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Cuando se ve el árbol y no el bosque / Diego Leal

Diego Leal es politólogo por el Tec de Monterrey; Maestro en Gobierno y Asuntos Públicos; y continúa su formación en Madrid España, en el Máster en Comunicación Política e Institucional
Diego Leal es politólogo por el Tec de Monterrey; Maestro en Gobierno y Asuntos Públicos; y continúa su formación en Madrid, España, en el Máster en Comunicación Política e Institucional

Los partidos políticos se olvidan que a los ciudadanos realmente no les preocupa quien ocupa Casa de Gobierno, sino que el estado permanezca en paz y próspero; los políticos vieron el árbol, no el bosque

 

Morelia, Mich., 22 de julio de 2013.- Esta semana completa los distintos actores políticos de Michoacán se volvieron a enfrascar en una lucha sórdida por demostrar quien tenía más poder. Fue un duelo de vencidas entre los distintos partidos que incluso amagaron con formar una coalición legislativa contra el partido en el gobierno para negar una nueva licencia al gobernador electo quien se encuentra convaleciente y no puede asumir su papel como gobernante.

 

Esa lucha política acaparó la agenda mediática local y la agenda política en la entidad, y se esgrimieron declaraciones a diestra y siniestra buscando el acuerdo, la negociación o hasta el chantaje si se quiere ver de esa manera.

 

La cuestión es si esa afrenta en realidad afectaba en algo al ciudadano común y corriente, ese que todos los días se levanta y realiza sus labores para llevar sustento a su familia. ¿Hubiera sido diferente para el ciudadano “de a pie” como algunos suelen llamarle que le hubieran negado la licencia a Fausto o la continuación del gobernador interino?

 

La respuesta ya la sabes, rotundamente no, todo ese circo se montó invocando transparencia, legitimidad, legalidad, soberanía y un sinfín de términos rimbombantes que en el corto plazo no cambiaron en nada la vida de “Juan Pueblo”.

 

Y es que lo que realmente le interesa a la ciudadanía, lo que se conoce como agenda pública no es el gobierno, de hecho, solo el 0.1% de los michoacanos se preocupaba por este asunto en abril del año pasado (siento no tener datos más actualizados pero son con los que contamos en este momento), incluso sumando, la preocupación por “los políticos”, el “mal gobierno” y hasta incluso la “corrupción”, solo un 3.5% de los encuestados percibe esos como los principales problemas de la entidad.

 

Lamentablemente, en esta semana que pasó acontecieron una serie de hechos que realmente tuvieron un impacto mayor en la percepción pública, y es que los cuerpos colgados en El Limón, las seis personas asesinadas en Buena Vista Tomatlán, la emboscada que sufrieron los federales en la caseta de Feliciano o la balacera en Uruapan, sí preocupan y con demasía a los michoacanos, quienes ven en la “inseguridad” con 31.4% el principal problema de la entidad, al cual, si le sumamos la “delincuencia” con 9.4%, tenemos que más del 40% de los michoacanos viven con miedo a que peligre su integridad, mientras que otro 31% de los michoacanos vive preocupado por el desempeño de la economía en el estado, ya que 20.7% dice que el desempleo es el principal problema del estado por 10.8% que señala a la crisis como el principal problema.

 

Es por eso que los partidos políticos, en su juego por ver quién es el paladín de los valores de transparencia, de legalidad y de legitimidad se olvidan que a los ciudadanos realmente no les preocupa quien ocupa Casa de Gobierno, sino que el estado permanezca en paz y próspero. Los políticos vieron el árbol, no el bosque.

 

Así pues, dejando de lado los dimes y diretes que trae aparejado el romper un acuerdo legislativo, de ahora en adelante esperemos que los políticos, Ejecutivo y Congreso, se enfoquen en realmente lo que queremos los michoacanos, lo que nos prometieron en campaña y dejen de lado los enfrentamientos estériles que en nada benefician a Michoacán, ojalá desde el legislativo se promuevan penas más duras para aquellos que dañan la integridad de los michoacanos de bien, y que el Ejecutivo realmente proporcione seguridad, paz y mejore las apremiantes condiciones económicas en las que vive el Estado y para lo cual se comprometió.

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