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De Primera Mano / Los normalistas buscan pleito

Para los normalistas de Michoacán no hay comisionado, gobernador, secretario de Gobierno, SSP o PGJE (FOTO: FRANCISCO ALBERTO SOTOMAYOR).
Nos han venido sembrando la idea de que es muy necesario garantizar los derechos de cientos, aun cuando esta minoría viola los derechos de millones

Ojalá que el gobernador sea más severo en la aplicación de la ley. Si en el camino hay 2 ó 3 descalabrados, 20 ó 100 detenidos, pues será bajo el costo que se tenga que pagar para restablecer el orden y caminar hacia la paz, así como una mejor educación en Michoacán.

Morelia, Michoacán, 22 de octubre de 2015.- Me queda claro que los normalistas buscan pleito. A eso los han mandado en estos días aquellos que los mueven como títeres y los desechan como carne de cañón.

A partir del anuncio del gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, de que no se tolerarían más bloqueos de carreteras, los supuestos estudiantes de escuelas normales del estado parecen haber tomado el asunto como un reto y han continuado como si nada con sus desmanes habituales.

En este momento el Gobierno de Michoacán está en la disyuntiva de actuar en congruencia con el discurso y enviar a la fuerza pública para aplacar a los vándalos o estirar la liga del diálogo lo más que se pueda.

La mayoría de los morelianos y michoacanos afectados por estos rijosos estaríamos muy de acuerdo en que se haga uso de los cuerpos de seguridad del Estado para hacerles sentir el peso de la ley.

Sin embargo, el Ejecutivo estatal está obligado a ver más allá de nuestros primeros impulsos y calcular riesgos, pues está claro que las últimas acciones de los normalistas son de franca provocación y que tienen como único fin llegar a una confrontación en la cual se van a victimizar.

Ya lo han intentado en los últimos años sin éxito, pero lo que realmente buscan –los líderes que los manejan- son víctimas que les permitan capitalizar mediática, social y económicamente ese movimiento anárquico que lo que menos busca es elevar la calidad de la educación, como muchas veces esgrimen.

Tomando en consideración lo anterior, yo entiendo la prudencia que hasta esta hora ha tenido el gobierno de Silvano Aureoles, pero también vale la pena que sopese el hartazgo social que estos grupos de chantaje han provocado y que en cualquier momento derivarán en verdaderas tragedias, sin punto de comparación con el caso de la famosa Durango roja.

Al igual que muchos otros ciudadanos, yo pienso que no debe haber más tolerancia y que se debe plantear ya la desaparición de las escuelas normales oficiales en Michoacán, convertidas en nidos de delincuentes.

Ojalá que el gobernador sea más severo en la aplicación de la ley. Si en el camino hay 2 ó 3 descalabrados, 20 ó 100 detenidos, pues será bajo el costo que se tenga que pagar para restablecer el orden y caminar hacia la paz, así como una mejor educación en Michoacán.

¡Ya basta de tanta tolerancia! Organismos internacionales y supuestos “defensores de los derechos humanos” nos han venido sembrando la idea de que es muy necesario garantizar los derechos de cientos, aun cuando esta minoría no tiene una causa ni formas legítimas para manifestarse, y sí, por el contrario, viola los derechos de los millones de personas que forman parte del resto de la población.

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