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De Primera Mano / La UMSNH y sus maestros… ¿solidarios?

Las autoridades universitarias ofrecieron a los rechazados los espacios de aquellos estudiantes que aprobaron y no se inscribieron en las diferentes licenciaturas de la UMSNH
Yo considero que la Universidad, el Consejo Universitario y los dos sindicatos mostrarían un mayor compromiso con el incremento de la matrícula y la mejoría de las condiciones para los alumnos si le entraran de lleno a dos grandes temas

Esos mismos maestros que hoy dan su apoyo a la CUL y sus rechazados, seguramente serán los primeros que se opondrán a reformar el régimen de jubilaciones y pensiones, aunque ello permitiría sanear las finanzas universitarias e incrementar la matrícula de estudiantes, como ellos mismos exigen

Morelia, Michoacán, 13 de septiembre de 2016.- En medio de todo el manoseo de políticos en el conflicto de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), llama la atención que un grupo de maestros del Sindicato de Profesores de la Universidad Michoacana (SPUM) aparezca como solidario defensor de quienes toman ilegalmente las instalaciones universitarias.

Después del ultimátum instruido por el Consejo Universitario para conminar a moradores de casas del estudiante de la Coordinadora de Universitarios en Lucha (CUL) y del Movimiento de Aspirantes y Rechazados (MAR) a dejar libres Ciudad Universitaria, así como preparatorias, escuelas y facultades de la institución, un grupo de docentes se apersonó en el campus universitario para manifestar su respaldo a los manifestantes y llevarles las pancartas nuevas con los mensajes que ahora deben difundir.

Entre esos maestros estaban la ex secretaria de Educación en el Estado durante el gobierno de Leonel Godoy Rangel, Graciela Carmina Andrade García Peláez, así como Eduardo Nava Hernández y Hugo Rangel Vargas, éste último además miembro de la dirigencia estatal del PRD.

De acuerdo con sus propios argumentos, lo que pretenden es que el conflicto se resuelva por la vía del diálogo, que se desestime el examen del Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior (Ceneval) y, sobre todo, que se permita la inscripción de 1500 jóvenes que no cumplieron con las calificaciones suficientes para ingresar a la UMSNH o que ni siquiera hicieron examen o los trámites correspondientes previstos en la normatividad.

Aunque esos docentes aseguran que no pretenden que se afecten los derechos de quienes sí aprobaron los exámenes de admisión y cumplieron con los requisitos formales para su inscripción, al alentar la continuidad de la toma de las instalaciones universitarias estos personajes están automáticamente avalando la violación de los derechos de los jóvenes que sí estudiaron, que sí se examinaron y que sí hicieron sus trámites, quienes por segunda semana consecutiva están tomando clases extramuros, muchos de ellos en espacios inadecuados o de difícil acceso.

Es verdad que el artículo tercero constitucional nos da a todos el derecho a la educación pública, laica y gratuita, ¿pero qué aprovechamiento podrán tener en una institución de educación superior personas que con lo que dicen en sus consignas, lo que escriben en sus pancartas, lo que difunden en las redes sociales y lo que afirman en entrevistas, demuestran que en su mayoría ni siquiera tienen una sólida formación en la educación básica?

Por principio de cuentas, creo que gran parte de éstos, entre quienes hay muchos jóvenes procedentes de estados como Guerrero, Oaxaca y Chiapas (donde simplemente no tuvieron cabida en las universidades locales), harían bien en exigir su derecho a una educación de calidad, ¡pero volviendo a la primaria o la secundaria!, para entonces sí, estar en posibilidades de cursar la universidad.

Ahora bien, lo que voy a escribir no es nuevo, pero las autoridades de la UMSNH nos han dicho públicamente desde hace más de 10 años que no alcanzan los recursos económicos, materiales y humanos para dar cabida a cuanto hijo de vecino exija entrar a ocupar una matrícula en la institución.

Estoy seguro de que eso es cierto y que los factores son múltiples, como la opacidad e ineficiencia en el manejo de recursos, una corrupción muy acendrada en las diferentes estructuras y niveles de la Universidad Michoacana, una absurda reforma constitucional para la gratuidad de la educación (cuando evidentemente ni la UMSNH ni el Gobierno de Michoacán tenían los recursos suficientes para ello), y, sobre todo, las múltiples y muy jugosas prestaciones de las que gozan el SPUM y el Sindicato Único de Empleados de la Universidad Michoacana (SUEUM).

Ante los razonamientos simplistas de algunos sindicalistas que consideran que la solución está en simplemente estirar la mano y exigir mayores partidas presupuestales a la Federación y el Estado, yo considero que la Universidad, el Consejo Universitario y los dos sindicatos mostrarían un mayor compromiso con el incremento de la matrícula y la mejoría de las condiciones para los alumnos si le entraran de lleno a dos grandes temas: 1) Una reingeniería administrativa completa en la Universidad; y, 2) Una reforma profunda al régimen de jubilaciones y pensiones.

Desde hoy, desde este momento, anticipo que aquellos maestros que hoy se muestran “comprometidos” con las causas de la CUL y los rechazados serán los primeros que se opondrán a reformar el régimen de jubilaciones y pensiones, aunque ello implicaría lograr de manera automática lo que ahora dicen que están persiguiendo. ¿Alguien lo duda?

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