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Toque de Nano Sabiduría: Sin grandeza moral ni Dios

La persona adulta es madura, razonable. Lleva sus valores en orden y bien puestos. Es comprensivo y hace ambiente de paz.

Morelia, Michoacán, 25 de abril de 2023.- Vista panorámica

Una ancianita se encontró una cartera con dinero y tarjetas, encontró el teléfono de la dueña.  Le llamó, le entregó todo, no aceptó dinero, sólo pidió una oración.

En los medios de comunicación vemos conductas opuestas, malvadas, personas encumbradas que muestran conductas mezquinas de revanchismo, amargura y venganza. Buscan aplastar a sus adversarios, con saña y odio .

Hay quien siembra entre los mexicanos el resentimiento, el odio, la lucha. Es el caso de quien pide a los suyos el desprecio y la venganza contra quien no se dobla ante su voluntad prepotente, orgullosa y herida. Los condena sin motivo, contra ellos aconseja: “ni les respondan el teléfono”. 

Es la respuesta de alguien que ha perdido la cordura y la capacidad sabia de comprender, dialogar y aceptar la diferencia, Así procede el soberbio, herido en su orgullo, el vengativo que es se deje llevar por sus bajas pasiones. Quiere desquitarse y no controla sus reacciones porque ha perdido el sentido de las cosas y la conciencia moral y vive sin Dios. No tiene temor de Dios ni principios ni un código de moral.

Deja un sentimiento de tristeza, de decepción el ver tales personas sin calidad humana, sin la grandeza moral y una conducta digna, sin una conducta fina, sin dignidad, sin valores religiosos y morales, sin virtud, sin grandeza de alma. Da tristeza muy honda la degradación en la persona humana arrastrada por las bajas pasiones, hasta niveles increíbles, sin valores ni principios. Sin sentimientos puros, en el lodazal, peor que los brutos. Se extraña un destello de hermosura interior, de dignidad, de muchos hombres y mujeres en la mentira y la irreflexión, tan lejos de los ciudadanos decentes, de los héroes y de los santos.

Estamos en una dinámica de polarización, de confrontación siguiendo una ideología e intereses facciosos y mentirosos. Envuelto en una retórica tan eficaz como falaz se busca el bien de una persona y una facción, no de la nación. Se atenta contra la Constitución y contra el Bien Común de los mexicanos. Se pretende arrastrar al país hacia un fin irreal.

Incontables mexicanos sienten la gravedad de la situación, la descomposición social, la degradación de las condiciones de vida, la gestión de la cosa pública que se aleja de la realidad, desafortunada. La realidad ficción contrasta con una narrativa populista, las vivas dificultades cada vez más críticas: sangre derramada, asesinatos, inseguridad e impunidad, contingencias, contingencias y fracasos, sin esperanza.

Es triste ver cómo hemos caído tan bajo.

La luz de Dios

Amamos a México y buscamos el bien de todos. No podemos caer en el mismo juego vil y perverso de descalificar y herir a los hermanos que tal vez buscan el bien por otro camino. 

Hay que conocer al ser humano, su corazón que no hace todo bien, que es capaz de lo sublime y de lo abyecto.

Un mundo materialista y pragmático que contagia a los gobiernos puede desviarnos por caminos tortuosos y fatales en la conducción de la nación y de todos los mexicanos.

Esperamos que las grandes personalidades como el presidente y sus grandes colaboradores muestren una grandeza moral, ecuanimidad, equilibrio, capacidad infinita de perdonar, de tender la mano a los que piensan diferente, de reaccionar noblemente ante las ofensas y las actitudes asesinas, de olvidarse de su ego y de sus hordas, buscando primero el bien de los demás, el verdadero y real.

Jesucristo, sabiduría encarnada de Dios, hijo del Altísimo hecho hombre, el más grande conductor de la humanidad de todos los tiempos tiene el secreto para servir a los demás, entregarse por su bien y crear la patria ideal en esta tierra, figura pálida de la patria del cielo en el país de la vida. 

Tienen un encanto único, hacen mucho bien las personas de grandes virtudes, que dan ejemplos heroicos, muy puros, que son honestos y buscan la verdad y el bien: las de aquel que responde al mal con el bien, de nobleza y comprensión infinitas. De nuevo, el modelo consumado, admirable, divino es Cristo. Cuando lo torturaban y vejaban contra toda justicia y con saña satánica, como lo vivimos en la Semana Santa, cuando ya lo mataban oró por sus verdugos. “Perdónales porque no saben lo que hacen”. Que noble virtud y qué grandeza de espíritu.

México, para salir de la corrupción y tantos vicios, odios, división y crímenes necesita, un presidente muy virtuoso y un pueblo noble y sin rencor, capaces de perdonar, de renunciar a su yo y de derramar su sangre por el bien de los hermanos.

Sólo con narrativas, declaraciones y memes no vamos a salir bien de esta prueba grandiosa, intrincada donde soplan los vientos de tinieblas de Satán que arrastrar a los perversos y débiles. Es la hora de la fe y de la virtud, de la entrega para cambiar el rumbo de nuestra querida nación.

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