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Lombroso y los delincuentes (Por: Alejandro Vázquez Cárdenas)

En 1876, Cesare Lombroso publicó su libro más notorio “El hombre delincuente”. En este, el autor se centra en su investigación sobre la identificación de criminales y criminales a través de aspectos genéticos y físicos.

Morelia, Michoacán, 23 de agosto de 2022.- Cesare Lombroso, cuya teoría sobre los criminales fue muy popular en el siglo antepasado, fue un médico italiano que nació en Verona en 1835, falleciendo en 1909.Estudió medicina en la Universidad de Pavía y posteriormente en la de Viena. Es en este centro docente cuando conoce el método experimental que aplicaría a sus investigaciones. Fue médico militar en el ejército del Piamonte, donde realizó investigaciones sobre el tatuaje de los soldados, profesor en Pavía, director del Manicomio de Pessaro y ocupó la cátedra de Medicina Legal de la Universidad de Turín.

Lombroso fue muy influido por Charles Darwin y con base en el estudio de un famoso delincuente de su época, cuyo cráneo presentaba ciertas anormalidades, Lombroso llegó a la conclusión de que el delincuente es el eslabón perdido en la evolución de la especie, cuando el simio se convierte en hombre, pero queda un pequeño espacio que es en donde entra el hombre delincuente, este es un ser que no llegó a evolucionar adecuadamente, por lo mismo se quedó en una etapa intermedia entre el simio y el hombre.

El aspecto más conocido de la obra de Lombroso es la concepción del delito como resultado de tendencias innatas, observables en ciertos rasgos físicos de los delincuentes habituales (asimetrías craneales, determinadas formas de mandíbula, orejas, arcos superciliares, etc.). Aunque también influyen factores «criminógenos» como el clima, el grado de civilización, la densidad de población, la alimentación, el alcoholismo, la instrucción, la posición económica y hasta la religión.

Un rasgo llamativo en su obra es la dura sinceridad con que expone algunas de sus conclusiones. Por ejemplo, refiriéndose a lo que él llama la terapia del delito, dice: «En realidad, para los criminales natos adultos no hay muchos remedios: es necesario o bien secuestrarlos para siempre, en los casos de los incorregibles, o suprimirlos, cuando su incorregibilidad los torna demasiado peligrosos»

Lombroso aportó al Derecho Penal y a la Criminología su «Teoría del criminal Nato»; esta teoría fue posteriormente muy criticada, en parte por interpretaciones inadecuadas y malas traducciones. Ciertamente la teoría referida tiene sus aspectos criticables, pero se debe de reconocer que aporta interesantes conclusiones que logran fortalecer al derecho penal y permite el surgimiento de la ciencia criminológica.

La teoría Lombrosiana del criminal nato se resume de la siguiente forma: Al examinar distintos delincuentes, Lombroso llegó a una conclusión de que el criminal no es un hombre común sino que por sus característicos rasgos morfológicos y psíquicos constituye a un tipo especial y muy particular; el criminal según Lombroso presenta signos de inferioridad orgánica y psíquica: Menor capacidad craneana Mayor diámetro bizigomático. Gran capacidad orbitaria. Escaso desarrollo de las partes anteriores y frontales contrastando con el gran desarrollo facial y maxilar (prognatismo). Abultamiento del occipucio. Desarrollo de los parietales y temporales. Frente hundida. Además son características del delincuente una notoria insensibilidad moral y la falta de remordimientos además de una imprevisión en grado portentoso más una gran impulsividad. Además, al igual que un salvaje, le gusta tatuarse, es supersticioso, le gustan los amuletos y prefiere los colores primarios.

La teoría lombrosiana de la criminalidad incluye a diversos tipos de delincuentes, tales como el delincuente loco moral, el epiléptico, el histérico, el alcohólico, el pasional, etc. Cada uno con sus particulares características.

En 1876, Cesare Lombroso publicó su libro más notorio “El hombre delincuente”. En este, el autor se centra en su investigación sobre la identificación de criminales y criminales a través de aspectos genéticos y físicos. Esta obra tuvo una gran influencia entre los eruditos positivistas que estudiaron el fenómeno de la criminología en el siglo XIX.

Un aspecto menos conocido de las ideas de Lombroso es que abogó por la teoría de que la genialidad estaba íntimamente ligada a la locura. Para él un genio era un degenerado, un ejemplo de evolución retrógrada en el que la locura era una forma de «compensación biológica» por un desarrollo intelectual excesivo. Para confirmar esta teoría, en agosto de 1897, Lombroso, mientras asistía al XII Congreso Médico Internacional en Moscú, decidió entrevistarse con el gran escritor ruso Lev Tolstoi para comprobar directamente en él su teoría de la degeneración en el genio.

En la actualidad las teorías lombrosianas están en desuso, han sido desplazadas por estudios y teorías más acordes a las ciencias de la conducta apoyadas con la medicina, la genética, la psicología, etc. Sin embargo, la sabiduría popular a acuñado diversas sentencias relacionadas con la valoración «a priori» de determinados individuos, la frase «si parece pato, camina como pato y grazna como pato, es un pato». No es algo muy científico, pero sigue siendo algo más o menos válido.

Alejandro Vázquez Cárdenas

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