Editoriales

De banderas y señales / Silvano Aureoles

El autor ha sido alcalde de Zitácuaro, diputado federal en dos ocasiones, senador de la República, candidato al gobierno de Michoacán y actualmente presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados
El autor ha sido alcalde de Zitácuaro, diputado federal en dos ocasiones, senador de la República, candidato al gobierno de Michoacán y actualmente presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados

Nos reconocemos en la oposición porque desde ahí hemos defendido y lo seguiremos haciendo, las tesis que sustentan nuestra lucha y la lucha de muchos mexicanos y mexicanas que aspiran un cambio de modelo económico, político y social, cuyos resultados se vean reflejados en una mejor calidad de vida

México, D.F., 04 de septiembre de 2014.- Los símbolos juegan un papel muy importante en todos los campos de las actividades humanas, pero en política adquieren una dimensión mayor, cuando de interpretar se trata una actitud, una acción, una presencia e incluso una ausencia entre propios y extraños.

Cuenta el gesto, la sonrisa, el abrazo, el apretón de mano, el color de la corbata; todo ello forma parte de un lenguaje no verbal, que ha venido a conformar una fuente inagotable para los hermeneutas del día a día.

En el tercer año de la presente legislatura, corresponde a legisladores del Partido de la Revolución Democrática presidir en simultáneo ambas Cámaras, hecho que se ha señalado como histórico e impensable en los últimos tiempos. A pesar de no existir impedimento para que ello ocurriese, han sido necesarias adicionalmente a la cuestión legal la combinación de otras circunstancias, como la configuración de la correlación de fuerzas, la definición interna de cada grupo parlamentario y el acuerdo político para garantizar la votación especial requerida.

En lo que nos concierne, tenemos claro que representamos a uno de las tres ramas en que para su ejercicio se divide el poder público. En el momento en que las y los legisladores de otros partidos se expresan para designar un encargo de tal naturaleza, adquirimos un deber que nos obliga a ejercer con toda la responsabilidad dicha encomienda, puesto que ya no se actúa a título personal, ni a nombre de un partido político, sino que sobre nuestros hombros llevamos la responsabilidad de actuar con el mandato de una de las cámaras y por ley además, con la representación del Congreso de la Unión.

Ligado con lo anterior, siendo la división de poderes un pilar de nuestro sistema constitucional, que no debe entenderse como una separación rígida, está por demás explorada la necesidad de expresar sus atribuciones en líneas de comunicación, coordinación y entendimiento que permitan la realización de las atribuciones de cada uno, conforme a los fines superiores del Estado.

Por ello, no debiera ser motivo de extrañeza, que los Presidentes de las Mesas Directivas de las Cámaras de Diputados y Senadores, acudan a los eventos a invitación del titular de uno de los poderes, como el caso en que el Ejecutivo emitiera un mensaje con motivo de su segundo informe de gobierno. Con independencia de la naturaleza formal, no se puede obviar que en la simbiosis de la política y la ley, siempre habrá una implicación recíproca de tal suerte, que una determina a la otra y se constituyen en el soporte para la permanencia del diálogo.

Sin duda que la imagen da para mucho, el Presidente flanqueado por los Presidentes de la Cámara de Diputados y de la Cámara de Senadores, puede tener más de una lectura, cada quien tiene la libertad de opinar en el sentido que desee, pero de manera objetiva, no hay más que reconocer la validez de lo expuesto en los párrafos precedentes.

Precisar también que esta actitud de ninguna manera significa hacer a un lado nuestros principios, nos reconocemos en la oposición porque desde ahí hemos defendido y lo seguiremos haciendo, las tesis que sustentan nuestra lucha y la lucha de muchos mexicanos y mexicanas que aspiran un cambio de modelo económico, político y social, cuyos resultados se vean reflejados en una mejor calidad de vida, que abata la pobreza y reduzca la desigualdad.

Es también una oportunidad y sabremos aprovecharla, para dejar una vez más por sentado, que somos parte de una opción política que sabe hacer las cosas, que propone y que construye, que no se instala en el dogmatismo, que hay voluntad para dar certidumbre a la sociedad, conscientes que ante todo la gente demanda resultados y soluciones a sus problemas. Esa es a nuestro juicio la bandera que nos cubre y la señal más clara para que en medio de la diversidad ideológica, destaquen los tan necesarios puntos de encuentro.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba