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Proyecto Secreto: Iniciativa inaplazable, despertar a un pueblo enajenado

Para no seguir en la borregada que los jefes llevan al matadero, ¡despertemos! como personas, conozcamos a los jefes.

Morelia, Michoacán, 11 de agosto de 2020.- Un pueblo dormido, inconsciente de los problemas, irresponsable, desactivado, como una aldea de niños que nunca pasan a grandes, que desarrollan su físico pero no sus cualidades espirituales de inteligencia y voluntad, como una aldea de zombies, de seres que no tuvieron infancia.

No podemos permitir que nos vean cómo niños que se chupan el dedo, como personas sin criterio ni carácter, sin dignidad, a las que se puede embaucar y mantener sumisas con tortas y cachuchas y con cuentitas de vidrio.

En las esquinas hay grupos de vecinos que se juntan a embriagarse, comer golosinas, escuchar música arrabalera, monótona y obscena. Se muestran inconscientes del flagelo del desempleo, de la carestía y de la hambruna que amenaza en un futuro muy cercano. Es criminal su descuido del contagio del COVID 19 que asola al mundo. No tienen el carácter ni la virtud para para seguir las indicaciones y protegerse ante la pandemia.

¿Cuántas infecciones se han dado en las familias, en los barrios pobres, por este descuido? ¡Cuántas víctimas mortales, con frecuencia en la misma familia, cuánta miseria y dolor indecible sin razón suficiente, proporcional, por no tomar en serio los problemas!.

Hay inocentes que pagan por la irresponsabilidad de otros criminales que no toman su distancia.

Levantamos la mirada y contemplamos otras realidades del panorama.

Otro problema igualmente serio es la crisis política, de las elites del poder que miran al cielo y chiflan, no miran de frente la realidad, enajenados también, “idos” en el mundo de sus sueños: cómo ganar elecciones y mantener el poder.

Vienen encantadores, les narran cuentos sacados del mundo fantástico de sus sueños y los tienen embelesados. Les reparten bienes para llenar su estómago y bebidas engañosas. Les hacen discursos y gracias para entretenerlos, tocan la flauta de encantadores de serpientes y les reparten pan y hacen que las multitudes los sigan. Pan y circo. 

Si Andrés Manuel quiere verdaderamente a los pobres, debe dejar claro ¿para qué?, ¿qué bien busca para ellos, a donde los quiere llevar?

Ya desde aquí podemos descubrir las verdaderas intenciones de la clase dirigente, autoridades del pueblo. ¿Todo lo que quiere hacer es repartirles dinero, que finalmente representa una miseria, comparado con su sueldo mensual de incontables salarios mínimos?

El mexicano, la mexicana debe pensar y detectar las verdaderas intenciones del primer mandatario y valorar realmente si es amor y deseo de levantarlo o es sólo un gancho político y finalmente el bien que busca no es para la gente sino para la clase dominante, la dictadura y el dinero con el apoyo de las multitudes humildes.

Quien quiere a las multitudes de mexicanos debe darles el tesoro de una educación de excelencia. La realidad nos revela que estamos en una contingencia más, la educativa.

Despertar a los mexicanos es hacerlos conscientes de su propia dignidad incomparable, inalienable. Es la plataforma para que entiendan el país y el lugar de primera importancia de cada ciudadano en el DEMOS, el cuerpo social democrático.

Un concepto olvidado en la gestión pública es el de persona humana. La luz de la razón y la revelación de Dios ofrecen este concepto que permite fundar la altísima, inigualable dignidad del pueblo mexicano y de cada ciudadano.

Una sabiduría milenaria ha forjado, perfeccionado y transmitido este concepto. La Iglesia, familia de Cristo, que peregrina en Michoacán, en México y en el mundo, al mismo tiempo está atenta a los cambios que se producen en la sociedad e ilumina la condición humana y sostiene firmemente los valores y principios que hacen grande a la persona, que de ninguna manera se puede manipular ni utilizar. Defiende los valores trascendentales de cada mexicano.

Los obispos en México son los maestros y los guías del Pueblo que lleva el tesoro precioso de la fe de Cristo, herencia preciosa de dos vertientes culturales de una riqueza extraordinaria: la cultura religiosa de la civilización indígena y la cultura creyente de España y del occidente católico.

Los obispos están atentos a esta prodigiosa transformación (no me refiero a la 4T) si no al fenómeno de evolución vertiginosa espoleada por el factor de la electrónica y los incontables y maravillosos medios de comunicación electrónica social.

Los obispos son herederos de una sabiduría que viene desde muy lejos, de tradiciones mucho más antiguas, una sabiduría de milenios, con dimensión universal que está sintetizada en el Compendio de Doctrina Social de la Iglesia. En su Proyecto Global de Pastoral afirman categóricamente: (2031-2033).

Esta nueva época-leemos ahí-exige acompañar a cada persona y renovar con valentía nuestro profetismo evangélico, anunciando con fuerza el valor inestimable de la persona, denunciando todo lo que se opone a su plena realización y discerniendo, a la luz del evangelio, esta nueva realidad, para encarnar la experiencia de la misericordia la comunión y la solidaridad en esta nueva época”. (N. 24)

Es tarea de ti, de mí y de todos los que amamos a México ir a los hermanos engañados, humillados, embaucados. Hay que sacudir conciencias y hacerles sentir que valen muchísimo, más que los dineros y los programas de gobierno, que recuperen su dignidad, que se hagan un criterio y sean capaces de distinguir entre los verdaderos héroes que dan su vida por la grandeza de México y los falsos profetas que sólo vienen a enriquecerse, a matar, a dominar.

Proyecto Secreto: Gobierno con visión de Nación y de hombre

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