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La prisa de los ingleses (Por: Guillermo López Contreras)

Pocos podrían adivinar hace ocho años que cuando Gran Bretaña decidió abandonar la Unión Europea terminaría por liderar y prácticamente dominar tanto a la Unión como a casi todos los gobiernos del continente

Dublín, Irlanda, 26 de febrero de 2024.- Pocos podrían adivinar hace ocho años que cuando Gran Bretaña decidió abandonar la Unión Europea terminaría por liderar y prácticamente dominar tanto a la Unión como a casi todos los gobiernos del continente. 

Sin embargo, los gobiernos británicos se las han arreglado para no sólo volver hablar al mismo nivel con los principales gobiernos europeos sino para marcarles la agenda, especialmente al alemán, y empujarlos a enfrentarse a Rusia en contra de sus propios intereses. Fascinante cómo Gran Bretaña ha logrado zombificar a los europeos como si del hongo hormiguero ophiocordyceps unilateralis se tratara.

Y es que en la actualidad los principales gobernantes de ese continente han interiorizado el discurso de los británicos respecto al enfrentamiento ruso-ucraniano. Han mantenido un constante discurso rusófobo y un fluido apoyo financiero y militar a Ucrania en su desesperado y poco exitoso esfuerzo bélico. Parece que nadie está dispuesto a contradecir la máxima de Boris Johnson: el conflicto debe durar “hasta el último ucraniano”.

Por si fuera poco, los ingleses y sus comparsas están subiendo la apuesta lanzando profecías para autocumplirlas. Desde finales del año pasado diferentes líderes han manifestado su preocupación por la posibilidad de una guerra entre europeos y rusos, lo que en principio involucraría a la OTAN y, por ello, a los Estados Unidos. Han asegurado varias veces que después de Ucrania seguiría el resto de Europa. Han predicho en repetidas ocasiones que esta guerra ruso-europea tendrá lugar en los próximos 5, 10 ó 15 años. Incluso, el gobierno londinense ha firmado un acuerdo exprés con Ucrania de defensa mutua (que ya han imitado Francia, Alemania y Dinamarca) que recuerda al pacto polaco-británico anterior y detonador de la Segunda Guerra Mundial. 

Parece que los ingleses tienen prisa. Tienen prisa por escalar la guerra precisamente en Europa y no en otras latitudes como en Oriente Medio. Esta actitud se puede explicar desde tres puntos. Por un lado, los británicos buscan levantar un telón que separe por lo menos varias décadas a la península europea de Asia. Esto impediría la asociación de Rusia con Alemania y el consecuente peligro de tener una super región desarrollada fuera de la órbita británica. Además, dislocaría el último y más importante tramo de las nuevas rutas terrestres de la seda promovidas por China que igualmente estarían fuera de su control. 

Por otro lado, es posible que varios estrategas cercanos a Gran Bretaña puedan estar considerando que el mejor momento para “contener” y derrotar a Rusia sea ahora. Esto es porque varios analistas cercanos a la OTAN han llegado a la conclusión de que Rusia tiene una capacidad militar muy por debajo de las capacidades de la propia unión del Atlántico Norte, pero piensan que éstas son superiores a las fuerzas de los países europeos. 

No obstante, estos analistas, que ya se han equivocado varias veces en estos años, no han reconocido la gran capacidad militar rusa desde el primer momento de la guerra en Ucrania, ni han considerado que en estos dos años de conflicto Rusia ha puesto en marcha todo su aparato de guerra modernizándolo y aumentando su producción y que ha actualizado sus propias estrategias de campo como sucede con la utilización de drones. Parecen obviar, en añadidura, que esta guerra afecta los intereses de China y que Ucrania se puede convertir (sino es que ya lo es) en una guerra indirecta (o proxy) de China con todo lo que ello implica. 

Finalmente, el creciente desinterés por mantener la guerra en Ucrania de la opinión pública y de grandes sectores políticos de Estados Unidos posiblemente los esté impulsando a desatar el conflicto en Europa y así obligar a los estadounidenses a involucrarse en la guerra, sin importar que Donald Trump sea de nuevo presidente. 

La posible tercera gran guerra

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