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Alcohol, una droga peligrosa (Por: Alejandro Vázquez Cárdenas)

El tabaco es peligroso, está bien que nos lo hagan saber, pero el alcohol es infinitamente más peligroso

Morelia, Michoacán, 29 de septiembre de 2020.- Primero unos datos generales. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define con precisión qué es y cuales son las características de una droga psicoactiva: ”cualquier sustancia que, al interior de un organismo viviente, puede modificar su percepción, estado de ánimo, cognición, conducta o funciones motoras». Y como este artículo trata , entre otras cosas, sobre el alcohol recordemos lo que nos dice la farmacología sobre esta substancial: “es un líquido incoloro, de olor característico, soluble tanto en agua como en grasas; se caracteriza por ser una sustancia psicoactiva, depresora del sistema nervioso central, y con capacidad de causar dependencia”. 

Ahora sí, pasemos a lo que deseo exponer.

Desde hace años padecemos un bombardeo mediático anunciándonos los peligros que representa el consumo de tabaco. Su propaganda está prohibida en los medios masivos de comunicación y en casi todos, si no es que en todos los medios impresos. El denominado «tabaquismo pasivo» ha sido el argumento empleado para prohibir encender un cigarrillo en cualquier local cerrado, no se diga en las oficinas dependientes del gobierno.

No hay problema, está muy bien que las autoridades cuiden la salud de los ciudadanos; solo que esta «preocupación» por los ciudadanos es muy selectiva pues han dejado de lado otra droga legal que mata, en conjunto con su entorno, más que el tabaco. Me refiero al tolerado y muy promocionado alcohol y que en estos días de pandemia ha avanzado a otra dimensión 

Es una realidad, la pandemia de COVID-19 ha creado un ambiente que favorece el consumo de alcohol; y para mala fortuna tanto Twitter e Instagram se han convertido en canales que promocionan su consumo, y por si fuera poco esos medios permiten circular la información errónea de que las bebidas alcohólicas pueden reducir el riesgo de contraer COVID-19.

Las compras de licor se han disparado en comparación con la misma época del año pasado. Drizly, una plataforma de comercio electrónico de alcohol que opera en más de 100 mercados en los Estados Unidos y Canadá ha visto un aumento del 300% en las ventas durante COVID-19. De México no tengo los datos precisos pero se refiere un notable incremento. Este aumento en el consumo de alcohol en el hogar es unánimemente atribuido al aislamiento social.

Como resultado de lo anterior se espera un aumento en los diagnósticos de patologías relacionadas con el consumo de alcohol. El alcohol es un tóxico y si bien actúa básicamente como un depresor cortical, esto es, lo primero que inhibe son las funciones de autocrítica, lesiona cualquier órgano, prácticamente todos, no solo el muy conocido daño hepático que termina en una cirrosis.

El consumo de alcohol en México es elevado, y las consecuencias que tiene para la salud pública y la economía de millones de familias son catastróficas. Los costos que estos padecimientos tenían para el sistema de salud nacional hace un par de años superaban el 50% del presupuesto para la atención médica, y de continuar las tendencias, en 10 años podrían representar hasta el 75%. Negro panorama en un país donde es más fácil conseguir una cerveza que un litro de leche.

Cifras de la OMS refieren que a nivel mundial, el alcohol fue responsable del 7,2% de todas las muertes prematuras (entre personas de 69 años o menos) en 2016. Los jóvenes son los más afectados pues  el 13,5% de todas las muertes entre los 20-29 años de edad se atribuyen al alcohol.

Igualmente la OMS calcula que el costo conjunto del consumo nocivo de alcohol supera ya los 665.000 millones de dólares,  el 2% del producto interno bruto mundial.

¿Por qué no vemos campañas masivas en contra de la producción, venta y consumo de alcohol? ¿Por qué abundan los ebrios vecinos de mesa en un restaurante? ¿O los borrachos escandalosos de las casas de al lado? ¿Por que ya damos como «normal» los accidentes, riñas  y muertos relacionado con el alcohol los fines de semana? La respuesta es evidente, el alcohol es un gran negocio, corrijo, un gigantesco negocio,  las ganancias para las compañías y el Gobierno son inmensas, es muchísimo dinero, dinero que ávidamente busca y necesita cualquier gobierno. ¿Que mueran millones? Daño colateral, no importa.

El tabaco es peligroso, está bien que nos lo hagan saber, pero el alcohol es infinitamente más peligroso. Veamos este ejemplo: Suponga que va a viajar en autobús, en la terminal observa que el chofer se baja, fuma un par de cigarrillos y luego se sube nuevamente. Ahora suponga que observa bajar al chófer, no fuma, pero destapa una botella de tequila y le da varios tragos largos, observa su andar tambaleante, ¿se subiría a ese autobús?

Alejandro Vázquez Cárdenas

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