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Ayotzinapa, otros datos (Por: Alejandro Vázquez Cárdenas)

¿Y qué buscaban estos supuestos estudiantes de Ayotzinapa?, ya lo han dicho en todos los tonos, con bloqueos, asaltos a autobuses, cobro de cuota a automovilistas etc. Lo que exigían es una plaza asegurada al terminar eso que llaman “sus estudios”.

Morelia, Michoacán, 10 de diciembre de 2019.- Artículo escrito en el 2012 . Agrego un par de datos.

Mucha tinta ha corrido desde aquel incidente en una gasolinera de Chilpancingo, el 12 de diciembre de 2011, tragedia ocasionada por «estudiantes» de la normal rural de Ayotzinapa, donde fallecieron dos estudiantes y un empleado de la gasolinera. La prensa de «izquierda», los amanuenses y los «tontos útiles» junto con la Comisión Nacional de Derechos Humanos han prácticamente canonizando a esos entes que han hecho de la violencia y la agresión su modo de vivir.

Para esa prensa no hay duda alguna, la razón está de parte de los ayotzinapos; toda la culpa es del gobierno, lo mismo da si es el Estatal o el Federal; para ellos nada hay que investigar, sólo procede crucificar al Gobernador Aguirre y si se puede de una buena vez al Presidente Calderón.

No sorprende esa visión cuando proviene de la «izquierda» mexicana; es sabido que ellos ante cualquier incidente que involucre al Gobierno apagan de inmediato el intelecto y desentierran el hacha de la guerra; tampoco sorprende mucho la actuación de la CNDH, es proverbial la bondad con que trata a los criminales y los narcos.

¿Y qué buscaban estos supuestos estudiantes de Ayotzinapa?, ya lo han dicho en todos los tonos, con bloqueos, asaltos a autobuses, cobro de cuota a automovilistas etc. Lo que exigían es una plaza asegurada al terminar eso que llaman “sus estudios”; cero evaluación académica, la plaza deberá ser a perpetuidad e inamovible. Y de paso, a pesar de ser una normal rural, la plaza debe estar, no en una localidad pequeña, sino en una ciudad.

Las buenas conciencias y una constelación de ONG exigen estridentemente castigo a los responsables de la muerte de los “estudiantes”, pero curiosamente ninguna de esas ONG dicen una sola palabra respecto del homicidio del empleado de la gasolinera, Gonzalo Miguel Rivas, quien murió, tras varios días de dolorosa agonía, a consecuencia de las quemaduras que sufrió al tratar cumplir con su deber como empleado.

Gonzalo Miguel Rivas cumplió con el protocolo de protección civil que lo obligaba a intentar apagar el fuego provocado aun cuando era evidente que el cumplimiento de ese deber lo ponía en grave riesgo de sufrir lesiones o morir, como finalmente sucedió. Los normalistas que rociaron de gasolina una bomba despachadora y le prendieron fuego incurrieron a todas luces en una conducta criminal, pero eso a la izquierda, a la CNDH y a las ONG no le importa.

Gonzalo murió a consecuencia directa de las acciones de normalistas asesinos. Para él no hay justicia, no hay movilizaciones, su muerte no es objeto de negociación política. Evidentemente hay de víctimas a víctimas.

Hace unos días los ayotzinapos viajaron a la ciudad de México, claro, previo secuestro de 18 camiones que robaron en Chilpancingo, y, previsores que son, para no pasar hambre robaron también un camión de Bimbo. En Reforma se publica: “Para abastecerse de comida, los alumnos de la normal de Ayotzinapa robaron camiones de distintas empresas y los saquearon. Pan, carnes frías y frituras.” Los camiones de Coca-Cola, Bimbo, Capistrano, Sabritas y Gamesa aparecieron abandonados después del saqueo

Finalmente cierro con un comentario de un anónimo lector aparecido en la columna de conocido periodista: «La Coordinadora Nal. del Magisterio, la Appos, los antorchos, los atencos, los ayotzinapos, el SME, etc. son grupos que se dedican a chantajear a funcionarios públicos tomando a ciudadanos de rehenes, haciéndolos objeto de todo tipo de vandalismo y de agresiones. ¡Que bueno que les rompieron su madre! ¿Qué esperan que les pase? Andan con piedras, palos, bombas molotov, agitan, rompen golpean, amenazan, extorsionan, etc. ¿Qué esperan?, ¿que nunca, nunca, les pase nada? «

Pero finalmente algo de justicia se logró, no por el Estado, no por las ONG, no por las comisiones de los derechos humanos, fue por la insistencia del ya fallecido Luis González de Alba que jamás quitó el dedo del renglón y logró, junto con la revista NEXOS, que póstumamente se le otorgara a Rivas la medalla Belisario Domínguez. En noviembre de 2012, por primera ocasión en la historia, la máxima condecoración que entrega el Senado desde 1954, fue entregada a un ciudadano que no es integrante de la clase política, empresarial, académica o cultural.

Fue en el sexenio de Peña Nieto, por cierto.

Alejandro Vázquez Cárdenas

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