Editoriales

AMLO, su salud y el INAI (Por: Alejandro Vázquez Cárdenas)

¿Por qué López se pitorreó de la petición para conocer su salud física y mental? Fácil, resulta que de acuerdo con la Ley, para su difusión es necesario el consentimiento del titular, o sea del propio López, y eso jamás lo hará. Primero se congela el infierno.

Morelia, Michoacán, 22 de octubre de 2019.- El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) es un organismo autónomo en México. Se encarga fundamentalmente de garantizar el derecho de acceso de las personas a la información pública gubernamental.

En días pasados un ciudadano solicitó a Presidencia, vía el INAI, algo que a millones de personas interesa, conocer el estado de salud de Andrés Manuel López Obrador, básicamente un certificado médico que incluya una evaluación psiquiátrica completa. También se solicitó resultados recientes de análisis general de orina y química sanguínea, examen cardiovascular y diversos exámenes toxicológicos.

La respuesta de López fue la previsible; desdeñar y descalificar la petición con su lamentable sentido de humor «¡No se miden! Pues voy a tener que ir a que me los hagan! Estoy al 100!».

¿Por qué López se pitorreó de esa petición? Fácil, resulta que de acuerdo con la Ley de Acceso a la Información Pública, para su difusión es necesario el consentimiento del titular, o sea del propio López, y eso jamás lo hará. Primero se congela el infierno.

La preocupación por el estado de salud tanto física como mental de AMLO no es nueva, desde hace años, casi cualquier persona con un mínimo de cultura ha percibido el progresivo cambio en la personalidad del señor López. De ser inicialmente alguien en apariencia normal, salvo por su insistencia en autoproclamarse «Honesto» y «Rayito de esperanza», pasó a ser el abanderado de todos los odios, dueño de una encendida oratoria  violenta y vindicativa.

Fue durante su desempeño con Jefe de Gobierno del DF cuando la verdadera personalidad del señor López fue emergiendo, progresivamente perdía piso, se tornó mas intolerante, irritable, insultaba a los medios que exhibían su incompetencia. Durante la campaña del 2006, mareado por los aplausos de sus fanáticos, que no seguidores, los ciudadanos tuvieron la oportunidad de ver su verdadera cara; la de un político de escasa cultura, intolerante e incapaz de reconocer errores. 

Después usó y desfondó al PRD, tirándolo como basura cuando ya no le fue útil. Funda con sus escuderos una agresiva secta llamada MORENA, estructura que gira alrededor de él y nada más que de él.

¿Y cómo evolucionó el señor López? Mal, definitivamente muy mal, desde que llegó a la Presidencia no escucha, descalifica; no razona, agrede; no  tiene propuestas novedosas solo un gastado discurso de lugares comunes. López Obrador miente, se enreda, repite hasta el cansancio el mismo discurso de lucha de clases, lo único que ha agregado a su limitado vocabulario son las palabras “Fifi” y  “Conservadores”, mismas que utiliza como argumento para descalificar. Su estrategia es enfrentar a sus fanáticos seguidores en contra de quien no piense como él, sean periodistas, industriales o ciudadanos comunes. Él es el dueño de la verdad y en su fuero interno está firmemente convencido de que su papel es el de un Salvador, que está destinado a redimir a México, y  por lo tanto, todo lo que haga, como lo haga, está justificado.

En diciembre de 2013 López sufrió un infarto, rápidamente fue llevado no a los servicios de salud institucionales, que los hay, y muy buenos en la CDMX, no, él decidió acudir a Médica Sur, hospital que junto con el Ángeles, es de lo más caro en la ciudad. La atención de un infarto ahí resulta impagable para la inmensa mayoría de los mexicanos.

Por múltiples razones,  conocer el verdadero estado de salud del C. Presidente de la República es imperativo. López es portador de una coronariopatía, se le ha puesto un stent, que es un dispositivo metálico que se introduce en una arteria coronaria tapada,  el cual funcionará solo algunos años, y es de esperarse que el resto de sus coronarias están igual de dañadas por su hipertensión y su tipo de vida. También preocupa el estado actual y pronóstico de su problema neurológico periférico, ese que le atendía a domicilio  un cotizado neurocirujano de los EUA .

Pero lo más más grave son las noticias filtradas a diversos medios que afirman que a López se le ha prescrito Quetiapina, que es un potente antipsicótico, usado en problemas de esquizofrenia y trastorno bipolar. Eso sí que es preocupante. El diagnóstico de un problema psiquiátrico explica todo… y cambia todo.

Alguna estructura debería tomar esto muy en serio. México no está para ser manejado con ocurrencias.

Alejandro Vázquez Cárdenas

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