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Midiendo la felicidad (Por: Rubén Alcántar)

Por supuesto que al presidente y a toda la 4T les interesa un indicador distinto al PIB, un indicador que no se les esté cayendo, por supuesto que el PIB no le interesa

Morelia, Michoacán, 29 de mayo de 2020.- Durante las últimas semanas uno de los temas centrales en el escrutinio público, y olvidándonos un poco de la difícil situación de salud que afrontamos a nivel nacional, sin duda recae en la declaración de nuestro presidente, referente a que “Ya está trabajando en un nuevo indicador, para medir bienestar; un índice alternativo al llamado Producto Interno Bruto, un nuevo parámetro que va a medir, sí, crecimiento, pero también bienestar”, declaraciones que sin duda hicieron estallar la opinión nacional.

La famosa declaración surge sumada a su “íbamos tan bien”, que no es más que un claro esfuerzo por tratar de justificar la mala gestión de su gobierno en términos económicos, por supuesto que al presidente y a toda la 4T les interesa un indicador distinto al PIB, un indicador que no se les esté cayendo, por supuesto que el PIB no le interesa, porque tan solo en el primer trimestre de este año decreció ya un -1.2% con respecto al trimestre anterior y un -2.2% con respecto al mismo periodo en el año anterior, pero claro que no son cifras que demuestren que “íbamos tan bien”.

Por supuesto que hasta cierto punto es entendible dicho repudio a este indicador, demuestra que incluso antes de la crisis ocasionada por la pandemia global, nuestra economía no solo no avanzaba a un 4% como el presidente prometió, sino que incluso se contraía, la pandemia únicamente ha sido ese pequeño empujón que le hace falta a todo tropezón para convertirse en una caída a ras de suelo; prueba de ello son las estimaciones de crecimiento para nuestro país, el Banco de México, por ejemplo, sitúa dicha estimación en el peor de los casos en una caída de hasta -8.8% algo nunca antes visto, algunos otros expertos ubican la caída incluso por encima del -10% cifras catastróficas para todos.

Con esto explicado, y repito, claro que es de entenderse la intención de buscar un nuevo indicador, uno que mida la concepción presidencial de lo que es su idea de “avance”, por supuesto que alguien debería indicarle al presidente que ya existe una gran cantidad de indicadores como el que pretende sacarse de la manga; no solo el Índice de Gini, encargado de medir la desigualdad, el cual indica que en nuestro país durante todo su aborrecido “periodo neoliberal” la desigualdad se ha reducido, situándolo en .475 sin transferencias del gobierno y en .426, con transferencias, algo alejado al 1 que indica la desigualdad total, esto con cifras a 2018; o también el famoso PIB Per Cápita, que mide la distribución del PIB entre los habitantes, el cual se ha mantenido en el rango de crecimiento de la media mundial, de 2015 a 2018 el promedio de crecimiento del PIB Per Cápita Mundial fue 1.73%, mientras que nuestro país fue de 1.40%, de acuerdo a cifras del banco mundial, resultados bastante aceptables.

Claro que estos indicadores tienen su margen de error en cuanto a una medición más “social” por así llamarle y que por ello la 4T no los acepte, sin embargo en términos económicos es lo más preciso con lo que se cuenta actualmente a nivel mundial; sin embargo los indicadores de bienestar ya existen en nuestro país, y los mide el INEGI, el Bienestar Autorreportado (BIARE) trata de medir las dimensiones del bienestar subjetivo.

El BIARE como ya mencioné, mide cuestiones más subjetivas del bienestar en escala de 0 a 10; de acuerdo a este indicador, la satisfacción con la vida en general paso de Enero de 2019 a Enero de este 2020, de 8.4 a 8.3; los rubros en los que la población mexicana se siente mayormente satisfecha son: Relaciones personales con 8.8, actividad u ocupación con 8.6, vivienda con 8.6 y logros en la vida y salud con 8.5 y 8.4 respectivamente. Caso contrario, la gente se siente menormente satisfecha con su seguridad 5.2, con su país en general 6.9, con su ciudad 7.3 y con su tiempo libre 7.7. Del total de la población adulta urbana, 1.3% califico entre 0 y 4 el nivel de satisfacción actual con su vida, 7.5% la ubico entre 5 y 6, 42.9% la valoró entre 7 u 8, y 48.3% señaló que entre 9 y 10.

En nuestro país aún queda mucho por hacer en términos de desigualdad, aún existe demasiada población en dimensiones de pobreza y de pobreza extrema, sin duda que gran parte de la política se debe enfocar a quienes menos tienen, sin embargo la famosa declaración del nuevo indicador para el bienestar, únicamente demuestra que, lo que se quiere realizar, no es un indicador que dimensione de mejor manera el crecimiento económico y el desarrollo; sino un indicador manejable por la 4T para que pueda decir que, en su percepción estamos avanzando, hecho que todos los demás indicadores contradicen, puesto que desde que comenzó la 4T ninguno les favorece.

Medir cualquier cosa, aquí y en China resulta demasiado complejo y costoso, a día de hoy contamos con indicadores confiables, si bien, perfectibles, podemos fiarnos de sus resultados, y a menos que el equipo del presidente venga a descubrir algo que nadie en el mundo en cuanto a medición de la pobreza, desigualdad, crecimiento, desarrollo y bienestar; lo mejor es seguir con los indicadores ya existentes y demostrar avance entorno a ellos, no tratar de inventar cifras a modo, todo mundo tiene derecho a su propia opinión, pero no a sus propias cifras.

Apresurando la nueva normalidad (Por: Rubén Alcántar)

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