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De Primera Mano / En Michoacán, hechos se ensañan con cifras oficiales

Nuestro director, Nicolás Casimiro; periodista con 16 años de trayectoria y con experiencia en radio y diversos medios impresos, electrónicos y agencias informativas
Nuestro director, Nicolás Casimiro; periodista con 16 años de trayectoria y con experiencia en radio y diversos medios impresos, electrónicos y agencias informativas

Es inconcebible la saña con la cual los hechos contradicen a los dichos en tierras michoacanas; hace unos días el procurador dio cifras triunfalistas sobre el debilitamiento de los grupos criminales, hoy la realidad lo desmiente de forma rotunda

Morelia, Michoacán, 19 de septiembre de 2014.- Es inconcebible la saña con la cual los hechos contradicen a los dichos en tierras michoacanas. Ante lo contundente de los hechos violentos, las cifras triunfalistas sobre la estrategia federal de seguridad en Michoacán están una vez más por los suelos.

Hace unos días, el titular de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), José Martín Godoy Castro, aseguraba que se había logrado debilitar en un 98 por ciento al grupo de la delincuencia organizada predominante en la entidad, días antes había hablado de un 95 por ciento, con lo cual pretendía decir a los michoacanos que había avanzado aún más.

Ambas cifras, por ridículas, no podríamos decir que fueron dichas con datos concretos, sino más bien al tanteo, porque asegurar con certeza que se tienen porcentajes tan precisos de avance contra la inseguridad implicaría que las autoridades estatales y federales saben con precisión (es decir al 100 por ciento) quiénes son, dónde están, qué hacen y cómo operan los grupos criminales, lo que entonces no justificaría que se hubiera acabado con ellos en su totalidad.

No habían pasado ni 12 horas de tan temerarias declaraciones, cuando la realidad contradijo a los sesudos dichos del procurador y a los de todas las autoridades estatales, hasta del propio comisionado nacional, Alfredo Castillo Cervantes, en el sentido de que en Michoacán ya no hay delincuencia y que hubo “saldo blanco” en la entidad durante los festejos patrios de los días 15 y 16 de septiembre.

Muy probablemente mientras ellos hablaban y se jactaban ante los medios nacionales y locales de comunicación, y unas pocas horas después, algo así como una veintena de personas fallecían en distintos hechos violentos a lo largo y ancho del territorio estatal.

Recobrar el orden y la paz en un estado como Michoacán, víctima recurrente de toda clase de problemas económicos y sociales, no es fácil.

Sí hay avances, pero también una aparente necedad institucional por no atender los reclamos y llamados de atención en torno a los excesos, los abusos de sus elementos, así como a la falta de trabajo de seguridad en puntos muy focalizados del estado, entre ellos Morelia, la propia capital.

Afirmaciones como decir que se acabó la delincuencia organizada en Michoacán, que el trabajo está prácticamente terminado y que se le ha debilitado en un 98 por ciento la estructura criminal, no pueden tomarse en serio, más bien parecen una burla o, en el caso de los más complacientes, una broma de mal gusto.

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