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Proyecto Secreto: Gobierno con visión de Nación y de hombre

El país no puede ser conducido por ocurrencias, sin el respaldo de un pensamiento sistémico, de un proyecto de nación.

Morelia, Michoacán, 04 de agosto de 2020.- No pretendemos descubrir el petróleo y podemos parecer repetitivos trayendo a la mente conceptos que se olvidan y no se ponen en práctica. Cuando de muchas maneras volvemos a la barbarie, es necesario luchar para rescatar los valores y principios que hacen a un pueblo sabio y le permiten progresar hacia su realización plena.

El ser humano fue creado a imagen del Creador, dotado de inteligencia y libertad. Con su inteligencia organiza, guía y realiza su vida, su acción y su interacción en sociedad.

No se guía por un destino ciego ni por el impulso irracional y tiránicos de los instintos.

Esta guía de la inteligencia se hace presente en todas las manifestaciones de la vida, en todos los niveles, en la vida personal y la vida social.

Todas las cosas creadas forman un todo ordenado, un cosmos. Hay un orden físico y moral que todas las criaturas deben respetar. La vida del hombre en sociedad es parte de este cosmos y debe desarrollarse según un orden moral. El hombre, ser inteligente, en la visión católica, copera con Dios para mantener y perfeccionar este orden.

Los hombres en sociedad y la clase dirigente deben tener una idea clara de este orden y de su gestión de acuerdo a él. En todo lo que hacen deben ser movidos por su inteligencia.

Deben tener los modelos de este orden en su cabeza, deben tener una concepción completa y armónica de hombre. Deben tener un modelo de sociedad que se dirige a una meta, apoyado en principios, buscando bienes inmutables y universales.

El hombre tiene necesariamente una filosofía para entender su vida y así el gobierno debe tener una filosofía para realizar una gestión ordenada y orientada a un fin. sin esto es caótico. Con una filosofía, el gobierno entenderá que toda su acción se orienta a servir a la persona humana, es el valor supremo que debe servir y la fuente de todos los valores.

Así la autoridad tiene puntos inconmovibles de referencia. No podrá sacrificar a la persona humana para servir a la producción de bienes materiales y a la economía.

Es una aberración exponer la vida de la persona humana para asegurar la producción y generar dinero y bienes materiales.

Es un crimen horrendo y vergonzoso exponer las personas trabajan al servicio de la salud sin la protección necesaria. Es un crimen inaceptable que mueran por descuido de las autoridades.

El gobierno debe aprender el orden creado y el orden moral. Debe tener siempre ante sus ojos los valores universales: la verdad, la libertad, la justicia.

Para alcanzar los valores tiene los principios que lo orientan con seguridad: el bien común, la solidaridad, la subsidiaridad.

Se necesita absolutamente un concepto de hombre que preside la convivencia social y la gestión de la cosa pública que encuentran como cimiento y estructura los principios y valores universales. Estos conforman el orden moral que los ciudadanos deben respetar y las autoridades tutelar y hacer respetar.

El gobierno no puede ir dando palos al aire, sin rumbo fijo perdiendo vidas humanas, ni riquezas y la credibilidad de las mayorías que tienen su criterio formado, que no viven enajenados, dejándose comprar por limosnas que les devuelven del erario público, de sus impuestos.

El gobierno debe tomar decisiones en el marco de la verdad y buscando el bien común, una dirección sostenida hacia un futuro de progreso y bienestar en el Estado de derecho. aunque tiene que tomar decisiones del momento no le basta con ser pragmático y actuar en el momento. Debe superar el inmediatismo y más el capricho del mandamás.

Sin este pensamiento amplio y sistémico el país va como hoja al viento sin una línea en el tiempo, sin pasado y con un futuro incierto, sin un proyecto de nación, respondiendo al momento y llevado en una dirección inconsistente, a fines personalistas, bastardos, producto del olfato y de la ideología.

Hay una orientación muy fina que se puede leer como entre líneas revelando las verdaderas intenciones de la clase del poder, que se ocultan a toda la gente: el deseo del poder para una persona, la aspiración apenas velada a una dictadura y las maniobras descaradas para mantener en el poder a sus hordas.

El gran jefe se complace con la fama y los reflectores porque se cree alguien por encima del común de los mortales, indispensable, el más puro y honesto, inmaculado, colmado de todas las virtudes. Se compara al Mesías de quien la gente decía: “todo lo ha hecho bien, ha hecho oír a los sordos y hablar a los mudos”. Las multitudes lo habían visto resucitar muertos.

Por eso muchos ven en el horizonte el espectro de la dictadura.

Proyecto Secreto: Navidad es el amor

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