron los poemas y diálogos ideológicos.

Mi madre religiosa en extremo como la mayoría en esa generación, nos tuteló con mis hermanos a rezar a diario, asistir a misa, a confesarnos y comulgar el primer domingo de cada mes.

No obstante sin ser religioso, leí un poco la Biblia y me encanto la lectura, en una de sus partes que habla de cómo Job, que es el único que con actitud sacrílega, fue capaz de enfrentar a Dios y tratarlo de igual a igual y demandarle, porque los llenaba de tanto sufrimiento brutal por las llagas en el cuerpo,  cuando él había sido bueno, probo, gentil y humanista, que había salido mal para que dios los humillara con esas llagas, por ello llamó mi atención la osadía de Job, pensando en las razones de demandarle a dios eso.

Me parece que vi, aprendí y envejecí a los ocho años, por todo el cumulo de dudas, creo así le pasó mi hermano Guillermo dos años menor que yo.

Me he preguntado por qué tantas mentiras ahora más que nunca por parte de los que nos manejan en la vida, que tanto hemos sido afectados y manipulados por los descastados perversos enfermos de poder y destrucción.

Desde que éramos niños, nos han mentido y nos enseñan a mentir, nos mintieron nuestros padres para que les obedezcamos a través de tremendas palizas, nos mintieron los ministros religiosos y nos hicieron creer de que si no hacíamos las cosas como indicaban ellos, arderíamos en el infierno, nos mintieron los maestros al decirnos que seríamos reprobados por no ajustarnos a ciertos caprichos y en no pocas ocasiones desde secundaria, bachillerato y facultades, chantajeaban y extorsionaban (estos malos  hábitos se practican hasta la fecha).

Nos mienten los que gobiernan con argumentos de que las decisiones benefician al pueblo y que para ellos lo más importante es la gente.

También es mentira el acto de la simulación o el fingir como los mentecatos quienes gobiernan al  municipio, al estado y al país, este último el federal peor de todos los que tenga registrados, me hace recordar nuestro mandatario por lo que a diario dice por las mañanas, la anécdota de cuando alguien atropella a una persona y huye del lugar sin ser identificado y, después de un tiempo, regresa y se mezcla con los curiosos y finge indignación por lo ocurrido exigiendo justicia, está engañando a todos aquellos ante quienes simula o finge inocencia, así se las gastan estos bribones.

Convivimos con la mentira como con nuestras aspiraciones, hasta que se entrelazan y se confunden con la realidad.

La vida nunca es lo que imaginamos que sería, hay que verla de frente siempre y estoy seguro que no a pocos dará la oportunidad de reivindicarse y seguir en la lucha.

Debemos evitar que se viole la dignidad humana sobre todo cuando la persona es convertida en un objeto o se constituye como un mero instrumento para el logro de otros fines.

Es complicado en estos momentos, sobre todo porque cuando un gobierno no combate efectivamente la corrupción y la criminalidad, no es porque no tenga la capacidad de hacerlo, sino porque así le conviene tener a sus gobernados y a ello, hay que sumarle de que los cómplices de los criminales y bandidos, son los que están en el gobierno, parte de todo este desgarríate tiene a bastantes familias distanciadas y solo hay que recordar el que existen heridas casi imposibles de sanar y todo por el divisionismo del hombre más poderoso del país enfermo y peligroso.

¿Verdad o Mentira? (Por: Salvador Hurtado)

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