Editoriales

Al maestro con cariño; a mi padre / Teodoro Barajas Jiménez

El autor es maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas
El autor es maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas

Día del maestro ante un panorama complejo, con una reforma mal diseñada que se queda anclada en el plano laboral no en contenidos o nuevos diseños curriculares, una efeméride que hace aflorar en muchos la nostalgia como un componente en el trayecto de vida para, en retrospectiva, recordar los inicios en el mundo del saber

Morelia, Michoacán, 15 de mayo de 2016.- Día del maestro ante un panorama complejo, con una reforma mal diseñada que se queda anclada en el plano laboral no en contenidos o nuevos diseños curriculares, una efeméride que hace aflorar en muchos la nostalgia como un componente en el trayecto de vida para, en retrospectiva, recordar los inicios en el mundo del saber.

Suponemos fue difícil construir una institución como la Secretaría de Educación Pública para afianzar una verdadera cruzada por un talentoso educador que fue José Vasconcelos en su mejor versión, la cultura se empoderaba en un país con heridas abiertas en la fase posrevolucionaria, llegarían los clásicos universales, los murales y los misioneros que llevaban conocimientos a los cuatro puntos cardinales de México.

Día del maestro, sin ellos la situación sería más caótica porque faltarían esos eficaces mediadores entre la niñez y el conocimiento, en las aulas en edades tempranas se descubren nuevos signos que sugieren futuro, nos referimos a las letras y números que ulteriormente son un poderoso activo.

Los gobiernos posrevolucionarios pusieron el acento en la educación pública, laica, gratuita y obligatoria; algunos gobernantes no concluyeron la primaria pero tenían una visión de estadistas, no presumían posgrados pero si contaban con un fecundo sentido común.

Los maestros tienen una importancia destacada porque informan y forman, muchos de ellos saben que la ignorancia es la peor de las mentiras y  que es imperativo sacar del oscurantismo a tanta gente para evitar que algunos perversos especulen con esa carencia de luz.

Uno de los grandes maestros a lo largo de la historia de México lo tenemos en Ignacio Manuel Altamirano que en el saber abatió anatemas, el también diplomático y escritor señaló que el profesor debe ser un preceptor de ciudadanos, es en el aula el espacio idóneo para inocular el germen de las rebeldías para que un país abra sus ojos.

Alguna vez un filósofo argentino me dijo que le educación en México se había diseñado de tal manera para que la gente nunca despertara de su letargo, parece que su país, me dijo, está vacunado contra la rebeldía porque la gente acepta lo que sucede con una pasmosa indiferencia.

Los maestros son necesarios, son el punto de arranque de ciudadanos que bien pueden detonar el efecto multiplicador, soy originario del pueblo que más profesores tiene por kilómetro cuadrado y evoco perfectamente el impacto y liderazgo de los docentes en el medio rural, ahí eran consejeros, oradores oficiales, gestores y desempeñaban diversos roles.

Mi reconocimiento a todos los maestros, a quienes la vocación les distingue y que saben de antemano que la verdadera transformación radica en el aula y de ahí parte a tomar la calle y no al revés. Felicidades maestros de México!

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba