DestacadasEditoriales

Y, ¿qué es occidente? (Por: Guillermo López Contreras)

En la actualidad, cuando se usa el término de Occidente u occidental desde un punto de vista geopolítico se está haciendo referencia al libro El choque de civilizaciones de Samuel P. Huntington

Morelia, Michoacán, 15 de julio de 2021.- En el último par de años nos hemos encontrado en medio de un debate, sobre todo en redes sociales, respecto a la influencia de grupos de poder que han aprovechado la pandemia para ir imponiendo ciertas medidas que pueden cambiar a profundidad nuestra sociedad occidental.

La pregunta lógica, entonces, es: ¿qué es occidente? El nombre nos hace pensar en una descripción geográfica. Inferimos que están hablando de Europa (la más occidental, claro), Estados Unidos y Canadá, es decir el Atlántico Norte.

Pero, ¿qué pasa con Hispanoamérica y otros países que podríamos pensar que son occidentales? Si intentamos alargar geográficamente el concepto, ya no estamos tan seguros si ciertos países entran o no en ese concepto. ¿Cómo catalogar, por ejemplo, a Argentina, México, Australia, Japón o Rusia?

En la actualidad, cuando se usa el término de Occidente u occidental desde un punto de vista geopolítico se está haciendo referencia al libro El choque de civilizaciones de Samuel P. Huntington. Más allá del incendiario título, el autor propone una interesante metodología para analizar el mundo posterior a la Guerra Fría.

Huntington pensó que las alianzas internacionales del siglo XXI se verían condicionadas en primer lugar por los lazos culturales entre países. Obviamente, no hablamos de características superfluas, sino profundas. El propio autor señala que la religión es el factor determinante de las culturas.

De esta manera, a los países que comparten una misma mega-religión, el autor los llama civilización. Esto no significa que todos los habitantes de una civilización sean de una sola religión, sino que entiende que esas sociedades y sus individuos están empapadas hasta la médula de los valores que sostiene la religión dominante. Algo parecido al clásico mexicanismo: soy ateo, pero guadalupano.

Así, lo que él llama Occidente son los países que fundamental e históricamente son cristianos católicos y cristianos protestantes en sus múltiples variantes luteranas, calvinistas, anglicanas, (y un larguísimo) etc. No debemos confundir este término con Cristiandad que haría referencia a otro tipo de sociedad.

Aunque Huntington duda si Latinoamérica en realidad cabe dentro de este marco civilizatorio o si es un subproducto occidental, siguiendo las propias características que propone el autor creo, personalmente, que no hay dudas de que la región es parte íntegra del Occidente. 

Esta herramienta metodológica, sin tomarla como un dogma, nos puede resultar muy útil para entender porque a los mexicanos nos debería interesar y preocupar lo que ocurre en Inglaterra, en Polonia o en Lituania. Somos parte de una misma red. Los estornudos en Australia nos afectan más que los estornudos japoneses. Y las locuras de uno de ellos nos debería incumbir mucho más que las locuras ocurridas en los llanos rusos.

Los políticos mexicanos y los pactos revolucionarios

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba