Editoriales

Al maestro / Teodoro Barajas Rodríguez

El autor es Maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas
El autor es Maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas

En materia educativa vivimos tiempos complicados, la reforma en la materia no rebasa lo estrictamente laboral, tenemos nuevos modelos aunque México parece ir en picada, en las aulas se ubica el terreno fértil para sembrar progreso, ahí se inocula la semilla del cambio, los maestros se convierten en preceptores de ciudadanos

Morelia, Michoacán, 14 de mayo de 2017.- Recuerdo a los maestros, a quienes descubrí en las aulas en diferentes etapas de la formación académica y fue un gusto saltar de la letra al número, del verbo al suspenso o a la aritmética. Tiempos para recordar. Este 15 de mayo se celebra a los maestros, nuestro país cuenta con destacados exponentes del magisterio en sus diferentes niveles y en la memoria se registran homenajes para ellos aunque estén ausentes.

Recuerdo los olores del Jardín de Niños y de la Escuela Primaria Prof. Félix Ramírez Campos en Paracho, lápices, gises, y ese ánimo expectante al conocer nuevos compañeros párvulos, entre pares.

En materia educativa vivimos tiempos complicados, la reforma en la materia no rebasa lo estrictamente laboral, tenemos nuevos modelos aunque México parece ir en picada, en las aulas se ubica el terreno fértil para sembrar progreso, ahí se inocula la semilla del cambio, los maestros se convierten en preceptores de ciudadanos.

Un gran educador, un hombre de letras dueño de un conocimiento enciclopédico como lo fue, sin duda, José Vasconcelos fundó la Secretaría de Educación Pública en un México posrevolucionario que aún tenía heridas abiertas, trajo a nuestro país a los clásicos para propagar la cultura, elevar contenidos, fue una cruzada para combatir la ignorancia, el paso del autor de La raza cósmica en el mencionado ministerio fue la mejor versión del también ex candidato a la presidencia de la república.

Día del maestro, sin ellos la situación sería más caótica porque faltarían esos eficaces mediadores entre la niñez y el conocimiento, en las aulas en edades tempranas se descubren nuevos signos que sugieren futuro, nos referimos a las letras y números que ulteriormente son un poderoso activo, que amplían la visión del mundo y sus cosas.

Los gobiernos posrevolucionarios pusieron el acento en la educación pública, laica, gratuita y obligatoria; algunos gobernantes no concluyeron la primaria pero tenían una visión de estadistas, no presumían posgrados pero si contaban con un fecundo sentido común.

Los maestros tienen una importancia destacada porque informan y forman, muchos de ellos saben que la ignorancia es la peor de las mentiras y  que es imperativo sacar del oscurantismo a tanta gente para evitar que algunos perversos especulen con esa carencia de luz.

Uno de los grandes maestros a lo largo de la historia de México lo tenemos en Ignacio Manuel Altamirano que en el saber abatió anatemas, el también diplomático y escritor señaló que el profesor debe ser un formador de ciudadanos, es en el aula el espacio idóneo para inocular el germen de las rebeldías para que un país abra sus ojos.

Alguna vez un filósofo argentino me dijo que le educación en México se había diseñado de tal manera para que la gente nunca despertara de su letargo, parece que su país, me dijo, está vacunado contra la rebeldía porque la gente acepta lo que sucede con una pasmosa indiferencia.

Los maestros son necesarios, son el punto de arranque de ciudadanos que bien pueden detonar el efecto multiplicador, soy originario del pueblo que más profesores tiene por kilómetro cuadrado y evoco perfectamente el impacto y liderazgo de los docentes en el medio rural, ahí eran consejeros, oradores, gestores y desempeñaban diversos roles, fueron una luz.

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