Editoriales

Blanco no es crack / Teodoro Barajas Rodríguez

El autor es maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas
El autor es maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas

Algunas tareas no pueden dejarse para los improvisados, el ex futbolista ahora presidente municipal de Cuernavaca, la ciudad de la eterna primavera, fue un profesional en el terreno cada vez más comercializado del fútbol pero en materia política es un amateur que se perfila al fracaso

Morelia, Michoacán, 03 de enero de 2015.- Ante el desgaste de los partidos tradicionales y sus cuadros cada vez más vistos y reciclados en nuestro país emergieron otras modalidades, candidatos independientes, nuevas caras aunque ello ni es panacea ni representa el argumento para la salvación porque en alguno casos parece que se retrocedió, Cuauhtémoc Blanco ilustra el desencanto como alcalde atípico y carente de conocimiento acerca de la función pública.

El estado de Morelos es una entidad avasallada por el crimen, los registros de inseguridad reflejan una crisis palpable ante los desatinos del gobernador Graco Ramírez, quien ha manifestado su interés por la presidencia en el 2018, en esa tierra que viera nacer a revolucionarios como Emiliano Zapata la incertidumbre incrementa costos en vidas humanas.

Apenas el sábado anterior fue asesinada la presidenta municipal de Temixco, Gisela Mota, presuntamente por sicarios que operan para uno de los múltiples cárteles de la droga. Cuauhtémoc Blanco fue un destacado futbolista, líder en la cancha aunque ha demostrado una descomunal ignorancia en materia de la administración pública, se victimiza, riñe con el gobernador para desdeñar al mando único policial.

Cuauhtémoc Blanco Bravo es percibido ausente de la tarea gubernamental, no tiene un proyecto claro porque en materia de la función pública no es un crack, sus gambetas no funcionan en la cancha, sus malabares con el balón en el otro feudo no sirven para nada.

Ciertamente, el desencanto que se padece cada vez más respecto a los cuadros tradicionales ha motivado que amplios márgenes de la sociedad vean otras opciones para explorar otros diseños de participación política aunque los resultados no siempre cubrirán las expectativas, la realidad es cruda pero no miente.

Algunas tareas no pueden dejarse para los improvisados, el ex futbolista ahora presidente municipal de Cuernavaca, la ciudad de la eterna primavera, fue un profesional en el terreno cada vez más comercializado del fútbol pero en materia política es un amateur que se perfila al fracaso.

No basta con las ganas ni los deseos, la política es ciencia y arte que la gobernabilidad exige si se trata de buscar el dorado que los griegos llamaron el bien común.

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